El día de la bestia... negra

Si Villa de Los Barrios y Lucentum Alicante fuesen dos hijos de una familia numerosa, estarían condenados a dormir en la misma litera. Pocos equipos de la LEB, por no decir ninguno, tienen una intrahistoria en común tan dilatada y abundante en datos como la de los dos conjuntos que se medirán el sábado en la primera semifinal de la fase de ascenso a ACB. Lucentum fue el primer equipo que saltó al Samuel Aguilar como visitante, el primero que se enfrentó a los gualdiverdes en un play-off y, hasta que comenzó el duelo de la pasada semana con el Breogán, también era el último en hacerlo. Los de la Villa no han conseguido jamás apear a los alicantinos de la competición.

El sorteo quiso que el sábado 27 de septiembre de 1997, el Lucentum se constituyese en el primer rival del entonces CB Los Barrios en la temporada de su debut en la LEB, la segunda de la historia de la categoría, en la que la componían trece equipos sin que hubiese, de facto, ningún descenso.

Los alicantinos tuvieron que dormir en Loja (Granada) porque la celebración de la Ryder Cup en el club de Golf Valderrama de Sotogrande (San Roque) había dejado sin oferta hotelera las inmediaciones. El Soldado Samuel Aguilar había sido objeto de mejoras hasta un par de días antes. Las más notables, la colocación del parquet y la instalación de las canastas homologadas, que llegaron una semana antes del comienzo de la competición.

Con el pabellón a reventar, al equipo que entrenaba Rocky Jarana le pesaron los nervios. Salió especialmente agarrotado y pagó un pésimo primer cuarto (15-31) que le obligó a ir a remolque toda la tarde y aunque una notable reacción final hizo pensar en el milagro, los que dirigía Ernesto Delgado se quedaron con el triunfo por 84-89. En Alicante, al comienzo de la segunda vuelta, los barreños ganaron la partida (65-72), con un Javi Chica decisivo y bien secundado por el resto de sus compañeros.

El sistema de competición establecía entonces un play-off un tanto peculiar, ya que lo jugaban doce de los trece contendientes. En la primera ronda estaban exentos los cuatro primeros clasificados. Los Barrios accedió al mismo como décimo y el Alicante, como séptimo, lo que les condenaba a verse las caras en octavos de final con el factor cancha favorable a los alicantinos.

La ronda se jugó en el mes de abril de 2008 al mejor de cinco partidos (2-2-1). Los Barrios, que perdió el primero con holgura (77-56) rompió los pronósticos cuando se adjudicó el segundo (82-87) en el Centro de Tecnificación. Los alicantinos,advertidos por esa derrota, forzaron en los encuentros jugados en el SamuelAguilar, con un ambiente impresionante por cierto, y se impusieron por dos veces (75-87 y 65-75). En la siguiente ronda serían apeados por el Fuenlabrada, que junto con el Murcia consiguió el ascenso.

Pirulo Fernández, que había sustituido a Rocky Jarana durante el parón navideño, contaba con una plantilla compuesta por Tano Marín, Jamal Johnson, Javi Chica, Rafa Monclova, Darrell Lockhart, Juan Carlos Liñán, Jesús Bey, Jose Gómez, Diego Sancho y José Antonio Fernández.

Diez años después, Villa y Alicante volvieron a cruzarse en una primera ronda de play-off, solo que esta vez era de cuartos de final y se jugaba al mejor de tres partidos. Sucedió en mayo de 2008 y está demasiado presente en la mejoria para tener que incidir demasiado en él. Los dos equipos, que habían coincidido en una insípida última jornada de la fase regular, comenzaron el duelo en el Centro de Tecnificación y cuando parecía que el triunfo estaba en las alforjas de los barreños una desafortunada decisión del canario Afonso Castillo condujo a los alicantinos a la remontada (76-67).

Los barreños ganaron (66-52) el segundo encuentro ante su público, que cacabó paseando a hombros a sus entrenadores. La tercera entrega fue un mero trámite. El Villa, exhausto y con bajas, apenas pudo oponer resistencia (103-67).

Sin embargo el Alicante de los Digbeu, Angulo y compañía cayó a manos del Tenerife en la semifinal disputada en Cáceres. Doce meses más tarde Los Barrios vuelve a aparecersele en una encrucijada.