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Restos de un pasado en un paraje natural

El molino harinero cumplió su función durante años siendo un ejemplo de la adaptación del hombre al medio

Imagen exterior del antiguo molino del que restan los muros exteriores y algunas bóvedas.

29 de abril 2012 - 01:00

En un tramo del espectacular recorrido del sendero del Río de la Miel encontramos los restos muy deteriorados del Molino del Águila, algunos metros pasado el puente de piedra. Esta construcción, catalogada como elemento de especial protección, está datada en el siglo XVIII, aunque no es seguro, siendo su uso original el de molino de harina movido por caída libre de agua.

El molino tuvo varios propietarios, entre ellos Diego Adorna quien junto a su administrador y yerno, José Fontanilla, en 1836 lo arrendó a la viuda Ana Perales por 10 reales de vellón diarios. En 1840 es arrendado a Francisco González Chacón por 300 reales de vellón anuales. Ya en febrero de 1845 Fernando Serrano Cortés y sus hijos Pedro, Antonio, Sebastiana y Rosa Serrano Rondón (estos por herencia de su madre) venden el molino por 25.000 reales de vellón a María Guerrero, esposa de Fernando Cortés el molino harinero conocido por el del Águila.

A principios del siglo XX el propietario del molino era Jorge Glyn. En el año 1942, el molino fue testigo de un triste crimen entre bandoleros. "Parrita" disparó contra Reinaldo, de Cortes de la Frontera, porque éste se negó a atracar una de las fincas.

Este molino estaba integrado por un edificio amplio del que sólo se conservan los muros y las bóvedas de las alcobas o túneles de agua. Para su construcción se utilizaron muros de mampostería con arcos de ladrillo y detalles de sillería de piedra labrada. La puerta principal presenta unos canes fínamente labrados que reciben el dintel de piedra de una pieza. El estilo utilizado es el de arquitectura popular e industrial.

Actualmente, las ruinas del molino surgen entre la exuberante vegetación de ribera característica del entorno y en pleno bosque de galería.

Los restos de lo que fue un molino en plena producción aportan una perspectiva romántica y representan un aliciente más para hacer un alto en el camino en este recorrido natural que nos lleva desde el Cobre hasta, por ejemplo, la Chorrera,

Una característica del Molino del Águila es la existencia de un canal o "cao" que se bifurca poco antes de precipitarse en dos cubos o pozos, que permitían el funcionamiento de las dos ruedas a la vez.

En teoría, el hecho de estar catalogado, como grado 0, obliga a su conservación y mantenimiento, así como a la limpieza de malezas y escombros. En cualquier caso se prohibe cualquier operación de construcción o reconstrucción tanto en el edificio como en los alrededores.

Al mismo tiempo, saliendo del Cobre, y antes de llegar al molino, nos encontramos con un puente de piedra cuyo origen data al parecer del siglo XVIII, si bien no se descarta que sea más antiguo. Es un paso de uso peatonal y de caballerías.

En su uso original puede ser anejo al Molino de Escalona, único ejemplo hidráulico aún en funcionamiento.

El puente de piedra es de forma medieval con calzada de doble pendiente y arco de medio punto. Dispone de calzada de bolos de piedra concertados, en el puente, y en la calzada exterior.

La bóveda es de sillería de piedra de buena calidad y los ritones están rellenos de mampostería de piedra y cal. No ha sufrido ninguna modificación. Este puente está catalogado como grado 3.

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