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Trienio liberal en Algeciras (1823-2023): Rancho de tocino, fideos y garbanzos

Historias de Algeciras

Tras el desastre del 23, la represión atravesó la frontera con Gibraltar: Beltrán de Lis se refugió junto a su familia en la colonia para embarcar con dirección a La Habana

El Trienio Liberal (1820-2020): Ataque a la Isla Verde

Los liberales buscan refugio en Gibraltar (1823).
Manuel Tapia Ledesma

16 de abril 2023 - 03:00

El día 1 de octubre de aquel año fatídico para la causa liberal del 23, y según las páginas del diario real: "Siendo las diez y veinticinco minutos, nos embarcamos en la falúa, y á las doce menos cuarto desembarcamos en El Puerto de Santa María; allí estaba el Duque de Angulema con toda la oficialidad; el príncipe de Carignan, una multitud de españoles de todas clases y empleos, entre ellos había muchos atravesados". A partir de aquellos momentos, bien vale para definir la realidad nacional parafrasear a cierto personaje barojiano de su novela La ciudad de la niebla, y expresar...España marcha hacia la tumba política, dejando tras de sí sus engañosas ilusiones.

Y mientras en la ciudad portuense se viven aquellos tristes hechos históricos, la mecánica administrativa prosigue marcada con la impronta absolutista reanudándose la comunicación entre la capital de la provincia y nuestra ciudad, como lo demuestra el siguiente oficio recibido en sede municipal: "Se devuelve al Ayuntamiento de Algeciras un expediente que remite en consulta sobre declaración de prófugo del último sorteo de D(n) Antonio Movillón, previniéndole que estando prohibidas las consultas en esta clase de expedientes por el artículo 12 del decreto de octubre, se arregle a él en el fallo del Movillón". Dentro del mismo contexto y despacho relativo al sorteo de quintos también se incluía el siguiente oficio: "En instancia de D(n) Antonio Lacomba solicitando la excepción de su hijo Juan Saucedo del servicio de quintas que le tocó en el sorteo extraordinario de la ciudad de Algeciras se ordena se pase por aquel Ayuntamiento para que informe si la alegada excepción se hizo en tiempo hábil". En ambos casos la respuesta administrativa venía a decir: menos consultas y más atenerse a la nueva interpretación de la legislación vigente.

En otro orden de asuntos, y se ha de suponer que con el miedo aún en el cuerpo por el reciente ataque a la Isla Verde, la ciudadanía algecireña proseguía con su habitual rutina abordando los problemas de la vida diaria, tal como afrontó: "D(n) Antonio Robles, capitán de la compañía de Escopeteros de este Campo, quién en el legítimo ejercicio de representación del también capitán Manuel Jiménez, destinado en el Regimiento Provincial de Ronda, procedió al pago sin pleito alguno de la cantidad de 4.000 reales al presbítero de esta vecindad D(n) José Moreno, quién le prestó tal cantidad al Jiménez para atender sus urgencias". Al parecer el citado presbítero según la documentación consultada, además de prestamista bien se podía considerar gran propietario: "El presbítero D(n) José Moreno, ha recibido de D(n) Juan Andrades, ambos vecinos de Algeciras, la cantidad de 5.000 reales que le adeudaba este por la venta de tres casas situadas en la calle Ancha de esta ciudad". En otro contexto, y quizá fruto del momento de transición política: "Juan Márquez y Miguel Balongo, vecinos de esta, fueron hechos presos por insultos al Síndico del Ayuntamiento, Francisco Serafín, la noche del 7 del próximo pasado". También y por delito común ingresaron en la prisión del partido algecireño: "Benito Estrada y Antonio de Fuentes Gutiérrez, alias Amarito; por herida dada a Juana Marín la noche del 14 del próximo pasado". Siguiendo con los ingresos carcelarios: "Mateo Rodríguez Gago, curador del menor Manuel Montero Jiménez, fue preso en esta cárcel por aprehensión de cuchillo".

Por aquellos días de regreso al absolutismo, una resolución sobre una simple alegación presentada por un mozo sorteado, enfrenta al sistema vigente con el derrotado semana atrás: "José María García quinto del último sorteo de la ciudad de Algeciras presentó instancia manifestando que según la partida de Bautismo q(e) acompaña había cumplido 36 años el día 25 de febrero y q(e) en su consecuencia se le eximiese del servicio pero como el artículo 3º del Decreto de las Cortes, del 8 del mismo mes, expresa esté á su fecha p(a) los efectos del alistamiento y García no tenía cumplida la edad en ella, se acuerda no haber lugar á su solicitud". Pendientes de cambios en el ordenamiento jurídico, el nuevo sistema se ve obligado a respetar y aplicar la normativa liberal de los derrotados.

A partir de la derrota de los constitucionalistas, la correspondencia entre las corporaciones locales y provinciales tienen como casi única naturaleza, las alegaciones de los ciudadanos para librarse del sorteo de quintas: "Queja que presenta D(n) Ramón Méndez, contra el alcalde 2º de Algeciras por haberle allanado su casa, pidiendo al mismo tiempo se le absuelva de la nota de prófugo se decide que el Ayuntamiento informe con remisión del expediente". Muchos de aquellos "actos de autoridad" contenían un trasfondo de cierta venganza personal, además de política. Uno de aquellos actos "administrativos", tuvo como protagonista al familiar del ex-alcalde liberal: "Oficio del Ayuntamiento de Algeciras del 8 del corriente [...] declarando que D(n) Pablo Herrera Vázquez, que debe estar á la resulta del sorteo de la Villa de Jimena, manifiesta y acompaña instancia documentada por D(n) Ventura Fita (ex alcalde constitucionalista) tío del D(n) Pablo exponiendo el derecho de su sobrino á entrar en los sorteos de Algeciras, se resuelve enviar á Jimena la instancia documentada para que exponga con devolución lo que crea conveniente". Ventura Fita al dejar la alcaldía ejerció como juez de instrucción.

Sobre la represión en el partido algecireño, bien vale la siguiente información extraída de particular misiva hecha pública: Algeciras 13 de noviembre: He estado en Gibraltar, y me asombré al ver una turba de más de 500 españoles impíos refugiados en ella, formando planes los más sanguinarios y crueles de los que esperan su total ruina ó la nuestra. Inventan noticias de ejércitos constitucionales que amenazan á los Realistas en Cataluña, en Valencia, en Extremadura y en Despeñaperros, y las hacen circular en lo anterior por medio de los contrabandistas que salen de la plaza. Esto lo desprecian los incautos; pero estamos en tiempo de la mayor circunspección, y de cuidar que estas chispas no inflamen el rescoldo oculto (Cart. Part.). Otro ejemplo de persecución fue el vivido por el político liberal avecindado en Algeciras y natural de Játiva, Mariano Beltrán de Lis, quién junto al también vecino de Algeciras Cosme Burlini -como así fue recogido en anteriores capítulos-, asumieron los gastos de "seis mil duros á primeros de mes con cuya cantidad se repartió media paga á las fuerzas armadas [...] el soldado come ya un buen rancho de tocino, fideos y garbanzos". Tal persecución atravesó la frontera con Gibraltar.

Tras el desastre del 23, Beltrán de Lis se refugió, junto a su familia en la colonia británica para embarcar tiempo después con dirección a La Habana; pero previamente se hizo público por sus enemigos: Gibraltar 10 de noviembre. Beltrán de Lis ha encalado y pintado su cuarto de prisión, como quién piensa vivir en él mucho tiempo, y en efecto estará mientras los acreedores no levanten la mano y desesperen absolutamente de cobrarle sus deudas. Estas van aumentando día á día, y sobre la primera cantidad de Bernard de Algeciras, que fué el primero que sacó mandamiento de prisión contra él, se han presentado ya acreedores y documentos que sumarán 1.600 pesos por lo menos. Si cuando se vió preso por Bernard tuviera en su poder lo que mandó á Valencia para destruir á la guardia del Rey el 7 de julio, le hubiera satisfecho y se hubiera largado antes de que circulara la noticia [...]; pero ya es tarde para enmendar el yerro. La maledicencia era implacable para con los enemigos derrotados.

Restauradas las comunicaciones entre las "nuevas y depuradas" instituciones, se retoman antiguos expedientes: "El Ayuntamiento de Algeciras en treinta y uno de Marzo evacuó el informe pedido en 26 del mismo sobre las circunstancias de D. Juan Rodríguez Carbalho y su establecimiento y casa en Gibraltar, y se acordó no dispensarlo del servicio militar ni de las demás pensiones que les corresponde sobrellevar como Español". En el mismo contexto: "En virtud de una representación de D(n) Ramón Vidal de Algeciras, quejándose de la resolución sobre que sirviese sin la nota de prófugo su plaza como quinto pide se le devuelvan los documentos de su expediente, advirtiéndole la Corporación que esta representación estaba concebida en términos indecorosos é insultantes á su autoridad; se acuerda por el Comandante de la Caja se pida á Vidal la verdadera inteligencia de los puntos suspensivos con que concluye su súplica p(a) resolverlo convenientemente". El lenguaje moderado se había tornado más duro en consonancia con el regresado sistema absolutista.

Por otro lado y dada la necesidad de control por las nuevas autoridades provinciales, se remite a la Comandancia General del Campo: "Enterado de un oficio del Sr Comandante General del décimo distrito sobre que no se obligue á los Escopeteros de Getares al servicio activo; se decide su archivo". Y mientras todas estas vicisitudes se suceden en la restauración fernandina, la vida diaria de los algecireños prosigue no ajena a la honda preocupación por los graves hechos que transcurren a su alrededor. Por aquellos días de incertidumbre política se produce un cambio en la propiedad de un popular establecimiento de nuestra ciudad: "El ventorrillo conocido y reconocido como de María Marques, situado en Los Adalides o Camino de Los Barrios, con pozo, huerto y cerca, y que fuera propiedad de Ana Tenilla, viuda que fue de Blas Enrique; quién lo adquirió en 13 de marzo de 1815 á Isidro Linares, lo vende en la cantidad de 2.000 reales a Antonio Pérez". Y si los cambios de propiedad tuvieron cabida en aquellos difíciles momentos, también fue posible el cambio de estado civil, como así lo solicitó a la autoridad castrense: “Antonio María Herrera, cabo primero del Regimiento de Infantería de Galicia, destinado en esta ciudad quién solicita permiso para casarse con Elvira Izquierdo, también vecina de esta”.

Y como la represión no respeta cargos ni títulos, Tomás Retortillo, ex Comandante General del Campo, además de sufrir la depuración de su cargo por el que fuera restituido en su puesto José O’Donnell, se ve imposibilitado para atender los legales efectos resultantes del fallecimiento de sus padres. Dada, quizá, la falta de libertad tras ser relevado en tan importante puesto; o tal vez ante la imposibilidad de trasladarse a la capital de la provincia por la inseguridad imperante, lo cierto fue que el citado liberal se vio obligado a expresar documentalmente: "Tomás Retortillo, brigadier de los Exércitos Nacionales, concedió el poder necesario y suficiente á sus hermanos José María y Encarnación, viuda que fue de Miguel Martín de Iribarren, vecinos todos de la ciudad de Cádiz, para que en su nombre le representen en la testamentaría de sus padres difuntos, José de Retortillo, conde de Torres y María Gertrudis Junosh". Por aquellos días de sostenella y no enmendalla de fratricida venganza, el que fuera defenestrado tres años antes por los absolutistas de nombre Juan Rivas, fue repuesto en su cargo como cónsul de España en Gibraltar, confirmándose de modo contrario a lo augurado machadianamente un siglo después... Que vendrán los absolutistas cual torna la cigüeña al campanario.

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