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Broncano
Pesquero desaparecido en Marruecos
El paradero del pesquero Rúa Mar y sus seis marineros sigue siendo una incógnita dos días después de su desaparición, pero ya se ha descartado una hipótesis: la colisión con un mercante. La Guardia Civil ha hecho un seguimiento de todos los buques que pudieron cruzarse con el pesquero y descarta que alguno de ellos lo haya arrollado, una teoría que se había estado barajando. El dispositivo de rescate ha empezado a trabajar ya en una segunda fase del operativo: una búsqueda submarina a gran profundidad del pesquero.
La radiobaliza del Rúa Mar lo situaba a 28 millas al noroeste de Cabo Espartel cuando se activó a la 1:31 del miércoles. Cruzando esos datos con el posicionamiento de los buques que navegaban por esa zona en el mismo rango horario, la Guardia Civil ha detectado aquellos que pudieron cruzarse con el pesquero y ha entrevistado a las tripulaciones y revisado los datos de esos buques pero sin resultados. Incluso se ha inspeccionado por Capitanía Marítima el buque más cercano y se ha comprobado que no hubo posibilidad de colisión. La última visualización de la que se tiene constancia es de un pesquero marroquí, que no detectó que el pesquero tuviera problemas.
Según explicaba ayer el teniente coronel de la Guardia Civil Luis Martín, desplazado al Puerto de Algeciras, “se descarta el choque”, pero quedan abiertas el resto de opciones. Entre ellas, que un golpe de mar pudiera haber volcado el pesquero y hecho saltar la radiobaliza.
Este dispositivo de emergencia y dos boyas son los únicos restos encontrados en la zona por ahora. La baliza es la encargada de mandar una señal de emergencia cuando se activa; ayer fue recogida del agua y se comprobó que se había activado de forma automática por contacto con el mar (también puede hacerse de forma manual), por lo que las opciones son que se haya podido tirar al agua o se haya activado por hundimiento.
Ayer participaban en la búsqueda de los marineros el buque de salvamento SAR Mastelero, el helicóptero Helimer 207, el avión Sasemar 201 y un helicóptero de la Guardia Civil. A los trabajos se incorporaron también una fragata de la Marina Real marroquí y un buque de acción marítima de la Armada Española, el Relámpago, con base en Las Palmas y de casi 94 metros de eslora.
Por la tarde se esperaba el permiso para que se activase también un avión del Instituto Armado con tecnología punta que permitiría detectar más fácilmente posibles restos en el agua. También salieron a la mar tres pesqueros de Algeciras a colaborar. Desde la Subdelegación del Gobierno se ha destacado la colaboración de Marruecos a este respecto, facilitando a la Guardia Civil su labor de búsqueda e investigación en aguas y puertos marroquíes.
“No obstante, conforme pasa el tiempo toca pensar en la segunda fase, la búsqueda del pecio”, apuntó el teniente coronel al frente del dispositivo de la Guardia Civil. Se está estudiando la forma de intervenir para rescatarlo, pero se encuentra con un hándicap: la profundidad. “El barco ha desaparecido en aguas marroquíes en un punto que ronda los 480 metros de profundidad y con corrientes muy fuertes”. En el cono que se ha señalado como posible área de hundimiento del pesquero la profundidad oscila entre los 300 y los 700 metros. Y existe tecnología capaz de llegar a esa profundidad “pero también tendría que hacer frente a esas corrientes”. El mal tiempo añade dificultades, con la mar embravecida.
El jefe de Operaciones Especiales de Salvamento Marítimo, Germán Erostarbe, explicaba que “nunca hemos ejecutado una operación hasta una profundidad como esta”. El IEO, Instituto Español de Oceanografía, va a colaborar con medios técnicos y humanos con el fin de iniciar esa búsqueda submarina.
En el caso de que pudiese finalmente encontrarse el pecio, se entraría en una tercera fase en la que nadie quiere pensar por ahora en la que habría que tener en cuenta todas esas dificultades: la posible extracción de los cuerpos. Aunque por ahora, destaca Martín, aún se está en la búsqueda de supervivientes.
Mientras tanto, la angustia se expandía por la dársena pesquera del Puerto de Algeciras, llena de familiares y amigos a la espera de noticias de los desaparecidos. Según explicó el alcalde algecireño, José Ignacio Landaluce, se les ofreció la posibilidad de habilitar otro lugar para que esperasen más cómodos, pero han preferido permanecer en la zona pesquera. No quieren separarse del punto de atraque del Rúa Mar, aquel del que salió el pasado martes. “Todos los estamos esperando”, aseguraba ayer Desireé Serrano, esposa de Javier Maza, patrón del barco desaparecido y tío del armador, Pedro Maza.
Antonio Javier Maza tiene 52 años de edad y llevaba desde los 14 en la mar, contaba ayer su pareja. Toda una vida en la que “nunca se me había pasado por la cabeza que pudiera pasar esto”. En el pesquero estaba acompañado por su hermano Ángel, de 59 años, el mecánico, y por Iván, Daniel, Antonio y Óscar, los cuatro marineros. De Algeciras. Todos a bordo del Rúa Mar, que había sido adquirido hacía menos de un año por el armador Pedro Maza, hijo del histórico presidente de Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras.
Varios psicólogos atendían ayer a los familiares allí congregados en un amplio dispositivo de apoyo en el que participan el servicio de emergencias 112, el 061, Cruz Roja y Protección Civil. El servicio seguirá activo en lo que se prevé que sea un largo proceso.
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