Aquellos maravillosos años
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Pajares, técnico del San Roque, se reencontrará el sábado con Iriondo, el entrenador que le hizo debutar con el segundo filial del Atlético de Madrid siendo juvenil a finales de los años noventa
El duelo que San Roque y San Fernando protagonizarán el sábado a partir de las 17:00 en el Municipal Manolo Mesa guarda una curiosa historia entre sus entrenadores, una relación fraguada hace más de una década en las entrañas de una entidad de la talla del Atlético de Madrid. José María Pajares y Antonio Iriondo cruzan sus caminos muchos años después de que el técnico de los isleños tutelase al preparador de los rojillos en las categorías inferiores del club colchonero. Por aquel entonces Iriondo comenzaba una pujante carrera en los banquillos y un jovencísimo Pajares destacaba como juvenil del Atleti. ¡Ya ha llovido!
Hay que remontarse a finales de los 90. El entrenador del CD San Roque disfrutó en su carrera como futbolista de una prometedora etapa en la capital, en la cantera de un Atlético de Madrid que le reclutó en edad juvenil tras ver como despuntaba por su tierra. José Mari Pajares se estableció en la residencia colchonera, donde un tal Antonio Iriondo ejercía las funciones de supervisor y entrenador del segundo filial del Atlético. El técnico vasco se fijó en el fino y delgado futbolista de Sabinillas, tanto que le hizo debutar con los seniors de Tercera división siendo aún juvenil.
El ahora preparador del San Fernando dio minutos a Pajares en la Copa Federación, en un equipo que contaba con algunos jugadores que terminaron en Primera como Diego Rivas (Getafe, Real Sociedad o Hércules), Nano (Levante, ahora en la Liga china) y Cubillo o Zahínos (Atleti). En la campaña 1998/99 el segundo filial colchonero alcanzó la liguilla de ascenso de la mano de Antonio Iriondo.
Pajares, que por aquel entonces ya tenía gran inquietud por todos los aspectos relacionados con la parcela técnica, se impregnó de los conocimientos de un Iriondo que empezó a entrenar también muy joven. Nacido en Moscú (Rusia) pero criado en Bilbao, Antonio Iriondo colgó las botas con tan sólo 28 años en el Tomelloso. Establecido en Madrid se preparó para entrenar y en 1991 obtuvo el carné nacional. Iriondo tuvo su primera experiencia en el banquillo del Móstoles juvenil, equipo en el que ya empezó a emplear sus habituales defensas de tres jugadores que admiraba de Johan Cruyff, ese sistema de juego que aún pone en práctica y que el propio Pajares también hace a menudo. Sin ir más lejos en El Rosal dispuso al San Roque con una línea de tres atrás.
Antes de recalar en el Atlético de Madrid, Iriondo dirigió a clubes como el Villaviciosa, Carabanchel y San Sebastián de los Reyes. Después de pasar por el Manzanares el vasco entrenó al Manchego, Madridejos, Móstoles, Rayo Majadahonda, Pinto, Rayo Vallecano (debutó en Primera en Anoeta y estuvo durante nueve partidos), Toledo (perdió un ascenso a Segunda B ante el Algeciras) y por supuesto al San Fernando, al actual club y al anterior extinto. A La Isla llegó en 2007 y ahora comanda su cuarta etapa al frente del club isleño después de que la directiva destituyese a Juan Carlos Menudo en diciembre del pasado año.
Quizás Pajares se contagió en la cantera del Atleti de esa precocidad mostrada por Iriondo ya que el técnico rojillo también inició su trayectoria y formación en los banquillos desde muy joven. El sábado en el Manolo Mesa chocarán dos generaciones pero dos estilos de juegos muy vistosos y similares. El que un día fue alumno tiene la oportunidad de doblegar al que fue uno de sus maestros.
El ahora entrenador del San Roque guarda un recuerdo cariñoso del técnico que se sentará en el banquillo rival el sábado. Pajares recuerda a Iriondo como tutro de la residencia del Atlético de Madrid: "En los momentos malos nos echaba un cable en el aspecto psicológico. Aquello fue como una mili para mí, que no hice la de verdad, y conviví con él dos años. Recuerdo que me llevaba a entrenar en su coche en los momentos de bajón", narra.
"Además de preparar muy bien el aspecto psicológico, es un entrenador de los más metódicos que he conocido. Él fue quien me hizo debutar y eso no lo podré olvidar, aunque no fuera el entrenador del equipo en el que yo estaba", comenta Pajares. Además, explica sobre Iriondo que "en la intimidad es supercachondo, un enamorado del flamenco y de esta zona". Iriondo, por su parte, reaccionó con sorpresa al ser informado por este diario de la identidad de su próximo rival: "No sabía que era este mismo Pajares. Es una sorpresa para mí". Sobre Pajares, admite que la memoria le falla un poco: "Lo recuerdo vagamente porque no era un jugador de mi plantilla. Sí recuerdo que era rapidísimo, que hizo algunos entrenamientos con nosotros", comenta.
"Han pasado muchos jugadores por mis equipos. Sólo en la residencia había treinta y tantos tíos, es difícil acordarse de todos y le tenía un poco perdido el rastro. Allí en la residencia se centraban más en la formación como jugador de los chavales que en sus estudios, aunque creo recordar que Pajares era buen estudiante", afirma el entrenador del San Fernando. El sábado se producirá el reencuentro entre maestro y alumno en el Manolo Mesa.
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