Todos tienen rostro y nombre

Entrar en las aulas de un curso de FPE supone enfrentarse a la realidad, al drama social que conlleva el alto nivel de desempleo que registra la ciudad. Aquí los números se eliminan; los datos y las cifras oficiales se dejan a un lado; y los alumnos ya no son un sumando más de las listas del paro. Aquí todos ellos tiene rostro y nombre. Aunque, evidentemente, esta parte de la verdad no le gusta mucho a los políticos, sobre todo a los que mandan. Ellos prefieren escudarse en incrementos intermensuales, trimestrales o anuales; en recuperaciones sectoriales o en previsiones económicas que después siempre varían a la baja.

Aún así, en las aulas de formación para los parados se respira cierto optimismo. Todos saben que cada taller que realizan implica aumentar sus posibilidades de hallar un empleo. "En la comarca van a abrir nuevos centros sanitarios y necesitarán personal", relata Yolanda Pérez, que participa actualmente en un curso de celador y que acumula ya dos años de paro. "Además, nada más terminar ingresamos en la bolsa de trabajo del SAS", apostilla Paco Castaños, otro alumno.

Pero el acceso al plan de FPE no es tan fácil como parece. La demanda se disparó en los últimos meses de forma similar a como lo hizo la tasa de paro. Las solicitudes que se reciben para cada curso triplican prácticamente el número de plazas, según destacan los organizadores de esta iniciativa en UGT. De hecho, los propios estudiantes reconocen que tuvieron que insistir mucho para lograr hacerse un hueco. "Estuve echando formularios por todos lados para entrar en algún taller y finalmente lo conseguí", explica Manuel Mezzo, otro futuro celador, pero que lleva ya en el paro veinte meses.

Desde luego, estos cursos son una opción, pero no la solución. Porque los alumnos no reciben ningún ingreso por participar en ellos y a muchos se les acabaron ya las ayudas estatales. "Aunque estemos aquí, no dejamos de buscar empleo. Envío currículos todos los días y, si me sale algo, esto lo dejo", concluye otro estudiante.