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El IES García Lorca se reinventa y crea un ambiente innovador

El centro, como el instituto Levante, posee tornos para registrar los retrasos en la llegada del alumnado Es un programa experimental que arroja resultados positivos

Imagen del torno de entrada instalado en el IES García Lorca.
M. E. S. Algeciras

14 de abril 2014 - 01:00

Crear un ambiente de aprendizaje es lo que el director del Instituto de Educación Secundaria (IES) García Lorca de Algeciras ha promovido a nivel pedagógico desde que ocupara el cargo en la dirección el 6 de mayo del año pasado. Andrés Luis Martín está fomentando el desarrollo autónomo de los estudiantes, siempre bajo supervisión, que "no control", tal y como le gusta subrayar. Se trata de un centro con 270 alumnos que tienen desde 11 años a más de 30 -por los ciclos formativos que acoge- que en menos de tres años sumará más de 300 estudiantes, procedentes del colegio Parque del Estrecho, hasta alcanzar alrededor de los 600.

Una de las iniciativas que ha instaurado el director es la instalación de un sistema para supervisar los retrasos en la llegada al centro del alumnado. En concreto se trata de un torno de entrada por el que sólo pasan los que llegan tarde. Una tarjeta individual que facilita que el alumno en menos de 30 segundos esté en su clase sin tener que movilizar a un ordenanza o al profesor de guardia para registrar su llegada. Es un sistema instalado por la empresa sevillana Evasión Sur como experiencia piloto que también está en el IES Levante, instituto en el que Martín ejerció durante cinco años de jefe de estudios y que alberga a más de 600 estudiantes.

Este sistema, sin embargo, se queda corto para las aspiraciones del director, por ello ya está estudiando con la empresa otra fórmula -implantada ya en la Universidad de San Antonio de Murcia- con la cual el alumnado entraría sin pasar por el torno. Si bien, habría un lector de proximidad, de modo que a los 30 minutos del comienzo de las clases si falta algún estudiante se enviaría un sms a la familia. "Lo estamos estudiando sobre todo con la finalidad de informar a la familia y que pueda estar en todo momento enterada", es una medida de seguridad.

Martín insiste en que "lo más importante es que el alumnado es autónomo, no se le controla, es consciente de que si falta algún día o llega tarde sabe que la familia y el centro estarán informados".

La efectividad por ahora del mecanismo es evidente. Desde que se implantó este curso no hay retrasos, siguen dándose pero no son reiterados. Si se llega tarde es porque no se ha levantado temprano y recibir un sms "a nadie le gusta". Se emiten los listados semanales de los retrasos. Es un mecanismo de experimentación. Según explica Martín el torno de entrada ya se ha convertido en un elemento más del centro. "Es como si fuese una puerta o una silla, está ahí y si llegan tarde tienen que utilizarlo y nada más".

El torno se mantendrá, aunque se tratará de mejorar el sistema, eso sí. No obstante, Martín recalca que están satisfechos con el mecanismo y de hecho, afirma que otros centros han preguntado porque les puede servir según el contexto a regular la entrada y salida del alumnado. Los mecanismos anteriores eran registros por escrito, sin informatizar, que sólo generaban papeleo y además, por el volumen de alumnado, no solían ser exactos porque siempre algunos podían no ser supervisados por el exceso de estudiantes mismo.

En cualquier caso el mecanismo, subraya el director, "no es lo importante, lo que vale es el resultado y que las familias estén informadas. En el sistema educativo, profesorado, alumnado y familias deben ser uno y este mecanismos facilita la información".

El precedente más inmediato y real que existe en Algeciras lo conoció Martín en el IES Getares, y al tener la directiva la libertad para gestionar consideró oportuno trasladar el sistema, aunque de forma diferente al instalarse el torno. "Era una medida que se podía implantar y habíamos articulado otras medidas con una efectividad que no llegaba hasta donde nos hubiera gustado".

Los cambios en el sistema educativo y la adaptación a las normativas han sido fundamentales para tomar estas medidas. Hoy día el alumno menor de edad puede entrar en todo momento al centro, se queda registrado y la información pasa al tutor, pero no puede salir, el sistema lo impide. En cambio con los mayores de edad -Bachillerato o Ciclo Formativo- pueden llegar 10 ó 15 minutos antes de empezar las clases, aunque una vez que empiezan, como tienen deber de puntualidad, no pueden entrar hasta la siguiente hora, además de que el sistema los deja salir en cualquier momento, así queda registrada la entrada y salida.

Como ejemplo en el IES Levante desde 2008 se implantaron tres ciclos de grado superior -150 alumnos más en el centro-, y en 2010 hubo una adaptación en Bachillerato por la que el alumnado se podía matricular de asignaturas sueltas, "lo que suponía una dificultad al regular la entrada y salida". En este caso, vista la experiencia en el IES Getares y tras usar diferentes mecanismos para regular la entrada y salida de 700 alumnos, se llegó en el quinto año a implantar este control.

Martín, algecireño nacido en La Piñera, de familia humilde, reconoce que tomar las riendas del IES García Lorca, como de cualquier otro centro, siempre es un reto. "Este centro sólo lo conocía el que estaba dentro. Cuando me incorporé era un centro normal, donde había cosas que se podían mejorar, hacer de una forma u otra, pero para ello había que probar mecanismos y que éstos funcionasen, se pusieron en marcha y la delegación territorial de Educación fue la que tomó decisiones lógicamente y apostó".

El IES García Lorca, por otro lado, en su énfasis por avanzar, innovar y apostar por la autonomía del alumnado ha logrado gestionar un ambiente de aprendizaje en el centro de modo que no hay un profesor para un alumno sino un profesor para todo el alumnado. "No hay diferencia entre uno y otro, todos son iguales". El centro tiene aulas por departamentos. Pedagógicamente el profesor puede dotar su clase, equiparla y acondicionarla con respecto a todas sus necesidades, eso supone al mismo tiempo que el alumno tenga su autonomía entre los intercambios de clase, un paso a la madurez.

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