La Policía Nacional libera a 20 mujeres explotadas sexualmente por una organización criminal con conexiones en Algeciras
Operación Muralla
Los detenidos utilizaban una red de empresas interpuestas, como varios negocios de reparación y desguace ubicados entre Algeciras y Málaga
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Agentes de la Policía Nacional han liberado en la provincia de Málaga a 20 mujeres explotadas sexualmente por una red criminal cuyos integrantes las sometían a una férrea vigilancia, a través de un sistema oculto de cámaras de grabación.
En el marco de la llamada Operación Muralla, 34 personas han sido detenidas por su presunta participación en delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores, falsedad documental, contra la salud pública, ocupación ilegal de inmuebles, tenencia ilícita de armas, entre otros. Según las pesquisas, la trama obligaba a las víctimas a prostituirse durante jornadas maratonianas y, además, las forzaba a vender estupefacientes entre los clientes.
Asimismo, se han practicado un total de 14 registros en Málaga capital, en las localidades malagueñas de Marbella y Estepona, y en Algeciras, interviniéndose 82.000 euros en efectivo, 600 gramos de hachís, varias dosis de cocaína y de tucsi —cocaína rosa—, un coche robado, armas prohibidas, cámaras de grabación, teléfonos móviles y documentación fraudulenta, ha indicado la Policía Nacional en un comunicado.
Los investigados utilizaban un entramado de empresas interpuestas, dando apariencia de legalidad, que usaban para delinquir, entre los que se encontraban varios negocios de reparación y desguace de vehículos ubicados entre Málaga y Algeciras.
Detenidas 34 personas
La investigación se inició en 2021 a partir de una información que apuntaba a la existencia, en la costa malagueña, de un grupo organizado compuesto por ciudadanos de origen español y sudamericano, los cuales captarían mujeres en situación de vulnerabilidad, al objeto de explotarlas laboral y sexualmente, llevando a cabo un férreo control sobre las mismas.
Las indagaciones practicadas dieron con una red perfectamente organizada que se dedicaba a captar mujeres, sobre todo de Colombia, mediante falsas promesas laborales.
De entre las 20 mujeres liberadas durante la Operación Muralla, los agentes localizaron a dos víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, las cuales habían sido engañadas en su país de origen y habían contraído una deuda con la organización por el pago del viaje hasta España, que tenían que saldar ejerciendo la prostitución.
Tras la práctica de diversas gestiones, los investigadores constataron el férreo control que la trama ejercía sobre las mujeres, disponiendo incluso, en las casas de citas, de sistemas ocultos de cámaras de video que grababan a las trabajadoras y a los clientes —sin que los mismos tuviesen conocimiento—, para una mayor control de la actividad.
La organización conseguía beneficios, no sólo con la explotación laboral y sexual, ya que las mujeres tenían que estar disponibles las 24 horas del día, sino también de la venta de sustancias estupefacientes y la ocupación ilegal de inmuebles, que, a través de contratos fraudulentos de alquiler, explotaban como prostíbulos.
La operación ha finalizado con la detención de 34 personas por su presunta implicación en la trama, distinguiéndose entre las mismas desde encargados de tareas contables y gestión de los prostíbulos, hasta una amplia red de colaboradores y consortes.
Desde la Policía Nacional han señalado que esta operación se enmarca dentro del Plan contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual.
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