Tribuna abierta
Joyas de papel: La colección Antonio Viñas de Roa
El algecireño Miguel Ángel Guerrero, el exescolta que reclama un puesto de trabajo en la prisión de Botafuegos, inició ayer la protesta que anunció la semana para para reivindicarlo. Guerrero se apostó en la rotonda de acceso a la cárcel algecireña y, según enfatizó, allí estará día y noche, y además en huelga de hambre.
El algecireño basa su protesta en las informaciones publicadas que señalaron que el ministerio del Interior iba a promover la contratación para determinadas funciones en las prisiones de los escoltas que desarrollaron su labor en País Vasco y Navarra y que, tras el anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA, fueron relevados de estos desempeños. Tales informaciones detallaron que vigilantes privados sustituirían a la Guardia Civil en diversos trabajos auxiliares de seguridad.
Guerrero, que estuvo tres años de escolta en Navarra junto a cargos públicos amenazados por ETA y que lleva ya tiempo en el paro, se queja porque, según remarca, no ha sido tenido en cuenta en el proceso de selección de los guardias que entrarán a trabajar en Botafuegos.
"Va a ser muy duro", reconoció ayer, poco después de mediodía, cuando desplegó pancartas y se instaló en la rotonda, acompañado de amigos. Además añadió: "En los últimos días no he tenido apetito, por las molestias y la tensión. No he estado comiendo mucho, por lo que será peor con el sobreesfuerzo".
El algecireño asegura que Interior ha cumplido con las empresas que trabajaron en País Vasco y Navarra, tras haber adjudicado estos servicios sin concurso, pero que no lo ha hecho con los escoltas.
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