La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Marcaje estrecho
ES inviable. Más claro no lo ha podido decir el Consejo Consultivo de Andalucía. Rechaza de plano la segregación de la Entidad Local San Martín del Tesorillo de su municipio matriz, Jimena de la Frontera.
El informe en el que se opone a la segregación enfatiza aspectos relacionados con la viabilidad económica y la repercusión que la segregación podría tener sobre la prestación de servicios en el ayuntamiento que se pretende crear y en el municipio matriz. El Consultivo andaluz insiste en que deben asegurarse los servicios y que en el expediente sometido a dictamen no consta que el municipio de Jimena se haya pronunciado sobre si se verá afectado de forma negativa en la cantidad y calidad de la prestación de servicios de su competencia, ni privado de los recursos necesarios para la prestación de los servicios mínimos establecidos legalmente.
Tampoco cumple el requisito de población, fijado ahora en 5.000 habitantes en la legislación. Tiene poco menos de la mitad: 2.700. En la ley anterior se permitía con 2.500 y Tesorillo defiende que es ese criterio el que debe aplicarse porque inició su petición antes de la modificación legislativa. Acertadamente, el Consultivo considera que pese a ello hoy es inviable.
Me parece de sentido común. Pero no sólo por cuestiones legales, perfectamente argumentadas por los juristas del Consultivo, sino porque la tendencia no debe ser fomentar la fragmentación y el localismo. Y con ello no sólo me refiero a la división del término municipal de Jimena. No.
Vivimos en una comarca en la que los localismos llevan decenios frenando nuestro desarrollo, mientras sus habitantes superan la división administrativa con la realidad de que, al menos en el arco de la Bahía, funcionamos como una gran ciudad. Una gran ciudad a la que le faltan mejores comunicaciones. Precisamente si los responsables políticos locales, todos y de cualquier signo político, tuviesen la aspiración de sumar en vez de dividir, nos iría mucho mejor.
Si Algeciras, Los Barrios, San Roque y La Línea formasen una sola unidad administrativa, seríamos en derecho lo que ya somos de hecho: la primera gran ciudad de la provincia, por encima de Jerez. Sólo competiría con nosotros una unión similar -igualmente deseable- en la Bahía de Cádiz. Pero no. Aquí -y también al otro lado de la provincia- nuestros próceres se mueven por intereses partidarios y localismos, lamento decirlo, catetos. Basta con poner de ejemplo la Mancomunidad, que les sirve si la gobiernan y se plantean irse si no.
Si fuésemos una gran ciudad, que superase los 250.000 habitantes y mantuviese como distritos los municipios de partida, tendríamos más peso político y mayor fuerza para conseguir nuestras aspiraciones y prestar unos servicios más eficientes y baratos.
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