El pabellón del casino (II)

Sea como fuere no se ha encontrado constancia de demanda pudiendo deducirse que, dada la caballerosidad de los arrendadores y la comprensión del arrendatario el asunto bien se solventaría de modo dialogado; no cumpliéndose por tanto, el teresiano aforismo dirigido a su marido Sancho, cuando le sentenciaba por carta: "Arrendador o alcabalero, oficios que lleva al diablo a quién mal los usa". En este caso el buen uso justificó –al parecer - la buena componenda.

Solucionados los desperfectos la actividad cinematográfica del gran proyecto del Casino, comenzó en poco tiempo a dar sus frutos: "Después de la gran acogida tenida por el público de la maravillosa cinta de Fantomas, la empresa orgullosa de sus éxitos, y atenta á complacer á aquél que tanta predilección le demuestra, empezará á exhibirse la original y bella película El Cofrecito negro, esta noche. Esta película viene precedida de tanta fama, que no dudamos del éxito que a tan acostumbrados tiene al público el señor don Luis Pérez, los rebosantes llenos y el escogido público que asiste; lo más bello y principal de damas y señoritas algecireñas, hace del Pabellón del Casino, el lugar más ameno de nuestra ciudad”. La gran presencia de algecireños en aquel recinto, daba lugar a anuncios como el que sigue: "En la noche de ayer desde el Pabellón del Casino á la papelería de don Antonio Roca se ha perdido una pulsera con una moneda de 25 pesetas de oro. La persona que la entregue en la Casa Roca será gratificada por tratarse de un recuerdo familiar".

Sin saber si la tal pulsera fue devuelta o no, los éxitos de la empresa Pérez Aracena prosiguen: "En el Pabellón del Casino, bien puede decirse que su arrendatario ha tirado la casa por la ventana; exponiendo al público maravillosas películas dignas de los mejores cines que son muy admiradas y aplaudidas. El programa de hoy es el siguiente estreno: Jamás conoció a su madre (drama). Edificaciones Eléctricas (cómica). El defraudador (drama) y Polvo diabólico (cómica). Días después se publicita: "En el Pabellón del Casino se estrena la colosal película de 1.500 metros, gran novedad dramática y dividida en cuatro partes titulada Teodora, y las cintas cómicas El parecido y Ganga inesperada. La novedad de este Pabellón consiste en la función de tarde con entrada gratis á los muchachos y regalos de 20 preciosos juguetes". Para entonces la empresa de don Luis Pérez dado el gran éxito de público amplió las proyecciones al vespertino horario con generosos obsequios.

De regreso a los inicios del popular pabellón, cabe preguntarse: ¿Cuándo empezó aquel sueño de hierros que recibiría el nombre -entre otros- de Pabellón del Casino?. Hay que remontarse a una noche de enero de comienzos de la última década del siglo XIX, para dejar constancias del deseo de la impronta presencial de la Sociedad Casino de Algeciras en el llamado Paseo de la Feria, según se recogen en el siguiente documento generado para la garantista constitución que facilitara adquisición inmobiliaria:

"Previa convocatoria que reunieron en el salón principal del Casino de esta Ciudad á los señores socios propietarios del mismo que se designan al margen, los que en conformidad a lo que establece el artículo 27 del Reglamento por el que se rige la sociedad constituyen las 2/3 del mismo que se requiere para tomar acuerdos en los casos extraordinarios de que aquella debe ocuparse presidiendo el acto el Sr. Don Rafael de Muro y Joarizti para cuyo cargo en la asociación ha sido electo en el año actual.= Por el Sr. Presidente se señala ser objeto de la reunión el consignar y establecer los particulares necesarios relacionados con la adquisición del local, decorado y mobiliario en que ha de establecerse definitivamente la asociación según acuerdo tomado por unanimidad en la Junta General de socios [...] en crédito en primer lugar con segunda hipoteca de la finca que va a adquirirse, reconociéndose el derecho de prelación y pignoración de mobiliario, mesas de billar, y Pabellón que para la sociedad se instala en la feria de esta Ciudad, y demás que a la misma corresponda [...] y no habiendo más asuntos de que tratar se dio por terminado el acto".

En aquella época la Junta estaba formada, según se recoge en la citada acta por los señores: "Rafael de Muro, Alonso Vázquez, Carlos Plá, Aurelio Méndez, Jorge Glynn, Manuel Coterillo, Adolfo Ramos, Francisco García, Domingo López, Eugenio Blanca, Manuel Navarrete, Manuel Pérez Santos, Luciano Martínez, Eduardo F. Fontecha, Francisco España Pardo, Ventura Morón, Francisco España Rojas, Francisco Osuna, José Gil, Juan Blanca, Ricardo Rodríguez Gamba, Manuel González Vilchez […] actuando como Secretario Adolfo Ramos".

Desgraciadamente tal sueño ansiado por aquellos socios requeriría de algunos años de espera para hacerse posible, pues, parafraseando al hidalgo cervantino: "La voluntad desea, la razón pide y la fortuna ordena", y ciertamente la fortuna de la sociedad aún no estaba a la altura de su voluntad y razón. Y mientras el tiempo transcurría y las posibilidades económicas del casino algecireño se incrementaban sus miembros no dejaron de mantener contactos con la administración local buscando la forma o el modo de hacer posible el sueño de los socios que cada mes de junio, y durante los tres días de la celebración de la Feria Real, se renovaba.

Pero antes de proseguir con el proceloso y lento proceso de creación del Pabellón regresemos a aquellos primero momentos de gran aceptación por parte de los algecireños que exigentes con la exitosa empresa, obliga a ésta a ofrecer otros espectáculos más allá del cinematógrafo aprovechando las características del edificio: "Háblase de la próxima llegada á este Pabellón de la compañía de una notable compañía de ópera y zarzuela que compuesta de artistas de fuste que debutará en Tánger el día 10 del corriente y después en esta ciudad”. Aunque la gran apuesta del recinto seguirán siendo las películas: "El Pabellón del Casino anuncia en sesión continua de 7 y media á 12, las notables cintas: El lenguaje de los labios. Y la gran corrida de toros celebrada en Valencia por Gallo, Gallito y Belmonte".

La aceptación del Pabellón del Casino por el público fue tal, que jóvenes algecireños que habían creado una asociación propia para los fines de su edad, pusieron de moda los populares Bailes de la Unión Juvenil, teniendo como lugar de encuentro el citado edificio con un importante adelanto para la época: "Esta noche se hará la prueba de la luz en el Pabellón del Casino completamente exornado y dispuesto para los bailes de la Unión Juvenil, al efecto de que los señores socios e invitados puedan apreciar el hermoso aspecto del salón y sus dependencias que estarán encendidos hasta las 12 y media y libre la entrada al mismo".

De regreso al devenir de la construcción del Pabellón, comentar que cuando comenzaba la segunda década del nuevo siglo, los socios del Casino en pleno pudieron expresar su voluntad, tanto tiempo esperada, siendo recogida en la siguiente certificación realizada -como la anterior-, por el secretario de la sociedad:

"Se constituyó en el domicilio de la Sociedad Casino de Algeciras, la Junta Directiva de la misma con la asistencia de los señores que la componen para celebrar sesión extraordinaria de señores socios propietarios como consecuencia de una moción presentada por varios de estos con el fin exclusivo de tratar el proyecto de instalación con carácter permanente de un Pabellón en el Real de la Feria [...] el Señor Secretario dio lectura a los artículos del Reglamento pertinentes al caso y a la lista de Señores Socios Propietarios que suman la cantidad de noventa y ocho; contados el número de éstos que concurrieron al acto, resultó sesenta y siete, más de las terceras partes del total, que según el artículo número 27 del Reglamento se necesitan para que pueda haber acuerdo [...] se dio lectura por el Señor Secretario á la Memoria que acompaña al Proyecto a discutir, el cual se exhibió para el oportuno examen de la Junta".

Las reuniones y contactos previos, como se puede comprobar dieron sus frutos, y la Sociedad Casino de Algeciras estaba a punto de dar el primer paso oficial que conduciría a obtener presencia permanente en el Real de la Feria. Prosiguiendo la citada certificación: "El Señor Santacana, después de incitar a la Junta á que exponga a la reunión algunos detalles del proyecto que se discute, manifiesta que está conforme con la idea puesto que de cualquier modo el Casino necesita una Caseta para la Feria, que costará bastante y si ésta se puede combinar con una estructura que sirva para espectáculos, y que dé rendimiento mediante algún sacrificio mayor para lo cual cuenta con crédito la Sociedad, opta desde luego por ésta última y está conforme con el pensamiento y proyecto sometido a la aprobación; siempre que no se presente algún otro que resuelva la cuestión: Caseta y Teatro, y deje a salvo para otras necesidades". Nuevamente Emilio Santacana, como en tantas ocasiones demostró, puso de manifiesto su gran visión empresarial al expresar el gran rendimiento que una vez finalizada la Feria Real pudiera ofrecer a la sociedad el futuro edificio como así fue.

De vueltas a la exitosa primera época del Pabellón, comentar que tras la presencia en el mismo de las actividades de la Unión Juvenil Algecireña, le siguió la llamada Sociedad Hacia el Arte convirtiéndose el recién construido y férreo edificio en un revulsivo para la cultura de la ciudad de Algeciras en aquella segunda década del nuevo siglo XX. La citada sociedad dedicada al teatro:

"Cuenta por éxitos sus funciones celebrando en breve la correspondiente al presente mes en el elegante teatro del Pabellón del Casino. Se pondrá en escena la muy celebrada zarzuela, en un acto y dos cuadros, original de los inspirados autores don José Jackson Veyan y don Carlos Arniches, música de los maestros Valverde y Torregrosa, titulada Los chicos de la escuela. Interpretada por el referido grupo Hacia el Arte. Tomando parte las principales figuras de este valioso elenco de actores aficionados locales. La sala del Pabellón será exornada con plantas y flores".

Prosiguiendo con la historia del origen del Pabellón, expresar que apenas transcurridos treinta días desde la aprobación del proyecto -lo cual demuestra lo avanzado de las gestiones con el Ayuntamiento-, Manuel Navarrete Campos, como presidente del Casino, convocó al secretario al objeto de levantar acta de los siguientes hechos: "Que habiéndole concedido el Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad, á la Sociedad Casino de Algeciras que representa, el terreno necesario en el Real de la Feria para instalar con el carácter de estable un Pabellón para dicha Sociedad, y habiendo sido citado por el Sr. Alcalde para ésta tarde a las 15 horas, con el fin de señalar el sitio dónde se ha de instalar dicho Pabellón deseaba constase en Acta dicha designación de terrenos […] siendo como las quince horas reunidos los señores siguientes: D. Ricardo Rodríguez Gamba, Alcalde Presidente de éste Excmo. Ayuntamiento; D. Francisco Maldonado Hernández, Segundo Teniente de Alcalde; D. José Villalta Mourelles, Tercer Teniente de Alcalde; D. José Pecino Arana y D. Emilio Morilla Salinas, Concejales que forman parte de las Comisiones de Policía Urbana y de Fuentes y Paseos; y de otra parte, D. Pedro Quintero Piñero, D. Eugenio Blanco Romero, D. Félix Sos Ruiz Luzuriaga, D. Julio Álvarez Tarro, que forman parte de la Junta Directiva del Casino; D. Francisco España Rojas, Ex presidente del Casino; D. Miguel Cardona Juliá, Comandante de Yngenieros; D. Enrique Cano Ortega, Comandante de Infantería y D. Manuel Loaiza, Capitán de Estado Mayor […] Seguidamente, nos trasladamos todos al sitio del Real de la Feria de esta Ciudad". Ya sólo quedaba clavar la institucional pica en el feriado y algecireño Flandes.