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López Gordo: "Cada vez es más difícil ser policía nacional"

Día de la Policía | Santos Ángeles Custodios

Discurso íntegro del comisario jefe de la Comisaría de la Policía Nacional en Algeciras

Francisco López Gordo, durante su discurso en el Día de la Policía Nacional. / Erasmo Fenoy
Francisco López Gordo

03 de octubre 2019 - 19:22

"Hoy no quiero hablarles de resultados, ni de grandes operaciones, ni tan siquiera de los logros alcanzados en una Institución que ya camina hacia los 200 años de existencia, una institución que ha sido modelo de adaptación, de lealtad a España y de servicio público. Hoy, permítanme que mi intervención la dirija hacia otros componentes que son la esencia y la base de la Corporación a la que pertenezco y de los hombres y mujeres que la integran.

Pero antes quiero hacer mención a dos elementos que este año han marcado institucionalmente la celebración de cualquier acto de Policía Nacional.

Uno es el 25 cumpleaños de la Comisaría General de Policía Científica, una Comisaría General que aglutinó en su creación todo el conocimiento y la experiencia de años de estudio criminalístico y que hoy es un referente de primer orden en Europa y en el mundo, donde sus laboratorios y sus informes periciales gozan de las certificaciones de calidad y de excelencia por parte de todos los organismos de control europeos e internacionales.

El otro es la celebración del 40 aniversario de la incorporación de la mujer a la Policía Nacional. Pioneros en insertar a la mujer en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, este año se cumplen 40 desde que aquellas mujeres que, en su inmensa mayoría, provenían de los cuerpos generales y que prestaban servicio en las diferentes comisarías y dependencias policiales, constituyeron las primeras promociones de mujeres policías en nuestro cuerpo.

"Es un día para celebrar con orgullo lo que somos, lo que significamos para una sociedad y la institución a la que pertenecemos"

Mujeres que ya antes de adquirir su condición de policías acompañaban a los miembros de nuestro cuerpo en aquellas vigilancias, seguimientos y gestiones en los que por la idoneidad operativa se hacía necesaria la presencia de una mujer.

Esas pioneras constituyeron la base de lo que hoy podemos ver con total normalidad y que constituye un amplio porcentaje no solo en la escala básica sino en la escala ejecutiva, alcanzando en esta última el 40% en la actual promoción de Ávila.

Sirva este acto para rendir homenaje a ambos elementos que dignifican y engrandecen la organización a la que pertenezco

Hoy, sin duda, es un día festivo.

Es un día para celebrar con orgullo lo que somos, lo que significamos para una sociedad y la institución a la que pertenecemos.

Hoy es un día para celebrar que tenemos una profesión maravillosa pero difícil, una profesión dura, cargada de responsabilidad y de obligaciones. Una profesión que cada vez recibe un mayor ejercicio de fiscalización por parte de diferentes órganos.

Una profesión que responde a las exigencias de un estado de derecho con unos niveles de garantía que lo sitúan a la cabeza de los países más avanzados del mundo. Un estado de derecho que nos obliga, día a día, a una mayor profesionalidad, a un mayor rigor y a una mayor formación.

"Porque si estamos ante un estado de derecho que ofrece uno de los niveles de garantía más elevados en el mundo occidental, la Policía, que se encarga de su cumplimiento, no puede sino estar a semejante altura"

En este contexto en el cual desarrollamos nuestra actividad, me dicen a menudo muchos policías, no solo de mi comisaría, sino de otras plantillas y ciudades con los cuales coincido y a quien conozco por los años de profesión: "Jefe cada vez esto es más difícil, cada vez cuesta más investigar, la calle está peor, hay escasez de medios, no se compensa el esfuerzo, la equiparación jefe. Y encima, jefe, tienes que medir cada paso, cuesta un montón justificar mandamientos, tienes que romperte la cabeza para poder tener algo que luego la Fiscalía pueda sostener en el juicio, nos piden imposibles".

¿Y saben una cosa? Tienen razón. Cada vez es más difícil ser policía.

Miren, a lo largo de todos mis años de profesión he visto evolucionar mucho el trabajo policial y he conocido grandes policías y siempre he oído este discurso lleno de demandas, gran parte de ella justas y cargadas de razón, incluso yo lo he puesto en mi boca muchas veces.

Pero, ¿saben una cosa? El final siempre es el mismo, tiene el mismo dibujo: el policía auxiliando al ciudadano, el policía previniendo el delito, el policía esforzándose en su investigación, el policía manteniendo el orden y la seguridad pública y el delincuente... El delincuente detenido a disposición de la Autoridad Judicial.

Y cada vez que aparece uno de esos imposibles, cada vez que aparece, lo superamos.

Y lo superamos porque los imposibles nos obligan a una mejor formación permanente, en conocimientos, en técnicas, en procedimientos. En definitiva, a ser mejores policías. Porque si estamos ante un estado de derecho que ofrece uno de los niveles de garantía más elevados en el mundo occidental, la Policía, que se encarga de su cumplimiento, no puede sino estar a semejante altura.

Al mejor Estado, la mejor Policía.

Por eso la Policía Nacional tiene hoy en día los niveles de reconocimiento en España y en el ámbito internacional tan elevados, situada como uno de los principales cuerpos de seguridad de referencia en el mundo.

Pero miren, esto de la formación permanente, de los conocimientos, de la mejora en las técnicas de trabajo, en definitiva de superar imposibles... Esto sucede porque amamos lo que hacemos y porque, a pesar de los retos, de las dificultades, a pesar que tenemos que jugar dentro de esas garantías tan exigentes, a pesar de eso, tenemos la gran suerte de ser policías y eso nos hace superar cualquier adversidad y afrontar las situaciones bajo un condicionante supremo que no es otro que el cumplimiento del deber.

Agentes e inspectores en prácticas

Hoy están sentados allí arriba los policías e inspectores en prácticas que durante este año desarrollan su periodo de formación externa en las comisarías de Algeciras y la Línea. Y están aquí hoy por dos razones:

Una, porque este acto constituye un elemento más de su proceso formativo y porque el ciudadano debe ver que una nueva hornada policial está preparándose para cumplir con su deber.

Ahí están los policías que mañana detendrán al delincuente, que arriesgarán su integridad y que auxiliarán a un ciudadano cuando lo necesite

Pero hay otra razón y es la que ellos no saben. Y no la saben porque todavía están en su periodo de formación.

Hoy estáis aquí porque en este acto de celebración de nuestros patronos los Santos Ángeles Custodios renovamos el compromiso con la sociedad a la cual defendemos. Aquí y hoy, a la sociedad de Algeciras y a la de la Línea, a la sociedad del Campo de Gibraltar.

Es un compromiso que se nutre de algo que va más allá de la formación teórica, de los conocimientos que en la reconocida Escuela de Ávila os enseñan, que va más allá del derecho penal y procesal, de las clases de práctica jurídica, de la defensa personal, del tiro, de policía científica.

Esos son conocimientos, teóricos, técnicos, pero hoy aquí hay algo, algo que es lo más importante de nuestra institución.

Hoy aquí tenéis que respirar un intangible que es el pilar esencial de la institución a la que pertenecéis. Y ese intangible no es otro que los valores y principios que constituyen la esencia que ha nutrido generaciones de policías, de buenos policías con su trabajo y con su esfuerzo, con su entrega y su abnegación.

Eso, compañeros, es lo más importante en vuestra formación. Sin eso una institución no es nada y sin eso nunca, nunca llegaréis a ser policías. Y luego... Luego estudiad derecho procesal, que los jueces y fiscales os lo agradecerán.

Hace muchos años, cuando yo empezaba en esto, allá por Barcelona, que entonces era la verdadera escuela de la policía... Es cierto, los que pasamos por allí tenemos otra pasta, no sé, somos más pasma.

"Yo entonces pensaba que aquí de lo que se trataba era de ser principalmente duro, una mezcla entre Steven Seagal y Chuck Norris, con un ligero toque de la inteligencia de Colombo. Evidentemente no entendí nada"

Bueno, pues en esa Comisaría de distrito que se llamaba de Horta Guinardo, donde yo empecé a andar como jefe del grupo de Investigación y Delincuencia urbana, un inspector jefe ya a punto de irse a segunda actividad me dijo el día de mi despedida (y lo tengo todavía escrito en la placa que me regalaron): "Nunca olvides que para ser buen policía hay que ser buena persona".

Yo, que todavía era un novel en la corporación, no entendía muy bien lo que quería decir. De hecho pensé que era una de esas frases de quien está a punto de retirarse y ya blandea. Porque yo entonces pensaba que aquí de lo que se trataba era de ser principalmente duro, una mezcla entre Steven Seagal y Chuck Norris, con un ligero toque de la inteligencia de Colombo.

Evidentemente no entendí nada. Con el tiempo me he dado cuenta de lo que ese compañero quería decir. Ese compañero me quería decir que la honestidad, el valor, el esfuerzo, el respeto, el cumplimiento del deber, la lealtad, que todos esos valores que hoy están flotando en este teatro debían ser los que guiaran mi vida profesional.

Ese compañero me decía que enfrentase el respeto al abuso, la honestidad a la corrupción, el valor al miedo, el deber a la falta de responsabilidad, la lealtad a la traición. Que nunca me dejara arrastrar a pesar de los malos momentos que la profesión y la vida me deparasen.

Hoy estáis aquí para aprender y para ir adquiriendo el compromiso que otros, hoy, renovamos en esos valores que aquí están presentes. Sed buenos policías, leales con vuestros superiores y con vuestros compañeros, leales con jueces y fiscales, honrados y honestos en cada actuación, respetuosos con el ciudadano y con quien privéis de libertad en las detenciones que practiquéis, sed duros, pero sed respetuosos y también el delincuente os respetará.

Este, estimado auditorio, es hoy el mensaje que les quiero transmitir.

Los principios y valores que se recogen en nuestra institución y que son el pilar donde se debe asentar el conocimiento y la conducta.

Y se lo quiero transmitir a ustedes como compromiso de renovación por parte de los policías que integramos las comisarías de Algeciras y de la Línea de la Concepción

Y se lo quiero transmitir a mis policías como obligación, razón y guía en su conducta.

"Como comisario, pero más como un policía más, les pido que quieran a mis policías, que lo que más le reconforta a un policía es el cariño de aquellos a quienes defienden"

Y son esos valores los que representan los hoy homenajeados en este teatro, tanto los condecorados a quienes felicito por su distinción, como aquellos que dieron lo más importante que tenemos, nuestra vida en el ejercicio de su profesión y que hoy, en al acto más importante de este evento, el acto de memoria a los caídos, reconocemos.

Confíen en nuestro compromiso con esos valores y con los ciudadanos y las instituciones que los representan

Y yo como comisario, pero más como un policía más, les pido que quieran a mis policías, que lo que más le reconforta a un policía es el cariño de aquellos a quienes defienden.

Muchas gracias.

Ahora, por favor, tengo que pedirles que se pongan de pie y que conmigo griten: ¡Viva la Policía Nacional! ¡Viva el Rey! ¡Viva España!"

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