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La Algeciras de Alá: el islam resucita con fuerza en la frontera sur de Europa

Multiculturalidad

En breve, el 10% de la población censada de la ciudad será marroquí

La primera de las mezquitas algecireñas, después de seis siglos sin templos islámicos en la zona, abrió en un pequeño inmueble de la zona baja hace dos décadas

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Un 7% de los algecireños habla dariya, la variante del árabe sin codificación escrita

Una cliente en la carnicería Alhambra, en la calle José Santacana. / Erasmo Fenoy

Han tenido que pasar demasiados siglos, desde que Muhammad V destruyera y abandonara Al Yazira al Hadra en 1369, para que la primera ciudad fundada por los musulmanes en Europa, en el año 711, vuelva a contar con una organizada comunidad de fieles de tradición espiritual islámica. Casi diez mil musulmanes, en su inmensa mayoría, marroquíes, celebran en Algeciras el Eid al-fitr de final de Ramadán o la Fiesta del Cordero. En breve serán el 10% de la población.

La pacífica irrupción en Algeciras cada verano de unos dos millones de viajeros que se disponen a cruzar el Estrecho de Gibraltar hizo nacer ya en los setenta una precaria industria, de alojamiento y hostelería, dirigida casi en exclusividad a los pasajeros de la hoy denominada Operación Paso del Estrecho (OPE). Los desaparecidos restaurantes La alegría o El buen gusto fueron claros ejemplos de aquellos establecimientos pioneros para transeúntes marroquíes.

Un grupo de personas come, al caer el sol, en la acera de La Marina. / Vanessa Pérez

Historia de la migración magrebí

La migración magrebí a Algeciras es muy tardía si se la compara con la que recibieron otras regiones europeas (que vienen recibiendo migrantes del África Blanca desde la I Guerra Mundial). Estuvo, en primera instancia, muy ligada al servicio doméstico, la venta ambulante y el casi desaparecido sector pesquero. En seguida será el transporte marítimo de pasajeros entre Algeciras, Ceuta y Tánger y el de las agencias de viaje el que absorba la todavía simbólica mano de obra procedente de Marruecos a principios de los noventa.

También, aunque en menor medida, el contrabando del hachís que abastece el mercado europeo se convertirá en el medio de vida clandestino de algunos de esos inmigrantes: actualmente, más de 3.000 personas (según fuentes policiales), tanto marroquíes de origen como netamente españoles, en parecida proporción, se ganan la vida de forma ilegal en el Campo de Gibraltar en las labores auxiliares del narcotráfico (transporte, vigilancias, collas, aprovisionamiento de combustible o víveres a narcolanchas, guarderías, etc.).

Llegan también a Algeciras, a partir del año 2000, trabajadores de origen marroquí que se acaban de jubilar en países europeos. La ciudad, por su proximidad a Marruecos, se convierte en un destino final perfecto para esos pensionistas que quieren estar cerca de su país sin prescindir de los servicios de un enclave occidental (la esperanza media de vida en Marruecos, aunque aumentando, sigue siendo nueve años menor que en España).

La esperanza media de vida en Marruecos, aunque aumentando, sigue siendo nueve años menor que en España

Primeras mezquitas

A partir de 2005 llegan a Algeciras de forma progresiva varios cientos de marroquíes con sus familias y con marcadas estructuras socio-culturales (en muchos casos de carácter patriarcal y teocrático). Se agrupan en barrios cuyas fronteras imaginarias empiezan a quedar definidas para la población local. Se organizan, al principio, alrededor de la antigua oficina del Consulado General de Marruecos, en la calle Teniente Maroto. Abren negocios dirigidos a los numerosos usuarios del consulado y a los pasajeros veraniegos de la OPE.

Esos establecimientos ofrecen por primera vez a los musulmanes en Algeciras el acceso a alimentos halal (los permitidos por la moral islámica). Pronto abren sus puertas también las primeras mezquitas u oratorios, precarios inmuebles en los que se practica el islam particular de la escuela jurídica Malikí de Marruecos.

La primera de las mezquitas algecireñas, después de seis siglos sin templos islámicos en la zona, abre en un pequeño inmueble de planta baja en calle Cayetano del Toro. No contaba con licencia de lugar de culto. La sala de oración acogía diariamente a un puñado de fieles varones de los alrededores. Los escasos gastos del templo (alquiler y suministros) se cubrían con la colecta semanal.

Un puesto del mercado Ingeniero Torroja. / Erasmo Fenoy

Las carnicerías halal de la zona del mercado Ingeniero Torroja ofrecen ya esos años carne procedente de mataderos halal, de animales permitidos sacrificados a cuchillo por un matarife musulmán. A partir de 2010 se abrirán también carnicerías en El Saladillo y La Bajadilla. También abren en el centro bajo pequeños locales de restauración (donde no se sirve ni cerdo ni alcohol), de fotocopias y fotografías para documentos consulares, locutorios, peluquerías de hombres, comercio textil, hostales económicos y pastelerías; todo dirigido a la clientela marroquí.

En 2015 ya funcionaban cinco carnicerías halal en el centro de Algeciras, Saladillo y Bajadilla. Algunos puestos del exterior del mercado se especializan en productos alimenticios y cosméticos de Marruecos (aceitunas, aceite de argán, especias, henna, maquillajes naturales...). Abre sus puertas el primer supermercado Covirán (en la calle José Santacana) de toda España en el que no se vende alcohol ni ningún derivado cárnico no halal. También, por primera vez en España, un Burger King (en la avenida Alcalde Paco Esteban) se anuncia como halal: las hamburguesas proceden de un productor con el certificado halal de Junta Islámica (como acredita documentalmente un empleado).

Sobre 2015, por primera vez en España, un Burger King (en la avenida Alcalde Paco Esteban) se anunció como halal

Expansión de la comunidad islámica

Los fieles que abrieron la primera mezquita se constituyeron como la Comunidad Islámica de Algeciras, presidida por Omar Khemlani. Arrendaron un edificio auxiliar de Almacenes Mérida, en la calle Montero Ríos y realizaron obras para acondicionarlo al uso religioso: dividirían la planta baja en aulas para las clases de Corán que imparten a unos 300 niños del barrio. Esta comunidad se hará después con la propiedad del edificio gracias a la donación de un generoso benefactor. El templo adopta el nombre de Al Houda, concepto islámico que significa camino correcto. Como edificio dedicado al culto, igual que las iglesias, está exento del pago del IBI.

Exterior de las mezquita Al-Huda en la calle Montero Ríos. / Erasmo Fenoy

En la calle Juan Ramón Jiménez de El Saladillo abre pronto otra mezquita gracias a la iniciativa de Kamal Cheddad. La llaman como al segundo califa del Islam, Omar Ibn Ikattaab. Crece pronto en fieles y se traslada a Gesto por la Paz (esquina Fernando de Herrera), donde dispone hoy de una sede con dos plantas. Está inscrita en el Ministerio de Justicia desde 2008 con Cheddad como presidente y su mujer, la conversa Rocío Palma Vilches, como vicepresidenta. Muy activo, este centro ha impartido clases de alfabetización, organizado convivencias interreligiosas y repartido alimentos entre los necesitados del barrio.

Otra de las antiguas mezquitas locales es la Abu Bakr (nombre del primer sucesor del profeta del islam, Muhammad), en una primera planta del Paseo de la Conferencia, esquina Juan de la Cierva.

En el año 2013 se creó la comunidad Taqwa (piedad) en zona próxima a Pescadores. Actualmente esa mezquita se encuentra en Antonio Machado y lleva por nombre Al Rahma (misericordia). Cuenta con una madrasa donde una profesora enseña islam a medio centenar de niños de familias del barrio.

La Bajadilla también dispone de una pequeña mezquita desde 2015 por iniciativa de los mismos responsables de la Abu Bakr.

Por último, la Mezquita Algeciras, junto al Mercadona de El Saladillo. Tuvo un desafortunado protagonismo en los medios internacionales en 2015 porque uno de sus fieles, Ayoub El Khazzani, intentó atentar en un tren francés. Clint Eastwood llevaría el frustrado ataque terrorista a los cines en 2018. Hoy esta mezquita es un oratorio de barrio fuera de toda sospecha.

Almoraima 61

Este reportaje forma parte de un amplio trabajo del mismo autor que publicará la revista 'Almoraima', del Instituto de Estudios Campogibraltareños, en su próximo número correspondiente al mes de mayo de 2024.

Salvo la mezquita Al Rahma, integrada en la federación nacional FEERI, todas las demás pertenecen a UCIDE, la otra gran federación. Todas cuentan con un imán fijo que suele cobrar un estipendio procedente de las donaciones de los fieles de entre 400 a 1.000 euros al mes. En sus madrasas se imparten clases de Corán y árabe fusha a niños de la zona que abonan mensualmente entre 20 y 40 euros.

Las mezquitas cuentan con un imán fijo que suele cobrar un estipendio procedente de las donaciones de los fieles de entre 400 a 1.000 euros al mes
Entrada a una mezquita en Algeciras. / Erasmo Fenoy

Número de musulmanes

Cierta flexibilidad fronteriza permite a partir de 2005 (año de la gran regularización de sin papeles impulsada por Rodríguez Zapatero) que la comunidad originaria de Marruecos en Algeciras crezca en número hasta llegar a los 6.300 habitantes censados de nacionalidad marroquí en 2023. El padrón municipal cuenta también con unos aproximadamente 2.000 ciudadanos españoles cuyos nombres y apellidos delatan su origen magrebí.

Si los censados viven efectivamente en Algeciras, el número de musulmanes está entre los 8.000 y 9.000. A esa cifra habría que sumar la de la creciente comunidad islámica subsahariana (mayoritariamente de Senegal), la pakistaní (formada por media decena de familias y algunos trabajadores varones) y la de fieles netamente españoles conversos al islam. Estas conversiones (unas 100 en total según una consulta realizada en las principales mezquitas, las que emiten certificados de sahada) casi siempre tienen lugar por razón de matrimonio con musulmán o musulmana.

Una carnicería marroquí en la calle José Santacana. / Jorge del Águila

Musulmanes practicantes

Mediante recuento directo, se ha podido constatar que aproximadamente mil fieles varones, en la actualidad, acuden cada viernes a la oración obligatoria (la del dhuhr o media tarde) en alguna de las mezquitas de Algeciras. Teniendo en cuenta que hay un número importante de musulmanes practicantes que no puede asistir a esa oración obligatoria por razones laborales o escolares, no resulta osado establecer que el número de musulmanes practicantes varones se acercaría al de 1.500, cifra a la que hay que sumar un número equivalente de mujeres, pues estas están eximidas expresamente por el Corán de esa obligación de la oración comunitaria de los viernes.

El elevado índice de musulmanes en algunas zonas de Algeciras (en el conjunto de España son el 4%) explica que, por ejemplo, en el Colegio Andalucía, en La Piñera, 180 niños eligieran educación islámica el pasado curso frente a 87 que eligieron católica. Es decir, que los alumnos que optan por la religión islámica duplican a los que se decantan por la católica.

Los alumnos que optan por religión islámica duplican a los que eligen la católica en algunos centros escolares

Son los signos de los nuevos tiempos: la pluralidad ya forma parte de la naturaleza de los algecireños.

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