El Sexenio Democrático (1868-1874): El corregidor de Algeciras y el estallido del federalismo republicano
Historias de Algeciras
El enfrentamiento por intentar instaurar el sistema federalista se hizo sentir en la población de la comarca con episodios de violencia
El Ayuntamiento algecireño, con fuerte presencia republicana contraria a las quintas
Voluntarios por dinero y nuevo Cónsul General en Gibraltar
El Sexenio Democrático (1868-1874): a un ladito frente a Algeciras
El décimo mes comenzó con una clara referencia en las Cortes hacia la ciudad de Algeciras cuando el diputado Feriando Garrido hizo mención en sede parlamentaria, a los excesos y crímenes que se cometen durante las revoluciones, argumentando: Esto ha sucedido siempre, y en esta misma Revolución ocurrió lo del corregidor de Algeciras (Aspar Segura); y por cierto no debía de estar lejos de allí el señor Topete, el señor ministro de Marina; sí, un Topete levantó su brazo para interpelarlo entre el arma del asesino y el pecho de la víctima. Lógicamente y según se recogió en acta, el citado ministro por alusiones tomó la palabra, expresando: Su señoría ha dicho que yo estaba en Algeciras, cuando se cometió un horroroso crimen contra una persona de la situación caída. Su señoría debe saber que el que allí se hallaba era un hermano mío, cuyo brazo fue el que se interpuso entre la víctima y sus verdugos. Respondiendo Garrido: -¿Cree, pues, S.S. que en mí ha habido intención de calumniar á nadie? [...] Yo no he citado á nadie porque no tengo ningún dato [...] Esto es lo que yo he dicho Sr. Topete y lo mismo digo respecto al asesinato de Algeciras [...] Yo no sabía si era S.S. ó un hermano de su señoría; lo que yo dije fue que S.S. andaba por allí cerca, porque suponía que estaba en Cáliz, que no está muy distante de Algeciras, y yo no sé que se hubiera levantado entonces nadie á condenar aquel crimen y á decir que no tenía ninguna responsabilidad.
Aquel verbal enfrentamiento teniendo como triste protagonista al asesinado alcalde algecireño, se desarrolló en el contexto de las medidas legales que se habían de tomar frente a los violentos actos que se habían producido, por aquellos días, en las provincias catalanas; expresando otro diputado sobre la norma: Esta ley que yo combato, no se ha de aplicar más que a los conspiradores, yo encontraría muy natural que en la ley se hubiera dicho que el Gobierno podía allanar el domicilio y podía prender á un ciudadano, pero á condición de que lo entregase á los tribunales con las pruebas que hubiese delito. Quedan suspendidas las garantías. Es claro que el Gobierno puede allanar el domicilio y puede coger á un ciudadano y mandarlo á Filipinas, lo mismo que lo hacía el general Narváez en 1848. El clima de violencia estaba servido a nivel nacional; mientras Fermín Salvoechea proclamaba en Cádiz:-¡A los republicanos de Andalucía!. Por segunda vez os doy notorio ejemplo del puesto á que está llamado el verdadero republicano; por segunda vez acudo al peligro para salvar los derechos del hombre; por segunda vez, en fin, me dispongo á combatir contra aquellos que en mal hora elevamos al poder, para que después se erigieran en nuestros tiranos [...] ¡A las armas, pues, republicanos andaluces!. No juréis vencer ó morir, sino simplemente vencer y venceréis.
El germen de aquella insurrección había nacido un año antes, cuando, el por entonces llamado Partido Demócrata, presidido por José María Orense, dio un mitin en Madrid que encendió el ideal federalista para toda la nación al proclamar: La forma de gobierno de la democracia no podía ser otra que la República Federal. Orense, junto a Pi i Margall, Figuras, Clásico Salmerón y Exilio Castel defendieron el republicanismo refundando el monárquico partido con una nueva apelación: Republicano Democrático y Federal. Ya en el 69 y al cumplirse el año de La Gloriosa, el Comité Republicano Federal de Barcelona haría un llamamiento a la insurrección; rebelión que además de ser seguida en tierras catalanas, también fue secundada en otras importantes ciudades y provincias del país. En Andalucía, como se ha expresado anteriormente, el movimiento sería capitaneado por el jerezano José Paúl y Angulo y el gaditano Fermín Salvoechea. En el ideario republicano persistía de modo innegociable: la abolición de las quintas y los consumos. El enfrentamiento por intentar instaurar el sistema federalista estaba en marcha. Sobre el líder jerezano se imprimieron panfletos denigratorios, expresando: Dice una voz general/ que Paúl el diputado/ se confirmó el entorchado/ de Capitán General/ No nos parece muy mal/ el nombramiento en cuestión/ segunda elucubración / ó por decirlo así, etapa/ de quién se autonombra Papa/ de una nueva religión.
Mientras tanto la población en general vive y padece aquellos violentos días, como bien expresaron estos populares versos: Sigue perenne la alarma/ no se gana una peseta/ y en si se arma ó si no se arma/ parecemos bayonetas. Versos que recogen el hartazgo popular: Apreciamos nuestras conquistas/ más nos dan ratos tales/ tanto federales y carlistas/ como carlistas o federales. Los seguidores de ambos líderes gaditanos comenzaron a recorrer la provincia entrando en el Campo de Gibraltar por la villa de Jimena de la Frontera, haciéndose público posteriormente: Las facciones de Paúl y Salvochea han dejado un triste recuerdo en Jimena [...] como este pueblo dista solo cuatro leguas de buen camino de San Roque, esta ciudad y Algeciras se alarmaron creyendo ser visitados por la gavilla. Al mismo tiempo que acontecían estos graves hechos en nuestra comarca, la nueva y constitucional España, regida por un gobierno de transición, volvía a sucumbir al tradicional enfrentamiento ideológico.
Mientras tanto en nuestra ciudad, y tras alejarse las violentas facciones, la realidad cotidiana no variaba en su derrotero, como así demostró el siguiente propietario: Rodrigo Frenero Rodríguez, quién procedió a la renovación del arrendamiento por el término de dos años más que vencieron en el día de San Miguel de un Cortijo situado en la dehesa de Las Abiertas (Sierra de Getares), en el partido del Laurel de este término municipal á Juan Herrera Andreu, de profesión labrador y como el anterior domiciliado en Algeciras [...] y por el precio de cincuenta fanegas de trigo por año. Actos de transacciones económicas aparte, otros hechos llamaban la atención de los algecireños, como fue la defunción de una sufrida y joven mujer llamada Andrea Gil Cádiz. La finada había exigido, previamente, que su sepultura se produjera con el oficio y entierro propio de la Hermandad del Santo Cristo de la Expiración a la que pertenecía. Nacida en Algeciras, en el 57, había contraído matrimonio en la parroquia de la Palma con el propietario Joaquín Gallardo Ripollés, engendrando tres hijos los cuales fueron bautizados como: José, Joaquín y Magdalena Gallardo Gil. En 1862 fallecería el cabeza de familia y casi un año después también lo haría el hijo mayor José. Para mejorar su dura realidad, la joven viuda compró una casa a Francisco Ladrón en 8.000 reales y entregó 1.500 reales -declarando-, pagué a mi cuñada Magdalena, hermana de mi finado marido. Pasados los años, concretamente a finales del 64, volvió a contraer matrimonio con el también propietario y hombre de negocios José Guerrero. De este segundo matrimonio, según declaró, hemos tenido por hijos a: Juan, Andrés y Antonio Guerrero Gil; de los cuales han fallecido los dos últimos quedando únicamente Juan. En aquellos momentos de su vida, Andrea y su marido, contaban, según consta documentalmente, con: Casa que compré a Francisco Ladrón, la puebla de la huerta que llevo en arrendamiento y 2.000 reales que me deben en la villa de Los Barrios; cuatro puercos y siete costales de trigo y aunque tengo hoy 3.000 reales, son muchos los gastos de mi enfermedad, no puedo contar dicha suma entre mis bienes. La joven madre algecireña falleció a finales de aquel 69, dejando atrás tres hijos y una España víctima de sí misma.
De un modo más general, nuevamente el asunto de Cuba, como leño que se le arroja al fuego federalista, vuelve a resurgir: Se dá cuenta de la orden de S. A. el Regente del Reino, comunicada por el Ministerio de la Guerra al Excmo. Sor. Gobernador de esta provincia con fecha 28 de Setiembre últº. Por la que se ha dispuesto que se proceda á organizar en las provincias que comprende este distrito Militar, un batallón de voluntarios de mil plazas con destino á la Ysla de Cuba, fijándose las bases con sujeción á las cuales ha de hacerse el alistamiento y encareciéndose á la vez á esta Diputación y a los Ayuntamiento de la provincia la necesidad y urgencia de dedicar al desarrollo y fomento de la recluta la solicitud y atención que reclama tan preferente asunto del servicio nacional.= Comprendiendo esta Diputación la importancia del servicio que se le exige y deseando contribuir por todos los medios que se hallan á su alcance á que el alistamiento de los referidos voluntarios ofrezca en esta provincia el mejor resultado y se lleve á efecto con la celeridad que se recomienda, se acordó publicar dicha orden en el Boletín Oficial para conocimiento de las autoridades locales y Ayuntamientos.
Una vez recibido en el Ayuntamiento algecireño el citado boletín, este venía acompañado de las siguientes prevenciones: 1ª.=Tan luego como reciban los señores Alcaldes la presente Circular darán á las mismas la mayor publicidad por medio de edictos ó en la forma que crean más conveniente a fin de que llegue á conocimiento de los individuos que deseen ingresar en dicho Batallón, siempre que reúnan las condiciones que exige la base 2ª de la expresada orden, advirtiéndoles que además de las ventajas que el Gobierno les ofrece, esta Diputación hará en su día una especial recomendación á favor de los que se distingan en la campaña y concederá socorros á los que se inutilicen y á las viudas y huérfanos de los que desgraciadamente fallezcan. 2ª. = Los Sres. Alcaldes abrirán desde luego un registro en que hagan constar los individuos que se alisten con expresión de su nombre y apellido, edad, estado, pueblo de su naturaleza, fecha de enganche y demás noticias que conceptúen indispensables. 3ª.= Con objeto de que tenga efecto el pronto ingreso en las filas de dichos voluntarios dispondrán las autoridades locales que verifiquen sin demora su presentación en esta Capital, facilitándoles el socorro que consideren necesarios, cuyo gasto satisfarán con cargo al Capitº. De imprevistos de los respectivos presupuestos municipales. 4º.= Se excitara el celo de los Alcaldes y Corporaciones municipales para que cumplan con la debida exactitud las prevenciones de esta Circular, encargándoles den cuenta cada 6 días del resultado que ofrezca el enganche con remisión de una nota de los individuos que se alisten para el debido conocimiento de esta Superioridad.
En el caso del Ayuntamiento de Algeciras, como en el de muchos otros de la provincia con fuerte presencia republicana contraria a las quintas y un fuerte déficit municipal, la citada circular no dejaría de ser un sinsentido. Valga como ejemplo la respuesta dada por algunos de los municipios de la comarca: En vista del mal que ha producido la eliminación de la imposición del arbitrio establecido en San Roque de un real por pase á la línea de Gibraltar y el cual ha sido suprimido [...] se acuerda que no puede accederse á los solicitado por el Ayuntamiento de Los Barrios para establecer otro igual con objeto de reintegrar la redención de quintos, haciéndose presente al Ayuntamiento acuerde otros medios para este objeto, siempre que estén dentro de los iniciados en la circular de quince de Abril último [...] Se acordó pedir informe al Yngeniero Gefe de Montes de la provincia sobre la corta que solicita la Corporación para atender con ella á la reclamación de quintos de la ciudad de Algeciras. Sin duda, sobre este y otros asuntos, las progresistas autoridades provinciales vivían otra realidad diferente a la que se desarrollaba en los diferentes municipios de nuestra comarca; circunstancia, por otro lado, nada nueva.
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