Adolfo Utor, presidente de Baleària: "Mi abuelo fue concejal en Algeciras y fusilado durante la Guerra Civil"
ENTREVISTA
Critica el "excesivo intervencionismo" de las autoridades en el mercado de las navieras que operan en el Estrecho, tanto de la parte española como de la marroquí, y aboga por la liberación del tráfico marítimo
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Adolfo Utor Martínez (Alhucemas, 1961) es el presidente y único accionista de Baleària. Afincado en Dénia, ocupa el puesto 91 en la lista de los españoles más ricos según la revista Forbes, con una fortuna ganada a pulso de 350 millones de euros.
La trayectoria de este valiente emprendedor ha sido meteórica. Empezó desde abajo: fue camarero, albañil, gasolinero, vendedor de billetes, amarrador de barcos, responsable de taquilla, comercial, delegado administrativo en Ibiza y, finalmente, máximo responsable ejecutivo de Baleària desde 1990. Con solo 23 años entró a trabajar en la antigua naviera Flebasa, filial de Isnasa, creada por Juan Luis Bandrés a principios de los años 70, y antecedente de la actual Baleària. Nada en la vida de Utor ha sido fruto de la casualidad.
En el primer año de la Guerra Civil, su abuelo, farmacéutico republicano en Algeciras, fue asesinado por el bando sublevado. Su padre, maestro criado en Ceuta tras la tragedia, fue destinado a Alhucemas, el antiguo protectorado español en Marruecos, donde nació en 1961 el actual presidente de Baleària. Con diez años, toda la familia se trasladó primero a Granada y, después, a Alicante.
La naviera creada por Utor comenzó su actividad hace un cuarto de siglo con cuatro rutas, seis barcos y una plantilla de 125 personas, mientras que en la actualidad opera 25 rutas en seis países. Una de ellas es la que une las dos orillas del Estrecho de Gibraltar, con el Puerto de Algeciras como base.
Baleària, que empezó a operar en 2006 la ruta Algeciras-Ceuta, posee ahora una flota de 35 barcos y un equipo de más de 2.500 personas. La incorporación en el Estrecho del Passió per Formentera en 2009 supuso una inversión de 42 millones de euros y desde entonces cruza las dos orillas casi ininterrumpidamente gracias a sus posibilidades de navegación en condiciones adversas.
Adolfo Utor accede a ser entrevistado por Europa Sur a través de un cuestionario que responde por escrito.
-¿Qué sabe de su abuelo, Adolfo Utor, propietario de una farmacia en la calle Emilio Santacana de Algeciras, la actual farmacia Almagro? ¿Cuál fue la historia de su familia?
-La farmacia Utor en la calle Emilio Santacana perteneció durante generaciones a la familia Utor, que también regentó con el mismo nombre una farmacia en Ceuta. Mi abuelo, Juan Adolfo Utor Utor, fue concejal del Ayuntamiento de Algeciras y fusilado a la temprana edad de 34 años, el 14 de septiembre de 1936, dejando viuda y tres hijos de 5, 3 y un año. Mi padre, Juan Adolfo Utor Acevedo, era el primogénito. Mi abuela murió al poco tiempo, dejando a los tres niños huérfanos de padre y madre y quedando su educación bajo la custodia de familiares cercanos.
-¿Conoce la causa del fusilamiento de su abuelo Juan Adolfo Utor?
-Los motivos tras el juicio militar sumarísimo se desconocen. Tan solo nos quedó un certificado de defunción donde, según indicaba el forense, la muerte fue “por lesiones”. En aquella época de represión quedarse huérfano por fusilamiento resultaba ser una mancha y las familias silenciaban el hecho luctuoso y sus detalles. Mi padre nunca nos contó nada mientras fuimos niños. Solo ya de más mayores, y tras la muerte de Franco, supimos de lo ocurrido. Mi padre siempre nos contó que quien denunció a mi abuelo fue un vecino que vendía licores y con el que discutía a menudo por cuestiones políticas. Más adelante ha salido publicado que el motivo que desencadenó el ajusticiamiento fue una discusión política en el Casino de Algeciras con el referido vecino.
-¿Tiene conocimiento de algún otro antepasado en Algeciras o alrededores?
-Entre nuestros predecesores sobresale el farmacéutico y licenciado en ciencias Juan Adolfo Utor Custodio, un destacado masón de la logia Trafalgar, según recoge el libro de Antonio Morales Benítez titulado La logia Trafalgar de Algeciras en el origen de la masonería campogibraltareña del siglo XIX. Además, publicó artículos científicos y fue primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Algeciras.
-¿Dónde nació usted? ¿Qué recuerdos tiene de su infancia y juventud?
-Mi padre, Juan Adolfo Utor Acevedo, que nació en el año 1931, después de quedar huérfano y separado de sus hermanos, a corta edad se educó en Ceuta con un tío materno, Juan Acevedo, en un matrimonio sin hijos. Estudió magisterio en Tetuán y tuvo como primer destino Alhucemas a finales de los años 50. Allí conoció a mi madre, Juana Martínez Íñigo, hija de un empresario y comerciante de Almería afincado en Alhucemas, Francisco Martínez Cano. Se casaron en el año 1960 y en 1961 nací yo, el primero de cuatro hijos. Con un año, mi padre fue destinado a tierras granadinas primero y a tierras valencianas después, yo ya con seis años.
-¿Cuál ha sido su relación con Algeciras y el Campo de Gibraltar?
-Los vínculos familiares fueron más hacia la parte materna, con familiares afincados en la provincia de Alicante y algún viaje a la tierra Alhucemas, donde todavía vivían nuestros abuelos maternos. Los vínculos con la familia paterna del Campo de Gibraltar fueron prácticamente inexistentes: la orfandad de mi padre, la fatalidad de la Guerra Civil y las circunstancias de la muerte de mi abuelo rasgaron las relaciones familiares. Los hermanos de mi padre, Luis y Eduardo, también dejaron el Campo de Gibraltar en su juventud, estableciendo su residencia en Madrid. Mi llegada a Algeciras y a la comarca, más que por mis antecedentes familiares, fue consecuencia de mis primeros pasos profesionales con Flebasa e Isnasa y de los avatares de la empresa que fundé en el año 1998.
-Con 23 años, entró a trabajar en una filial de Isnasa, naviera que en 1972 consiguió una concesión para unir Algeciras y Ceuta por ferry, haciéndole la competencia a Transmediterránea. ¿Esto le dio ideas para crear una línea que conectase el levante español con Baleares?
-En el año 1998 se fundó Baleària en la ciudad de Denia y comenzamos nuestra andadura en las Islas Baleares. Fue en el año 2003 cuando aterrizamos en Algeciras con el fast ferry Federico García Lorca. Mi vínculo anterior con Isnasa Flebasa desde el año 1984 estuvo presente a la hora de tomar esta decisión.
-Usted, que tiene mucho de visionario, ¿cuál cree que será la próxima revolución en el sector del transporte marítimo?
-En el Estrecho de Gibraltar se concentra el principal tráfico de pasajeros y autos de España, pero también la flota más anticuada de Europa. Esto es debido al excesivo intervencionismo de las autoridades en el mercado, tanto de la parte española como de la marroquí. Un giro en las políticas públicas e intervencionistas propiciaría un cambio en la realidad, como ya ocurrió en Baleares con la liberación del tráfico marítimo impulsado desde instancias europeas. Las relaciones comerciales entre España y Marruecos son las relaciones comerciales entre Europa y África. El horizonte del año 2030 con el Mundial de fútbol y de 2050 como objetivo para la total descarbonización deberán ser los hitos que desencadenen un cambio necesario en las comunicaciones marítimas del Estrecho.
-¿Y a corto plazo?
-Mi visión es que seguirán creciendo los tráficos de pasajeros, vehículos y mercancías rodadas, y con políticas públicas acertadas seremos testigos de una transformación en la oferta de servicios de transporte marítimo, con barcos más modernos y sostenibles.
-¿Qué opina del presente y el devenir del Campo de Gibraltar, con sus indudables ventajas estratégicas, pero también sus deficiencias?
-El Campo de Gibraltar es la frontera de Europa por el sur, la frontera donde la diferencia de rentas es la mas grande del mundo, con problemas migratorios, de tráficos de drogas y de confrontación de culturas. El desarrollo industrial ha sufrido una recesión en las últimas décadas con la conflictividad social como telón de fondo y sin condiciones objetivas para la inversión. Al mismo tiempo, observamos cómo el norte de Marruecos se beneficia de una progresiva industrialización fruto de la relocalización. Yo espero y deseo que esta realidad en la que está sumido el Campo de Gibraltar se pueda revertir, se den las condiciones objetivas para la inversión y que las buenas relaciones entre España y Marruecos las faciliten. El Campo de Gibraltar necesita de inversiones privadas y públicas capaces de reimpulsar el desarrollo y el progreso económico del territorio.
-¿Y desde Baleària cómo van a contribuir en este impulso que usted describe?
-Estamos en ello. Modestamente contamos con un plan de renovación de flota para el Estrecho que contempla la incorporación de nuevas construcciones que modernicen las comunicaciones marítimas con Marruecos. Estoy convencido de que la condición de frontera sur de Europa aportará mas ventajas que desventajas para el futuro económico y social del Campo de Gibraltar.
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