Cerco al narcotráfico: 980 detenidos, 5,6 toneladas de cocaína, 133 de hachís y 77.000 litros de gasolina
Guardia Civil y Policía Nacional | 2020 Campo de Gibraltar
Las autoridades intervinieron 77.650 litros de combustible el pasado año en la comarca frente a los 42.581 de 2019 por la mayor demanda de las redes ilegales en su búsqueda de rutas alternativas
El total de detenciones bajó un 15,4%, hasta las 4.667
Muchísima más gasolina intervenida, aunque tanto el número de detenciones como la droga incautada en el Campo de Gibraltar bajaron levemente en 2020. Así se desprende de los datos de las actuaciones realizadas por la Guardia Civil y la Policía Nacional el año pasado en el marco del Plan especial de lucha contra el narcotráfico, según información facilitada a Europa Sur por el Ministerio del Interior.
Las incautaciones de combustible para abastecer a las narcolanchas de las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en la comarca aumentaron un 82,3% durante el pasado año mientras que el número de detenidos por narcotráfico descendió en un 10,5%.
Para las organizaciones ilegales, la venta de gasolina se ha convertido en otra lucrativa línea de negocio paralela a los alijos de drogas y tabaco de contrabando procedente de Gibraltar. Tras las garrafas para nutrir a los motores de las fueraborda se mueve otro entramado encubierto de suministradores, almaceneros, transportistas y porteadores similar al de los fardos de arpillera y las cajas de cigarrillos. E incluso menos arriesgado desde el punto de vista legal: la tenencia de gasolina en grandes cantidades todavía sigue siendo considerada como falta. Las detenciones se resuelven con el pago de una multa por una mera sanción administrativa.
A lo largo del año pasado, las actuaciones de estos dos cuerpos de seguridad permitieron la intervención de 77.650 litros de combustible. Un año antes fueron 42.581 litros, lo que arroja el incremento ya citado del 82,3%. Las fuentes consultadas por este periódico apuntan a que la demanda es creciente porque las redes del narcotráfico optan por rutas alternativas al Estrecho de Gibraltar, la más corta desde Marruecos, por la fuerte presión de las autoridades. El elevado consumo de los motores (de unos 300 caballos de potencia media) y las mayores distancias requieren más litros.
Es uno de los pocos parámetros que aumenta en comparación con 2019. En general, el pasado año estuvo marcado por un ligero descenso en el número de detenciones y droga y tabaco aprehendido. Algo que el Gobierno central achacó en enero, a través de la delegada del Ejecutivo en Andalucía, Sandra García, al efecto de la presión policial y a las restricciones de movilidad por la pandemia que durante los meses del estado de alarma y confinamiento hacían más evidentes los transportes. La criminalidad descendió, así como los delitos por drogas en Algeciras, pero se incrementaron en La Línea y San Roque, según estadísticas difundidas recientemente por este mismo departamento ministerial.
En total, la Guardia Civil y la Policía Nacional efectuaron 4.667 detenciones, de las que 980 estuvieron relacionadas con el narcotráfico. Son un 15,4 y un 10,5% menos sobre 2019, cuando los arrestos fueron 5.519 y 1.095 directamente por tráfico de drogas, según los datos de Interior. Las operaciones también han sido menos: 1.226 (-7,2% sobre las 1.322 de 2019).
La gasolina como delito
Tras muchos esfuerzos y demandas, el Consejo de Ministros aprobó en octubre de 2018 un decreto-ley por el que quedaron prohibidas las embarcaciones de alta velocidad que utilizan habitualmente las redes del narcotráfico y del contrabando de tabaco en el Estrecho de Gibraltar.
A lo largo de 2020, las intervenciones de embarcaciones ascendieron a 175 por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Un año antes fueron 235 y 21 si se tiene en cuenta el periodo de agosto a diciembre de 2018, los primeros meses de vigencia del plan especial. Suman, por tanto, 431 lanchas incautadas en la comarca prácticamente desde la puesta en marcha de la normativa que restringe su tenencia y uso privado.
Una vez alcanzado ese importante paso normativo, las autoridades de primera línea en la lucha contra el tráfico de drogas reclaman un tratamiento similar para las petacas de gasolina.
El hoy responsable de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, Jesús Núñez, ya expresó en octubre de 2019, cuando dirigía la Comandancia de Algeciras, la necesidad de contar con nuevos instrumentos legales para luchar contra la lacra del narcotráfico, particularmente, contra la tenencia de carburantes en grandes cantidades para abastecer a las narcolanchas.
“Cuando se intervienen policialmente 1.000, 2.000 o 3.000 litros de combustible en el interior de viviendas, furgonetas o embarcaciones, si no se puede acreditar su trazabilidad con el narcotráfico, son tan sólo infracciones administrativas. Al ser los autores insolventes y no ser titulares de los bienes intervenidos para su depósito o traslado, se suele traducir en una impunidad absoluta”, afirmó Núñez el 12 de octubre durante el acto conmemorativo de la patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar, celebrado en la Plaza Alta.
“Es necesario”, añadió el coronel, “que nuestra legislación penal tipifique las conductas consistentes en almacenar y trasladar millares de litros de combustible, sin que tenga que acreditarse su expreso consumo en embarcaciones cargadas de droga”.
La Fiscalía de Área de Algeciras, que titula Juan Cisneros, coincide en este planteamiento como una herramienta necesaria para poner coto a las mafias. "Ha habido muchos casos en los que la Policía Nacional, la Guardia Civil o Aduanas nos ha traído casos muy llamativos, pero en los que el juez se ha preguntado que dónde está el delito", subrayó el pasado diciembre. También se ha intentado explorar la vía del delito de estragos o similares, pero tampoco. "Si, por ejemplo”, añadía entonces el fiscal jefe, “se estableciera como delito de imprudencia esa posesión o el traslado del combustible sería mucho más fácil cortar los suministros a las redes del narcotráfico”.
Aprehensiones
Bien sea por la mayor presión de las autoridades, y con el efecto añadido de la pandemia, las intervenciones de estupefacientes y tabaco cayeron en 2020 en comparación con el año anterior.
En total, las incautaciones ascendieron a 139,2 toneladas de droga, un 10,28% menos en comparación con las 155,1 toneladas del año precedente. De este total, la mayoría fue hachís, con 133 toneladas (-9,4%). La cocaína también cayó, con 5,6 toneladas (5.694 kilos, un 16,9% menos que en 2019).
La intervención de marihuana bajó un 48,3%, con 433 kilos (839 en el año anterior) aunque en este pasado 2020 se localizaron 7.128 plantas, una cifra sin precedentes en los dos años anteriores.
Por último, la Guardia Civil y la Policía Nacional dieron con 569.876 cajetillas de tabaco de contrabando, un 30,6% menos (821.416 el año previo).
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