San Mateo aguarda la vuelta de sus vidrieras

Restauración

La empresa de artesanía Viarca ultima la restauración de ocho vitrales de la parroquia de Tarifa

El templo quedará cerrado este lunes para preparar la colocación de los paneles

Alberto Cascón, fundador de Viarca, en su taller de Málaga.
Alberto Cascón, fundador de Viarca, en su taller de Málaga.

Tarifa/Comienza la cuenta atrás para la esperada vuelta de las vidrieras a la parroquia de San Mateo, en Tarifa. Este lunes, 7 de febrero, el templo de la localidad volverá a cerrar transitoriamente sus puertas. Pero esta vez con la certeza de saber que será para mejor.

La restauración integral de ocho de las trece vidrieras de la iglesia llega estos días a su recta final en el taller de la empresa familiar malagueña Viarca, a la que se confió esta tarea. Ahora, toca preparar el terreno para que estos elementos decorativos vuelvan pronto a su emplazamiento tras una minuciosa intervención ha devuelto el brillo original a los vitrales y sentado las bases para mejorar su durabilidad.

"Las vidrieras se encontraban en un estado de conservación muy peligroso. Resulta muy reseñable el papel desempeñado por el párroco Juan Pedro Varo para asesorarse y buscar una restauración de calidad de este patrimonio", explica David Cascón, artesano del vidrio y comercial de Viarca. Varo y Cascón han estado en contacto desde hace aproximadamente dos años para hacer realidad la actuación.

La semana comenzará con la instalación del andamiaje necesario para colocar unas pantallas de vidrio laminado protectoras en cada uno de los ocho huecos. Estas piezas permitirán preservar las vidrieras de la agresión del viento, partículas, suciedad o animales (palomas). Una vez que estén colocadas, en las próximas semanas, será el momento de la minuciosa restitución del material restaurado.

Un trabajo que ha sido realizado con esmero y cuyo resultado Viarca preserva sin difundir imágenes. Será incluso una sorpresa para el párroco, Juan Pedro Varo, quien reconoce que no ha visto todavía una fotografía de cómo han quedado.

Alberto Cascón, Mayte Cuenca, David e Ignacio Cascón, equipo de Viarca encargado de restaurar las vidrieras de Tarifa.
Alberto Cascón, Mayte Cuenca, David e Ignacio Cascón, equipo de Viarca encargado de restaurar las vidrieras de Tarifa.

A expensas del desarrollo de toda la operación, San Mateo permanecerá cerrado como mínimo el resto del mes de febrero. Si bien con el retorno de las vidrieras la comunidad parroquial dará por culminadas las actuaciones más urgentes para la conservación del recinto religioso. El templo tuvo que ser clausurado el pasado mayo por el mal estado de los ventanales, la caída de cascotes y humedades que aconsejaron acometer una intervención que ha sido sufragada gracias a la recogida de donativos por parte de particulares y empresas. Además de recuperar de las piezas de artesanía, se han corregido entradas de agua y filtraciones en la cubierta y se ha repintado el interior gracias a algo más de 40.000 euros de aportaciones solidarias.

La restauración

Las vidrieras de San Mateo fueron construidas entre 1940 y 1950 por la Casa Maumejean, una de las mejores de España y que cuenta en su haber con trabajos como la cúpula del Hotel Palace de Madrid. Sus vidrios coloreados son muy comunes en las parroquias del sur de España, detalla David Cascón.

Una de las vidrieras, antes de ser retirada.
Una de las vidrieras, antes de ser retirada. / E. Fenoy

Los vitrales de San Mateo que han sido restaurados por Viarca representan a los apóstoles, la Virgen María, Jesucristo o la Santísima Trinidad. "Estaban en un estado muy precario porque contaban con un vidrio exterior como pantalla que favoreció el desarrollo de la humedad entre el muro y el panel. De hecho, la principal patología que presentaban se encontraba en el bastidor, muy afectado por la salinidad y la humedad. El vidrio aguantaba el bastidor y no al revés", resume Cascón.

Rotura en la pantalla exterior de una de las vidrieras.
Rotura en la pantalla exterior de una de las vidrieras.

Tras su retirada, el pasado mayo, y un traslado a Málaga en cajas a medida, la intervención de Viarca comenzó con una evaluación exhaustiva de las patologías complemetaria a la realizada en el templo. "Tenían suciedad por el anidamiento de insectos como arácnidos, hongos o hierbas. Presentaban un abombamiento de los paneles y oxidación del bastidor metálico. Además, las siliconas pegadas al vidrio y la vidriera habían afectado a la grisalla (pintura)", abunda Cascón.

Documentado su estado previo, la labor de limpieza por capas se ha efectuado por fases, de más suave a más profunda. "Comenzamos con un cepillo fino, algodón, agua desionizada y alcohol al 50%. Y a partir de ahí, se incrementa el grado de dureza de los cepillos y herramientas. Al quitar la capa de suciedad, aparecieron otras patologías como fracturas en el vidrio y plomos sueltos", destaca el vidriero.

La consolidación del panel, con la restitución del plomo, dio paso a la reposición de la grisalla y la consolidación pictórica. Además, a las vidrieras se les ha colocado un bastidor de acero galvanizado en negro para mejorar su durabilidad. Y cada uno de los 16 paneles de vidrio de cada vidriera se puede desmontar de manera individualizada para facilitar posteriores intervenciones.

Las vidrieras miden 4 metros de altura por 1,70 de anchura. Volverán a tener como capa exterior una pantalla de vidrio, pero mejorada. "El vidrio se colocará en un marco separado del interior para crear una cámara de aire entre el vidrio y la vidriera. Así no se generará la humedad que afectó a las piezas. Y cada uno de los paneles tendrá ventilación individualizada y renovación del aire sin necesidad de medios mecánicos, solo por la circulación natural", subrayan desde Viarca.

Viarca, artesanos del vidrio en Málaga.

Con ello se busca que la próxima intervención sobre las vidrieras se produzca lo más alejado posible en el tiempo. Un signo que permitirá constatar el éxito de un trabajo bien hecho.

Viarca, maestros del vidrio

A unos pasos del Museo del Vidrio de Málaga, en la calle Cabello, Viarca tiene su taller de trabajo. De hecho, la compañía malagueña es la empresa restauradora oficial del museo.

Viarca fue fundada hace ahora tres décadas por Alberto Cascón, artesano del vidrio. Cascón fue durante aproximadamente siete años maestro vidriero de la Catedral de Málaga y cuenta en su equipo con sus hijos, Ignacio y David, así como con su esposa Mayte Cuenca.

Los trabajos de Viarca siguen siempre unas pautas de restauración que cuentan con el aval del Instituto de Investigación del Vidrio, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Además, la empresa posee varias técnicas patentadas para la conservación de estos elementos.

Entre sus últimos trabajos, Viarca también ha elaborado las vidrieras del Central Hall de Gibraltar. Un proyecto encargado por el Ministerio de Cultura de la colonia para materializar el diseño de Sean Ballester, cuya obra The Dance fue la ganadora para decorar este recinto cultural en el Peñón.

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