La Capitanía Marítima de Algeciras detuvo durante la OPE a seis ferris por contaminación
Puerto
La autoridad marítima impuso avales de 10.000 a 90.000 euros y la obligación de reparar
Las inspecciones deben realizarse en el momento para que prosperen las sanciones
Algeciras/Cuando los barcos no paran, el humo tampoco. La Capitanía Marítima de Algeciras detuvo a seis ferris por contaminación durante los tres meses de la Operación Paso del Estrecho (OPE) en la ciudad. En prácticamente todos los casos, el arresto se debió a un exceso de emisiones al aire por mal funcionamiento de los motores cuya reparación fue obligada por la Capitanía para que pudieran retomar la actividad, según fuentes de este departamento. Las intervenciones se efectuaron por su carácter de máxima autoridad en los puertos en materia de seguridad de los buques y su control sobre el medio ambiente marino.
Las quejas de los ciudadanos y grupos ecologistas han sido constantes este verano por las frecuentes columnas de humo emitidas desde parte de la flota que prestó sus servicios en la zona al arrancar y salir de la Bahía. Algunos de estos barcos fueron traídos expresamente por las navieras como refuerzo y, en otros casos, se trata de ferris que rozan los 40 años desde su construcción.
Unas pocas cifras bastan para evidenciar el constante movimiento de buques de pasajeros que se produjo en el Estrecho. En la pasada OPE, el Puerto de Algeciras canalizó el trasiego de 1,8 millones de viajeros entre las fases de salida y retorno. Esta ingente cifra, el 70% del total nacional del dispositivo, se desplazó en una veintena de barcos de cinco compañías que efectuaron en total 7.585 rotaciones (viajes de ida y vuelta).
La Capitanía Marítima de Algeciras efectuó seis detenciones y abrió tres expedientes sancionadores, dos para un mismo barco, e impuso avales de 10.000 hasta 90.000 euros. Aún siendo una cifra total relativamente baja frente a la percepción ciudadana de humaredas constantes, el número de arrestos fue superior a la OPE del pasado año. La edición de 2018 se saldó con cuatro detenciones por polución.
El bajo número de actuaciones se explica por las garantías legales que requiere el sistema y la escasez de medios humanos y materiales de la administración. Para efectuar una detención y apertura de un expediente sancionador, es necesaria una revisión inmediata que permita demostrar el mal funcionamiento para sustentar un posterior expediente sancionador con plenas garantías.
De los seis arrestos, en uno de los casos se detuvo a un barco por contaminación aérea y por vertido de hidrocarburos. Por ambas deficiencias tuvo que ser reparado en un astillero y antes de volver a operar depositó dos avales en la Caja General de Depósitos de Hacienda. No obstante, no se libró de la apertura de sendos expedientes sancionadores que siguen su curso administrativo.
Otro ferry detenido estuvo apartado del servicio durante 15 días por mal funcionamiento de sus motores, mientras que en un tercer caso la vuelta a la navegación se produjo tras cinco días y varias reparaciones. En estos dos episodios se abrieron otros tantos expedientes.
Las tres últimas detenciones se resolvieron en un plazo menor. Entre estos casos se encuentró el Morocco Sun, de la compañía AML (Africa Morocco Link), que permaneció retenido 24 horas a primeros de agosto por deficiencias en la combustión. Los ciudadanos también han señalado en las redes sociales a barcos como el Med Star de Intershipping o el Volcán de Teno, de Armas como grandes emisores.
Muestreos de azufre
La toma de muestras de carburante es otro de los instrumentos empleados por la Capitanía Marítima para detectar y multar el uso de combustibles con un contenido en azufre por encima de los límites establecidos para las aguas portuarias, lo que también deriva en episodios de contaminación del aire.
En apenas tres meses, a partir del 1 de enero de 2020, entrará en vigor una nueva normativa internacional que reducirá sensiblemente el porcentaje de azufre permitido en los buques en todo el mundo. El actual límite para surcar aguas internacionales es de hasta un 3,5% de contenido de azufre en masa (1,5% en la UE), que pasará a solo el 0,5%. En el caso de las aguas de los puertos, tanto en atraque como fondeo, el límite ya se encuentra reducido a solo el 0,1% de azufre.
Los barcos poseen varios tanques de combustible y se surten de uno u otro en función de su localización. Pero a veces se hacen trampas. Para atajarlas, las capitanías toman regularmente muestras del azufre. La de Algeciras es la más activa de todo el país en estos controles: hasta el 31 de agosto se han realizado 131 inspecciones y 51 muestreos que se han saldado con la apertura de nueve expedientes por supuestas irregularidades. Otros casos se encuentran a expensas de los resultados de los muestreos, según la información que difunde la Agencia Europea de Seguridad Marítima.
En el mismo periodo de 2018 fueron 116 inspecciones y 34 muestreos que se saldaron con la apertura de seis expedientes sancionadores a buques de todo tipo, desde barcos de pasajeros a graneleros o portacontenedores.
El Gas Natural Licuado se erige como la alternativa de futuro para el transporte marítimo ante las cada vez más restrictivas normas para los fueles. Empresas como Endesa proyectan la construcción de una terminal de abastecimiento en unos terrenos ubicados en Los Barrios, junto al pantalán de Acerinox, que igualmente ha despertado las quejas de los grupos ecologistas.
Con independencia de la infraestructura, navieras como Baleària han puesto en marcha planes para remotorizar su flota y adaptarla a este combustible. El último ejemplo se encuentra en el astillero de Gibraltar. El Bahama Mama, ferry que habitualmente opera en Baleares pero que se dejó ver durante la última OPE por el Estrecho, está siendo sometido a una reconversión que prevé estar lista en cuatro meses.
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