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Talleres de teatro de Barrio Vivo

La coordinadora Barrio Vivo mantiene tres grupos de teatro como parte de su acción transversal de lucha contra las drogas

Al final de cada primavera, la entidad celebra un Festival de Teatro con otros grupos de actores amateur de la ciudad

El elenco de la obra 'Piruleta de fresa' antes de la representación de su obra.
El elenco de la obra 'Piruleta de fresa' antes de la representación de su obra. / M. C. I. C.

Algeciras/Cae la tarde en un sábado de primeros de junio. Las sombras que proyectan la frondosa vegetación de un bonito patio del centro de Algeciras comienzan a alargarse. Y en un momento dado, la palabra, el movimiento y la luz se convierten en arte.

Varios jóvenes del grupo de teatro del IES Isla Verde salen a escena caracterizados como en un cabaret de los felices años 20, desbordantes de ilusión para representar el primero de los dos pases de Piruleta de fresa, la obra que han ensayado a lo largo del año. Se despiden con los aplausos del respetable y entre bambalinas no pueden reprimir las ganas de abrazarse y de celebrar que todo ha salido a pedir de boca.

Así transcurre una de las veladas de la decimosexta edición del Festival de Teatro de Barrio Vivo, que ha convertido el patio interior del antiguo Asilo San José, donde la coordinadora de lucha contra las drogas tiene su sede, en un agradable patio de butacas en el que los grupos teatrales de la entidad, junto con otros talleres de aficionados de la comarca, han podido efectuar la puesta en escena de las obras que han ensayado a lo largo del curso a pesar de las dificultades de la pandemia.

"La vinculación de Barrio Vivo con el teatro viene de largo, de hace unos 30 años, ya que la coordinadora utiliza el teatro como una forma de prevención al potenciar aspectos de forma transversal como la autoestima o las emociones", explica Carmela Berrocal, técnico de dinamización de Barrio Vivo y uno de los nombres propios de este arte escénico en el Campo de Gibraltar dada su dilatada trayectoria.

Barrio Vivo mantiene activos tres grupos de teatro aficionado pese a las dificultades que entraña la situación sanitaria actual. Especialmente para ensayar. "Parte de los ensayos, sobre todo en la época más dura de la pandemia, los hemos hecho por videollamada", apunta Berrocal, quien se muestra satisfecha con el hecho de que el virus no haya truncado la continuidad de la iniciativa siquiera en el olvidable año de 2020. Entonces, los ensayos eran todos por videollamada y celebraron el final del curso con unas representaciones para un público reducidísimo. "Pero los mantuvimos. La pandemia no pudo con nosotros", subraya.

Los grupos de teatro abarcan a niños, adolescentes y adultos. Y en cada uno de ellos la forma de abordar la prevención de las drogas varía, pero siempre con el bello arte de escenario como hilo conductor.

Una de las atrices observa entre bastidores el desarrollo de otras de las obras.
Una de las atrices observa entre bastidores el desarrollo de otras de las obras. / M. C. I. C.

El grupo infantil cuenta con una decena de pequeños que se inician en el mundo teatral de la mano de Lucía Escuín. "En este grupo no tocamos aún la palabra drogas. Sino que hacemos del teatro un instrumento de juego y ocio para crear un futuro actor o un futuro público. Ocupar el tiempo libre permite también afianzar conceptos como la confianza y la seguridad, muy útiles como habilidades sociales", destaca Berrocal. En el festival de este año han representado un juego dramático, a modo de obra para iniciarse ante el público. Su taller abarca el curso escolar.

El grupo de adolescentes, capitaneado por Tatum Villalba, lo forman los alumnos del grupo de animación a la lectura de Barrio Vivo. Son una quincena de jóvenes de diferentes puntos de Algeciras quienes han pasado buena parte de la pandemia haciendo sus sesiones por videollamada "para también trabajar desde la lectura y el teatro el momento que vivían, sus emociones". Una adaptación de Sueño de una noche de verano ha sido la obra elegida para este fin de curso, aunque el grupo participa durante el verano en actividades del Plan Nacional contra las Drogas.

La propia Carmela Berrocal está al frente del grupo de adultos, formado por catorce miembros. "Es un colectivo muy abierto y heterogéneo, con personas de 19 a 55 años. Es un modo de captar voluntarios para Barrio Vivo y también para colaborar con otras asociaciones. Además de practicar teatro, participan en otras líneas de acción de la coordinadora. E incluso hay alumnos de teatro del grupo de adolescentes que acaban en este", explica Berrocal.

El público sigue una de las veladas en el patio de la sede de Barrio Vivo.
El público sigue una de las veladas en el patio de la sede de Barrio Vivo. / M. C. I. C.

La mujer sola, Picnic o La marquesa han sido algunas de las obras puestas en escena por el grupo senior. "Aunque este grupo también hace actuaciones y performances para fechas señaladas en Barrio Vivo como el Día del Sida, el Día del Refugiado o el 8 de Marzo. Durante la pandemia ensayamos online y al terminar el confinamiento pusimos en marcha una obra. También editamos un vídeo de ánimos para las personas de la tercera edad. Son actores y voluntarios", remacha Berrocal.

Cuando se acerca junio, Barrio Vivo reúne a sus grupos de teatro junto con otros colectivos teatrales de la comarca en su gran Festival de Teatro con el que se despiden del curso. Este año, por mor de la pandemia y los aforos, han participado 225 usuarios a lo largo de tres fines de semana.

Junto con los grupos infantil, de adolescentes y senior, por el patio del Asilo San José también han demostrado sus dotes artísticas los alumnos del grupo de teatro del IES Isla Verde, dirigidos por Tatum Villalba y habituales del festival, junto con los actores del grupo de teatro La Bohemia, en su primera participación con Barrio Vivo, en este caso comandados por Ana Patricia Romero.

También han representado obras los actores del grupo de teatro La Perseverancia, de la Fundación ONCE, en el que Carmela Berrocal lleva las riendas, y el grupo de teatro Aula de Teatro José Luis Muñoz-María Eugenia Ferrera de la Escuela Sánchez Verdú, con Asunción García como monitora.

Una de las representaciones.
Una de las representaciones. / M. C. I. C.

Otros habituales de citas anteriores, el grupo de teatro Bambalinas de Apadis, especializados en teatro negro, han colaborado este año con una bella exposición de atrezo con la que los usuarios de la entidad han demostrado que derrochan creatividad para la puesta en marcha de sus obras Faro de Punta Carnero y La bruja contaminación.

Han sido un total de nueve veladas con dos sesiones cada una y un denominador común: aplausos y cariño del público. "Tenemos mucha esperanza puesta en el próximo curso", aventura Berrocal, ya con miras puestas a dar por superada la pandemia.

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