El mundo de ayer
Rafael Castaño
Tener un alma
el trasmallo
RECUERDO que en 1999, cuando se inauguró el Nuevo Mirador, este periódico denunció las deficiencias en los accesos del polígono de La Menacha. Entonces el campo era prácticamente lo único que había en la zona y los políticos de turno se burlaban por los pasillos: "para cuatro gatos que acabarán yendo al estadio, mucha carretera hay". Desde entonces el recinto ha acogido algunos partidos importantes, por lo menos para la afición al fútbol de la ciudad, pero las entradas siguen siendo las mismas, lo que se traduce en que hay colas de coches hasta cuando van cuatro gatos (que por cierto deberían tener por ellos el mismo respeto que por cinco mil). Pero lo peor no es eso. Lo peor es que ahora el lugar está lleno de empresas, comercios, almacenes, y hay baches que parece que ha caído un meteorito. Han pasado diez años y La Menacha sigue igual o peor. Después nos quejamos.
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