Malú recibe el título de embajadora de Algeciras, "el lugar al que siempre quiero volver"
CULTURA
La cantante confiesa, durante un emocionado discurso, que Algeciras es su refugio: "Aquí, siempre que puedo, traigo a mi hija, al lugar donde su madre fue y sigue siendo feliz"
La cantante Malú es, desde este lunes, la nueva embajadora de Algeciras, tomando el relevo de Alejandro Sanz, que fue nombrado en 2015. La artista ha recibido un auténtico baño de multitudes para acceder al Ayuntamiento, lugar donde ha recogido este reconocimiento rodeada, entre otros, de su padre, Pepe de Lucía, familiares, amigos y vecinos, el alcalde, José Ignacio Landaluce, el subdelegado de la Junta de Andalucía en la comarca, Javier Rodríguez Ros, la totalidad del equipo de Gobierno y diversas autoridades.
Muy emocionada y con las lágrimas asomando en varios momentos, Malú empezaba su discurso reconociendo que se sentía más nerviosa en el Salón de Plenos que en un concierto ante miles de seguidores. La sobrina de Paco de Lucía afirmaba, con voz temblorosa, que es "imposible resumir la infancia y la intensidad con la que se ve la vida desde los ojos de un niño".
Este domingo, la cantante compartía en sus redes sociales una fotografía junto a sus primos y otros familiares en el restaurante La Esquina de El Rinconcillo. El título de la imagen era: El nido del cuco.
Landaluce ha agradecido a Malú que “haya aceptado este nombramiento, ya que de ahora en adelante se convierte en la voz y la imagen de nuestra querida y amada Algeciras, una tierra especial que ella ha llevado siempre en su corazón", declaraba el primer edil antes de darle la palabra a la cantante.
El discurso de Malú
"Era una niña que, la primera vez que vino a Algeciras, todavía tenía el cordón umbilical. Una niña que aquí dijo sus primeras palabras. Aquí tuvo sus primeros amigos. Aquí se dio el primer beso. Y aquí, de mano de su tía Lourdes, aprendió a andar.
Mi madre me levantaba muy temprano para ir al mercado. Recuerdo muchas mañanas en las que el Peñón estaba totalmente cubierto por la niebla, algo que te podía advertir de que ese día iba a hacer malo, pero siempre estaba ella para recordarme que, mañanita de niebla, tardecita de paseo. Y así era. Nunca se equivocaba. De hecho, pocas veces lo hace.
Nos íbamos al mercado, desayunábamos nuestro pan con manteca colorá y nos paseábamos por los puestos para hacer la compra. El día que se paraba en el puesto de los avíos del puchero, mi hermana y yo contábamos con que ese día la digestión iba a ser larga y que, probablemente, pasaríamos mucho rato en la playa sentadas, mirando el reloj, esperando el momento de meter un pie en el agua.
Aquí éramos libres. No había miedo a nada. Era nuestra casa. Nuestra plazoleta. Nuestra familia. La casa de tita Lourdes siempre estaba abierta por si querías un vaso de agua o un remedio infalible para que se nos quitara el alquitrán de los pies. Al otro lado, Dolores siempre estaba dispuesta a darte gloria bendita de comer.
También es imposible resumir el arte que se respiraba. Los aperitivos en el patio de mi tío Ramón. Cuando te querías dar cuenta, alguien había sacado una guitarra y mi bellísima tía María ya empezaba a entonar su Agua de coco. También participábamos nosotros y todo aquel que venía de la playa. Esas noches improvisadas con la manguera en el patio de mi tío Antonio. Y ese bidón que llenaban de agua para que los primos nos pudiéramos bañar juntos.
El Día de la Virgen de la Palma, nuestras madres se pasaban toda la noche velándola en la plazoleta. En aquel entonces, la dejaban allí. Ese día era maravilloso. Nos encantaba porque nos podíamos recoger tardísimo. El Día de la Virgen del Carmen, que ya podías meterte donde te metieras que estaba todo el mundo deseando que te vistieras para tirarte al mar. Las chuches en el puesto. Los cubos que tiraba la abuelita para que dejáramos de comer pipas en su puerta.
Aquí, por teléfono, hace 26 años, en el patio de la casa de mis padres, ese patio que tantos artistas vio pasar, di el tono de Aprendiz, mi primera canción y con la que empezaría mi carrera.
Este es mi refugio. El lugar al que siempre quiero volver. Dice Sabina en una canción que al lugar donde fuiste feliz, no debieras tratar de volver. Y es muy cierto. Es muy fácil idealizar los lugares en los que has sido feliz y al volver llevarte un gran chasco. Pero aquí no. Aquí no pasa. Aquí sigo siendo feliz. Aquí sigo cargando pilas. Aquí descansa mi familia. Aquí, en la iglesia del Corpus Cristi, me bautizaron. Aquí están mis raíces. Y aquí, siempre que puedo, traigo a mi hija, al lugar donde su madre fue y sigue siendo feliz. Y la que, para mí, sigue siendo la mejor playa del mundo: mi playa de El Rinconcillo. Mi Algeciras mare. Gracias".
Malú y Algeciras
María Lucía Sánchez Benítez, nombre completo de la artista, es hija de Pepe de Lucía y sobrina de más internacional de los algecireños, el genio de la guitarra Paco de Lucía. Aunque nació en Madrid el 15 de marzo de 1982, pasó gran parte de su infancia en Algeciras, y siempre se ha declarado una enamorada de sus rincones, especialmente de la playa de El Rinconcillo, y de su gente, afirmando sentirse orgullosa de ser una algecireña más. De hecho a lo largo de los últimos meses ha realizado varias visitas a la ciudad, en las que se le ha podido ver en compañía de familia y amigos tanto en el mercado de abastos Ingeniero Torroja como en la playa.
La artista ha sido considerada una de las voces más importantes de la música española. Ha vendido más de dos millones y medio de discos a lo largo de su carrera y cuenta con reconocimientos como la Medalla de Andalucía por toda una carrera, concedida en 2015; el Premio Ondas a Mejor Artista del Año, obtenido en 2014; o dos nominaciones a los Grammy Latinos, una de ellas en 2011 en la categoría de Mejor Álbum Vocal Pop Femenino. En 2014 se convirtió en la única artista femenina en conseguir llenar el Palacio de los Deportes de Madrid hasta en cuatro ocasiones en una misma gira, revalidando este hito en el año 2016.
Lleva desde 1998 en los escenarios, con 12 discos de estudio, cinco discos recopilatorios, dos directos y un documental. Es una de las artistas españolas con más galardones y nominaciones a nivel nacional e internacional con 15 Premios Dial (la artista más premiada en su historia), cinco Premios 40 Principales, seis nominaciones a los World Music Awards, y 4 Premios Cadena 100, entre otros.
La vena artística de Malú también le llegó por vía materna, ya que su progenitora, Pepi Benítez, formó parte en los años 70 de un grupo femenino llamado Arena caliente, al que llegó junto a sus compañeras bailaoras de flamenco.
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