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El aula de literatura José Cadalso de San Roque se precia de haber sido capaz de convocar a primeras figuras de la poesía española, pero también hace patria y cantera. Para demostrarlo nadie mejor que Rubén Pérez Trujillano (San Roque, 1991), que ayer se convirtió en el invitado y protagonista del último aula del año, habitualmente reservada para un autor campogibraltareño y, preferiblemente, de la propia población.
"La poesía es el único lenguaje que entiende y puede hablar el alma", dijo Pérez. Y fue el alma del aula de literatura José Cadalso, Juan Gómez Macías, quien invitó al joven el pasado abril. Rubén iba con un cuadernillo de poemas en busca de un autógrafo de Carlos Álvarez y en un minuto el gerente de la Fundación de Cultura sanroqueña lo trocó en un Carlos Álvarez en potencia.
Pérez cuenta que escribe a un "nivel decente", en condiciones para exponer al público, desde hace sólo dos o tres años. Parece como disculparse por no llevar más tiempo produciendo, sin darse cuenta que, con sólo 17 en el tintero, a ver qué pocos le igualan la marca.
El Palacio de los Gobernadores se abrió ayer para el joven, que se sentó donde lo hicieron Gamoneda o Caballero Bonald. El sanroqueño realizó un emocionado ejercicio de lo que él considera qué es la poesía y qué es ser poeta. "Escribir un poema es para el poeta obtener más que placer, un alivio, sentir cómo la morfina de la palabra penetra por sus venas y empequeñece un dolor ancestral, heredado", señaló Pérez. "Sí, yo quiero ser un poeta", concluyó con la humildad de los buenos vates.
Por supuesto el sanroqueño ya poseía una colección de versos, pero desde que Gómez Macías lo llamó en abril para la tarde noche de ayer se puso a rimar con fruición, poemas que dio a inspeccionar a su convocante. El resultado se ha llamado Quien pueda decir adiós, que es el poemario editado por la Fundación de Cultura que se repartió ayer entre los asistentes al aula. Pérez recitó algunas de sus noveles creaciones.
"El poeta sabe que la poesía no es la voz del pueblo, sino la voz de las cosas", dictaminó el joven sanroqueño, un gran aficionado a la historia y en esto de casta le viene al galgo al hijo de Antonio Pérez Girón, cronista oficial de San Roque. En este sentido, los dos Pérez trabajan en la actualidad en un libro sobre la guerrilla antifranquista en el municipio sanroqueño.
El joven poeta ya ha conseguido varios premios locales con sus obras. "De la poesía no voy a poder comer", afirma sin embargo con cierta severidad. "Ni voy a poder ligar", hablan también sus 17 años. Eso sí: "Siempre estoy leyendo y me encanta escribir. Siempre he sentido la curiosidad por la literatura".
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