El Desastre de Annual (III)

Historias de Algeciras

Algeciras también sufrió un gran sobresalto al conocer el asesinato del presidente del Gobierno, Eduardo Dato

La inestabilidad en Marruecos no era algo desconocido en España

En 1921 se haría cargo de la Perseverancia el empresario Adolfo Medina Sánchez
En 1921 se haría cargo de la Perseverancia el empresario Adolfo Medina Sánchez / E. S.
Manuel Tapia Ledesma

18 de julio 2021 - 00:24

Y con la llegada de marzo, al igual que ocurriera en todos los municipios del país, Algeciras también sufrió un gran sobresalto al conocer el asesinato del Presidente del Gobierno, Eduardo Dato. Hecho acontecido durante los primeros días del ventoso mes. Sin entrar en la oscuridad que rodeó al citado magnicidio -como así ocurriera con otros como los de Canalejas, Cánovas y hasta el del mismísimo general Prim- si en cambio recordaremos la estrecha relación que el asesinado presidente había mantenido con nuestra ciudad; relación, que se remontaba a varios años atrás, cuando por primera vez nos visitó recibiendo palabras laudatorias, tales como: ”El Sr. Dato no es solo un conservador; no es solo el miembro ilustre de ese partido, el Sr. Dato es un español insigne, ex presidente del Consejo de la Corona […] En este pueblo de Algeciras, por deber de patriotismo, estamos obligados a rendirle un respetuoso homenaje de afecto y consideración”. Anecdotario aparte, era muy conocida la especial relación de amistad que mantenía el ex Alcalde Emilio Morilla con el asesinado presidente. Tras la marcha de este en una de sus visitas, el que fuera su amigo en Algeciras, recibió un telefonema desde la capital de España, cuyo texto recogía: “Reitero especial agradecimiento e incondicional amistad”.

Y mientras sus seguidores algecireños -como los del resto del país-, lamentaban la pérdida de tan reconocido estadista, desde Tetuán, llegaban malas noticias: “Enrique Malagón alto oficial de la Policía Indígena ha muerto […] Encargado de recorrer los aduares, resolviendo con diplomacia y tacto los pleitos entre indígenas […] querido y respetado por todos nunca pudo haber concebido que la mano de un traidor le hiriese de muerte”. A pesar de la cada vez más difícil situación que se vive en la zona, las instituciones españolas mantienen la normalidad en sus delegaciones abiertas en las ciudades del Protectorado: “Miguel Elena Puche, quién fuera oficial de la sede del Banco de España en Algeciras, ha sido destinado para ocupar el mismo puesto en la delegación del citado banco en Tetuán”.

Tras pasar el estupor por la muerte de tan insigne personaje de la vida política nacional, Algeciras vuelve a la normalidad; y en la sesión plenaria que se desarrolla durante la primera semana de aquel mes y dentro del convulso 1921, entre otros puntos significativos, se recoge en acta: “El Sr. Alcalde dá cuenta de que pensando el Regimiento de Extremadura 15 formar la biblioteca del soldado, se ha dirigido á este Ayuntamiento solicitando el donativo de libros. La Corporación acuerda autorizar al Alcalde para que adquiera el que sea más conveniente y lo done en nombre del municipio”. El pleno local debió entender que Un grano no hace granero, pero...

Sea como fuere, al mismo tiempo que aumenta la tensión bélica al otro lado del Estrecho, los muchos aficionados algecireños al arte de Cúchares están de enhorabuena; la empresa que regentaba durante aquel año la Plaza de Toros de La Perseverancia anuncia una novillada para el comienzo de la primavera del 21: “Inauguración de la temporada celebrándose en nuestro circo a las 4 de la tarde, una magnífica novillada en la que se lidiarán cuatro hermosos novillos-toros de la acreditada ganadería de la Señora Viuda de Gallardo, por los diestros: José González Águila, y Manuel Martínez Vera. Precios. Entradas de Sombra 1'50 pesetas. Ídem Sol, 0'80. Media entrada para niños y militares sin graduación”. Y dentro del mismo contexto taurino, también por aquellos días se hace público: “Ha sido adjudicada la Plaza de Toros de Algeciras, para la próxima temporada al popular empresario Adolfo Medina Sánchez, el cual esta ultimando los preparativos necesarios para la celebración de corridas nocturnas y de feria”.

Cartel de Feria y Fiestas en Algeciras 1921
Cartel de Feria y Fiestas en Algeciras 1921

De regreso a la inestabilidad en el norte de Marruecos, esta no era nada nuevo para el Gobierno de España, pues periódicamente se producía una desestabilización en la zona. Y así erróneamente fue tomada esta vez. Ya en tiempos de Jordana como Alto Comisionado, fue llamado rápidamente a consultas por Madrid, viéndose por tanto por nuestra ciudad con cierta asiduidad: “Tetuán. A las dos de la tarde marchó para Ceuta en automóvil, el Alto Comisionado de España en Marruecos General Gómez Jordana, acompañado de su hija Dña. María y su ayudante de órdenes, el teniente coronel de Caballería D. Enrique Soeza. En aquella plaza embarcaron a bordo del cañonero Recalde, quién los condujo hasta Algeciras donde tomaron el tren hacia Madrid […] El ilustre General vá a la Corte á conferenciar con el Gobierno graves y urgentes asuntos de Marruecos”. En aquellos años en los que Jordana ejerció tan alto cargo, un cronista español preguntó al Raisuni, entre otras, lo siguiente: -¿Qué política debe seguir España en Marruecos?. (Respuesta) La que siguió en un principio y dió como fruto la ocupación de Larache y Alcazarquivir sin disparar un solo tiro. Política pacifista de atracción y no de conquista. (P) -¿Sabe que el general Primo de Rivera ha propuesto cambiar Ceuta por Gibraltar?. (R) Sería trocar un trozo de España por otro de España. Sería cambiar de sitio dentro de España los cañones ingleses. Y mientras el Rasuni expresaba lo que querían oír los oídos españoles, en Algeciras abría sus puertas una importante clínica: “Por invitación del médico Dr. Víctor Hernández, se visitó su clínica en calle San Juan, 15.

Al mismo tiempo que se apertura la reseñada nueva clínica, llega a nuestra ciudad procedente de Madrid, el Alto Comisario general Berenguer, quién por motivos de un fuerte temporal se ve obligado a pasar unos días en nuestra ciudad. Preguntado por el redactor de un importante diario madrileño que le acompaña, sobre las operaciones militares en el Rif, manifiesta: -De operaciones estamos todos los días que las circunstancias nos exigen. No falta más que la comunicación con Melilla (las líneas telegráficas habían sido destruidas semanas atrás), y con el tiempo se hará. (P)¿Y con Larache?: (R) -La tenemos por el Fondack de Ain-Yedida. (P) ¿Y las operaciones militares sobre Xáuen?. (R) En principio se crearon necesarias, pero la amplitud dada por los franceses a su avance la hacen innecesarias. Lo cierto era que ambos Ejércitos estaban en guardia ante el movimiento de las fuerzas rifeñas.

"Algeciras recibiría al mes de abril -tres meses antes de los tristes hechos en Annual- con la siguiente subida de precios en la compra"

Por aquellos días se hacen publicas las cuentas de la Beneficencia Local en referencia al año anterior, teniendo como valedor al párroco de la Palma, Rvdo. Guerra Méndez: “Existencias Diciembre de 1920, 8.859'35 Ptas. Dentro del contexto religioso aquel año del “Desastre”, la Semana Santa cayó en marzo (Semana Santa enmarzá, hambre, frío y mortandad), saliendo cuatro procesiones los días miércoles, jueves y viernes: “Miércoles Santo, Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Columna. Jueves Santo: Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Santa Mujer Verónica. Viernes Santo: Cofradía del Santo Cristo de la Expiración, Santa María Magdalena, la Virgen del Mayor Dolor y San Juan Evangelista”. De seguro que la preocupante situación en la otra orilla del Estrecho, y la más que numerosa presencia de soldados locales allí destinados, harían muy numerosas las penitencias que habitualmente acompañan a los pasos procesionales. Desgraciadamente el refrán semanasantero se cumpliría fielmente.

En marzo fueron tallados, entre otros, los mozos algecireños siguientes: Juan Aguado Pérez, Salvador Jiménez, Emilio Ruiz Lobato, José Rodríguez Gómez, Manuel Pagüe Rodríguez, Aurelio Pérez Sánchez, Manuel Saura Rodríguez, Antonio Moreno Ricardón, Juan Díaz Casal, Manuel Villa Ruíz, Aniceto Caballero, Antonio González Sánchez, Pedro Fernández Pelayo, Manuel Quirós Rodríguez o Manuel Arroyo Macías.

Algeciras recibiría al mes de abril -tres meses antes de los tristes hechos en Annual- con la siguiente subida de precios en la compra: “Tabla de precios del mercado de abastos municipal en la última semana del mes de marzo de 1921: Patatas viejas, 0’40 Cts. Kilo. Patatas nuevas, 0’45 Cts Kilo. Huevos pequeños 0’30 uno. Huevos mayores 0’45 id. Aceite 2’80 Ptas. Litro”.

Siguiendo con aquella primera jornada, se llevó a efecto lo publicado el mes anterior por la institución militar local: “El lunes 1 del próximo mes de abril, a las 10 de la mañana se celebrará subasta ante el Sr. Comandante Mayor del Regimiento Extremadura nº 15, para la adjudicación de los desperdicios de la cocina del mismo, siendo de cuenta del que se le adjudique el importe de este anuncio. El Comandante Mayor Carlos Redondo”. Por aquellos días del luminoso mes, llega de permiso a nuestra ciudad un insigne soldado algecireño que sería victima de la devastadora guerra del Rif: “Ha sido gratamente recibido el alférez del Batallón Cazadores de Madrid, destinado en Tetuán Fernando García de la Torre”. Casi coincidente con la llegada del alférez local, llega destinado a nuestra ciudad un singular militar, especialista en una profesión adelantada a su época: “Proveniente de Gijón se ha incorporado al Regimiento de Extremadura 15, el teniente coronel don Antonio García Pérez, gentil hombre de cámara de S. M. e ilustre publicista”.

Flores el Gaditano nació frente al Hospital Civil en 1921
Flores el Gaditano nació frente al Hospital Civil en 1921

Volviendo a la realidad del Ejercito español en el Magreb, y la necesidad de nuevos reemplazos de soldados, el Gobierno presenta el Proyecto de Reforma de la Ley de Reclutamiento […] Se fomentará -entre otras-, el voluntario en el Ejército y se reformará la constitución de las comisiones mixta de reclutamiento en la forma que se detalla. Se declara obligatoria la recluta de la oficialidad de complemento entre la clase de tropa de cada reemplazo. Y se obligará al pago del impuesto militar a los padres de los mozos que sean declarados prófugos”. En este último supuesto, se penaliza a los padres por la fuga de sus hijos.

Dejando a un lado las previsiones de tropas que prevé el Gobierno con vista al posible agravamiento de la situación en la zona del Protectorado Español, la también situación social y económica de España era tan precaria, que en nuestra ciudad, como en otros municipios, se dan imágenes tan tristes como la que sigue: “Es bochornoso que habiendo llegado de Cádiz, vía San Fernando, al viajero que llega hasta Algeciras se le dé el siguiente espectáculo: al apearse una turba de desgraciados haraganes, se abalanzan sobre este por coger las maletas enfrentándose entre ellos, llegando a pelearse. Por llevar la maleta se le dá 50 céntimos, llegando con palabras soeces a molestar mostrando la gorra como mozo de número, diciendo estar autorizado por el Sr. Jefe de Policía, y exigiendo más. Nadie se explica que alguien pueda estar autorizado para molestar al viajero”.

De regreso a la actualidad en el frente del Rif, comentar que, según noticias de Tetuán: “Salió una columna mandada por el coronel Castro-Girona. El general Berenguer marchó a visitar las nuevas posiciones acompañado del gabinete militar y ayudantes”. Mientras el Alto Comisario del Protectorado español, cumplía con sus competencias, por la consulta del Hospital Civil, en cumplimiento de las leyes de reclutamiento expresadas, habían pasado, entre otros para su obligada revisión médica, los siguientes mozos algecireños: Joaquín Delgadillo Galiardo, Andrés Cote, Juan Pérez Casas, Mariano Rojas Coronil, Santiago Vargas Quiñones, Manuel García Avellaneda, Pedro Gazquez Verdejo, Antonio Badillo Ceño, Ignacio Quiñones Velasco, Pedro Mena Martín, Rafael Viñegle Capulnio, Manuel Jiménez Rodríguez, Santiago García, Juan Jiménez Salvatierra, Manuel Alcalá Moreno, José García Ropero o José Blanco Sierra.

En otro orden de asuntos, y ante la necesidad y previa petición municipal, el Gobierno Militar de este Campo, traslada a la Alcaldía escrito del Capitán General de la Región, aclarando: “No está en sus atribuciones autorizar a la farmacia militar que suministre medicinas al Hospital Civil de esta población”. Al mismo tiempo que el popular hospital sufría la carencia de las necesarias medicinas, en una vivienda situada frente al citado centro sanitario, vivía un guarda forestal cuya embarazada esposa, daría a luz meses más tarde, concretamente el 7 de noviembre de aquel infausto año del 21, a un niño que sería cristianado con el nombre de Florencio, siendo en un futuro mas conocido como Flores el Gaditano. Pero esa es otra historia.

(Continuará)

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