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Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Por montera
AHORA va a resultar que ver a una musa desnuda, una mujer desnuda, cubierta tan sólo por un velo de seda, pintada por Alvaro Alcalá-Galiano es una figura sexista. Me explico porque éste tema me tiene un poco revuelta. Hay varias magistradas y vocales del Tribunal Supremo que han pedido que se retire el cartel que anuncia las jornadas de puertas abiertas de la institución (creo que ya no llegan porque duraba sólo hasta hoy). Pero apúntenselo en el agenda para la próxima ocasión porque merecerá la pena ver tan magistral obra de arte que convierte en un viaje a la belleza el fresco representado por Alcalá Galiano en una de las paredes del fastuoso Salón de los Pasos perdidos del alto tribunal. Las magistradas protestaron ante el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, pidiéndole que retirase los carteles que están repartidos por Madrid.
A las magistradas no les parece que esa mujer desnuda sea la más adecuada para acercar la justicia a la ciudadanía si se atiende a la realidad social. Entiendo que esa realidad social a la que se refieren es a la ¿igualdad de derechos? o ¿a que en España se permita vivir en libertad y las mujeres musulmanas puedan mostrar sus rostros liberadas del burka? En esto me falta a mí una explicación más precisa. La siguiente pregunta que se hacen es si la figura femenina de una mujer desnuda es la representación de la justicia. Bueno, en principio, una mujer es la figura que representa la justicia. Una mujer que tiene los ojos vendados, con una balanza en una mano y en la otra una espada.
Las jóvenes, Carolina y Raquel, de 25 y 21 años, respectivamente, cuyo proyecto fue el ganador deben estar asustadas e incluso cuestionando qué de malo tiene haber elegido a Las Virtudes de la Justicia del pintor mencionado para hacer la campaña. Si hubieran sido hombre quizá la sospecha hubiera facilitado la polémica, pero el hecho es éste: ¿por qué una misma mujer desnuda, dentro del tribunal es una obra de arte y en la calle, una alegoría sexista? ¿Y si repasamos la sexualidad de todos los símbolos históricos, tapar los genitales o los hiperrealistas músculos pintados por Miguel Ángel del techo de la Capilla Sixtina? ¿Debería el Papa cubrirlo con un paño negro? En mi opinión es ir demasiado lejos, pasarse de la raya de la razón y el sentido común incluso rozar el ridículo que este cartel haya sido advertido como una ofensa para "otras culturas". Estamos tratando de llevar a nuestros hijos a los museos, de sacar las obras a la calle y ahora resulta que las mujeres no pueden salir de sus cuadros. Esa mujer representa la verdad de una manera diferente a la de la balanza, la espada y los ojos vendados. Es una mujer con los ojos bien abiertos y volando sobre nuestras cabezas para cultivarlas. No es sexismo, es cultura.
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