Historias de un cementerio cubano

Una momia de origen algecireño se muestra en un museo de la isla como si de un tesoro se trataral hija de ponce de león La momia fue hija del ilustre algecireño que emigró a Cuba. Se llamaba Josefa Petronila y falleció con neumonía en 1872

El malecón de La Habana, cerca del lugar donde descansa la descendiente de un algecireño, gracias a la investigación de un forense cubano.
El malecón de La Habana, cerca del lugar donde descansa la descendiente de un algecireño, gracias a la investigación de un forense cubano.
A. Muñoz / Algeciras

19 de octubre 2009 - 01:00

Televisiones y prensa nacional se han hecho eco esta semana de una noticia que salpica a la comarca. Se trata de la momia de la hija de José Ponce de León, un ilustre algecireño que emigró a Cuba allá por el siglo XVIII. Como cuentan los corresponsales en La Habana, la señora, Josefa Petronila Margarita Ponce de León Heredero, nació en una población cercana a La Habana en 1815 y falleció en 1872.

Los reportajes cuentan que su cadáver se descubrió por casualidad durante una limpieza de nichos en el cementerio Matanzas, donde vivió la señora, en 1965. Su aspecto, bien conservado, conmocionó a la población, que no quiso perderse la tétrica imagen de la momia. Las autoridades decidieron dejarla en el mismo camposanto hasta que, años más tarde, un perturbado mental profanó la tumba, robó la cabeza, se la llevó a casa y la emprendió a martillazos con ella.

Fue un forense, Ercilio Vega, el que se decidió a proteger y restaurar la momia, por el "interés patrimonial" que veían al cuerpo de la malograda Josefa Petronila. El hombre la ha cuidado durante 25 años, durante los cuales Ercilio restauró su cabeza, le implantó pelo y construyó una caja hermética con las mejores condiciones de humedad y perfectas para su exposición en el museo de la localidad. Al parecer, fue el propio forense el que descubrió la identidad de la momia, tirando de los jirones de las ropas, dónde y cómo vivió la mujer, que murió de bronconeumonía y que comió carne con patatas y verdura durante su última comida. Detalles tétricos que, según cuentan, hicieron a los vecinos hacer comentarios sobre el "sobreinterés" demostrado por el aficionado a la antropología, aunque la momia llama la atención de todos porque durante el primer mes de su estancia en la única habitación con aire acondicionado del museo, recibió la visita de 70.000 personas.

La momificación de los muertos fue una moda entre las clases pudientes de Cuba durante aquellos años aunque, por lo visto, la de Josefa llamó la atención por el estado de conservación del cuerpo cuando se encontró en el camposanto. Al parecer, su conservación se debe al uso de un producto químico prohibido por su toxicidad que, por otro lado, ha servido a la señora para convertirse en un atractivo turístico más, aunque tétrico, de Matanzas.

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