El Sexenio Democrático (1868-1874): Voluntarios por dinero y nuevo Cónsul General en Gibraltar

Historias de Algeciras

La situación en Cuba marcaba profundamente la política nacional

Mientras, en la ciudad los vecinos vivían ajenos a la movilización que se avecinaba

El Sexenio Democrático (1868-1874): a un ladito frente a Algeciras

La calle Prim de Algeciras, en una imagen de época.
La calle Prim de Algeciras, en una imagen de época.
Manuel Tapia Ledesma

05 de noviembre 2023 - 02:00

Lejos de las astronómicas cantidades expresadas en el anterior capítulo, también en nuestra ciudad se enajenaron viviendas mucho más modestas. A saber, José Sangüinety Belagana, conocido propietario local, poseía una vivienda de reducidas medidas señalada con el número 12 de la calle General Prim (Torrecilla) “compuesta de una sola habitación, siendo su compradora la viuda de sesenta años doña Vicenta Aguilar”.

Sangüinety había adquirido tiempo atrás aquella vivienda a la también viuda y propietaria doña Francisca Calleja Riego, de quién nunca más se supo. Lo extraño del asunto estriba en la cantidad de dinero que la compradora Vicenta Aguilar puso en la mano de Sanguinetti para hacer suya aquella pequeña y modesta vivienda, nada más y nada menos que 200 escudos. Aquella cantidad era tan desproporcionada que documentalmente se hizo constar: “Declaran -vendedor y compradora-, que el precio que ha mediado es el justo y verdadero valor de la finca vendida por la cual renuncian á toda acción rescisoria por lesión”. ¿A qué tipo de “valor” se referían los contratantes para pagar tan alta cantidad por una casita de una sola habitación y de unas medidas de siete metros por su frente y cinco con cincuenta metros por su centro? Quizá en el segundo apellido de quién fuera su antigua propietaria estuviera la respuesta.

Sea como fuere y mientras en nuestra ciudad se hacían estas “extrañas compraventas” en el resto de la nación y en aquel segundo semestre de la recién nacida Constitución del 69, la aparente tranquilidad se iría mermando, el germen de aquel desasosiego político y social tenía nombre, Cuba: “Comunicación del Sr. Gobernador de la prova. trasladando la que le ha dirigido la autoridad militar de esta plaza, en que se dá conocimiento de la orden expedida por el Ministerio de la Guerra con fecha 24 del que rige á fin de que por por las Diputaciones de: Cordova, Cáceres, Huelva, y Badajoz, se adopten las medidas conducentes á estimular rápidamente el enganche de voluntarios para la Ysla de Cuba. La Comisión de Guerra presentó el siguiente dictamen, Excmo. Sor: la Comisión á quién con toda urgencia se le ha pasado la comunicación del Excmo. Sr. Gobernador de la prova. sobre la organización de un batallón de voluntarios destinado á la Ysla de Cuba, emite su dictamen para que VE con superior ilustración resuelva lo más conveniente.= La Provincia de Cadiz vé con un valor más íntimo y profundo que ninguna otra la deplorable situación de su hermana Cuba. La intimidad de su comercio, la antigüedad de sus relaciones mercantiles, el recuerdo de que su belleza, sus capitales, hasta la cultura de sus habitantes traen origen indudable de aquellos tiempos en que Cádiz era Puerto de la Habana enlazar más el sentimiento indicado. No es por lo tanto posible que Cadiz mire con indiferencia la situación de Cuba ni que pueda negarse á dar un auxilio pronto y eficaz para que cese ese estado deplorable y para que la noble Nación española pueda manifestar á Europa entera que proveerá por su honra, y por la tranquilidad de sus hijos en todo sus hemisferios.= La Comisión al indicar estas ideas cree hacerse intérprete fiel de los sentimientos de VE pero debe entender ahora en algunos detalles con respecto al pensamiento que la ocupa.= Se trata de la formación de un batallón de 1.000 plazas por alistamiento voluntario en las provincias de Cádiz, Cordova, Cáceres, Huelva y la Comandancia General de Extremadura; que el equipo y el haber de 16 reales han de ser de cuenta del Estado y que el Gobierno se reserva dar las reglas y condiciones para el alistamiento”.

Prosiguiendo el consultado texto: “La Comisión comprende que el pensamiento es patriótico y realizable; que al impulso que dá el Gobierno señalando un pretexto adecuado falta el estímulo moral que las Corporaciones populares deben prestar para que su realización, y nada más justo que VE estimule el celo y patriotismo de los Ayuntamientos.=Es indudable Excmo. Sor. Que en otras épocas y en otras la provincia de Cádiz podría comprometerse desde luego á dar las 1.000 plazas para ese alistamiento con el objeto que se propone porque aquí sería ese pensamiento altamente halagüeño al comercio, á la propiedad y á la familia, pero por desgracia, hoy varían las condiciones por las circunstancias especialisimas de la localidad.= Por lo mismo que la Revolución de Setiembre tuvo aquí su nacimiento, y con él se resistieron intereses de gran cuantía ligados con la situación anterior; por lo mismo que aquí se han agitado pasiones políticas encontradas por la transición repentina que hemos observado; por lo mismo que aquí han tomado plaza de representantes de las ideas republicanas entidades y personas sin título y condiciones propias; por lo mismo que esas personas y entidades necesitan la impresión y el estímulo ajeno no siempre propicio á lo bueno y no siempre dirigido al bien de la patria, es un hecho Excmo. Sr. Que los que más debían procurar por el bien y felicidad de la provincia de Cádiz conmueva la conciencia, perturbar su tranquilidad, concitar los odios y preparan la codicia de unos, la ignorancia de muchos para planes descabellados y sin concierto que dan por resultado patente, engendrar la duda que en otras circunstancias sería un crimen de si la libertad é independencia de Cuba, es el ejercicio de un derecho perfecto; y envuelta y pervertida esta idea con la republicana hace concebir con el ánimo de esta Comisión que los consejos y exhortaciones de VE Corporación Monárquica que combate y resiste en primera línea y con un valor extremado en una zona republicana de esta especie no surtan el efecto apetecido para la honra de España, y consuelo de nuestros hermanos de Cuba”.

Creación de un incentivo económico para los voluntarios de la provincia.
Creación de un incentivo económico para los voluntarios de la provincia.

Continuando: “Más claro Excmo. Sor de público se dice y actos públicos lo significan, que existe en esta localidad una sociedad secreta para impedir los socorros que la Nación presta á Cuba, y la prueba de esta sospecha está en que en el mes de Marzo (1869) hubo en esta Capital una perturbación manifiesta, y una predicación contra el embarque de las Tropas, en término que las autoridades tuvieron que recoger los prófugos y embarcarlos casi á la fuerza.= Pero sin embargo es de todo punto indispensable que nosotros coadyubemos al propósito del Gobierno, si bien es conveniente sentar esa protesta, para que si los resultados no son tan lisonjeros como deseamos, sirva de explicación anticipad.= Cree la Comisión que esto podrá compensarse con que el estímulo que presenta el Gobierno pueda la Diputación añadir otro eficaz que consiste en interesar aún más á los voluntarios de la provincia, con una recompensa especial é independiente que contribuya al objeto de los alistados á empresa tan arriesgada y debe constituir en un premio que se conceda en metálico á todos los que se alisten bajo la bandera gaditana, para ellos ó sus familias y en la época que se crea más oportuno.= Por último, y como el Gobierno no ha presentado todavía las condiciones del enganche no puede VE concretar á los pueblos la exhortación tan íntima y detalladamente cómo podrá hacerse luego que aquellas se sepan, pues la verdad es que todo lo que se haga ahora tiene que ser incondicional é inseguro, mientras no puedan determinarse con claridad aquellas condiciones.= En consecuencia de lo expuesto la Comisión opina, que se conteste al Excmo. Sr. Gobernador de la provª. para que lo tramita al Gobº que esta Diputación comprende la importancia del servicio que se le exige que está pronta á estimular por todos lo medios que están á su alcance el patriotismo de los pueblos, á gestionar por sí lo necesario á conseguir el objeto por otros medios indiscretos, y por último con el auxilio de los pueblos á consignar una cantidad para premios de los voluntarios por Cádiz; pero que considera indispensables que se comuniquen las condiciones del contrato y que se indiquen los medios que otras provincias hayan adoptado. VE sin embargo acordará lo más conforme.= Cádiz 27 de Setiembre de 1869.= González Romo.= Ponce de León.= Juan Duarte.=”.

Llama la atención la predisposición del liberal algecireño Duarte para la defensa del “metálico premio” con el que -a través de la necesidad de las clases populares-, conseguir el cupo de voluntarios asignados a los pueblos de la provincia. Finalizando tan patriótica fundamentación: “Conforme la Diputación, en un todo con el previsto dictamen, acordó aprobarlo y que se conteste al Excmo. Sr. Gobernador Civil en los términos propuestos, dirigiéndose á los pueblos la oportuna circular por medio del Boletín Oficial tan luego como se comunique las instrucciones para llevar á efecto el alistamiento de dichos voluntarios. También se acordó dirigir á los Presidentes de las Diputaciones de Cáceres, Cordova, Badajoz y Huelva el siguiente telegrama.= “Esta Diputación desea conocer el pensamiento de la de esa provincia para el enganche de voluntarios á fuer de formar un Batallón con destino á Cuba”.

Existencia en la provincia de defensores de la independencia cubana (1869).
Existencia en la provincia de defensores de la independencia cubana (1869).

Y mientras los tan patrióticos diputados esperan la respuesta de las provincias afectadas por la orden del Ministerio de la Guerra, en nuestra ciudad -ajenos a la movilización que se avecina- los algecireños prosiguen con sus vidas rutinarias ¿o tal vez no? Pues para clarificar la documentación identitaria de dos menores provenientes de las lejanas posesiones en las Islas Filipinas, una madre -sin que se conozcan los motivos, exige: “Vista una partida de bautismo de Rafaela Carmen Narcisa Pavía y Albarez, hija de D. Carlos y Doña Dolores que nació el 29 de Octubre de 1858 en la Ciudad de Manila; expedida por D. Remigio Rodríguez, Cura del Sagrario de la Santa Yglesia Catedral de la misma. Y otra partida de Dolores Teresa Rita Mourez, hija de D. Carlos y de Dª Dolores que nació en Manila el día dieciocho de Noviembre de 1854, expedida por el citado Cura en la propia fecha, exhibición hecha en virtud del requerimiento de la Sra. Dolores Albarez García”. La lejanía entre tan alejadas tierras y la metrópolis hacía “confusa” la reunión de las familias y sus particulares circunstancias.

Siguiendo con la misma pauta procedió: “D. Rafael Ruiz Fernández pide testimonio mediante exhibición que se hizo en 27 de Junio del año anterior (1868), por D. Vicente Climent, Comandante de Yngenieros destinado en esta ciudad relativa á los servicios prestados en el Cuerpo por dicho individuo [...] D. Fermín Muñoz y Gutiérrez, de esta vecindad y por exhibición de un oficio de D. Dionísio Saavedra, gobernador de Valladolid de veintinueve de Junio de 1855, y una carta del mismo Sor. De tres de Julio de 1866, dirigida al mismo Sor Muñoz, con referencia á servicios prestados por él mismo en aquella época”. No contento con tal previsión se volvió a requerir la exhibición mediante: “Otro oficio del Gobierno Civil de Valladolid, fecha 29 de Junio de 1856, dirigido al Sr. Muñoz. = Un certificado del Ayuntamiento del mismo punto sobre la conducta moral y política de fecha 2 de Julio de 1859. Un certificado de la Diputación Provincial de aquella Ciudad, sobre el propio objeto de fecha 6 de Julio de 1859. Una carta del Gobernador de Valladolid D. Dionísio Saavedra de fecha 7 de julio de 1856, dirigida al Sr. Muñoz, dándole gracias por el buen comportamiento en las comisiones del 22; y dos por el Comandante general D. Carlos Pavía, fecha 6 de Octubre de 1868 al Sr. Muñoz, diciéndole que lo proponía al Secretario provincial para el cargo de Cónsul general en Gibraltar”. Son tiempos de desconfianzas, de sociedades secretas; tiempos en los que nada parece lo que es. Como expresara años más tarde un galdosiano personaje de su novela Tristana (1892): “Somos demasiado decentes para andar en estos enjuagues, que allá se quedan para la patulea del siglo”.

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