Urbanismo ve complicado dar licencia para el derribo del edificio Escalinata
La comunidad de propietarios lleva cuatro meses esperando el permiso · Cuentan con un proyecto que salva la servidumbre del parking · Sánchez Rull afirma que existen problemas técnicos y jurídicos
Vecinos del Escalinata llevan cuatro meses esperando a que la Gerencia Municipal de Urbanismo les otorgue una licencia para derribar el edificio. Sin embargo, el Consistorio ve "complicado" conceder este permiso al entender que antes hay que solucionar una serie de problemas técnicos y jurídicos. El Ayuntamiento de Algeciras declaró el inmueble en ruina urbanística el 10 de abril de 2007, a través de un decreto firmado por el alcalde, debido a los severos daños que presentaba ocasionados por las obras de construcción del aparcamiento Escalinata, gestionado por la empresa concesionaria Nautagest.
La comunidad de propietarios del edificio presentó la solicitud de licencia a finales del mes de junio de este año, tras ser indemnizada por la aseguradora Mapfre con 1,5 millones por los desperfectos ocasionados en la estructura del inmueble.
El proyecto ha sido realizado por Detecsa, una firma de arquitectos de Madrid especializada en este tipo de demoliciones. El coste de la operación ha sido cifrado en 150.000 euros, debido a que el derribo se realizará de forma manual. Los planes pasan por ir derruyendo desde la planta más alta hacia abajo. Así, se pretende salvar la servidumbre del acceso al aparcamiento del edificio Plaza Alta, para que así no se vea afectado por la operación.
El Consistorio decretó el estado de ruina urbanística del edificio tras una batalla judicial con los vecinos. Los propietarios encargaron varios informes técnicos privados que avalaban los daños. No obstante, el Consistorio exhortó a Nautagest, mediante un decreto fechado el 16 de mayo de 2005, a reparar los desperfectos. Los afectados se opusieron al considerar "irrisorio" el presupuesto que iba a destinar la empresa, dado que los cimientos del inmueble estaban dañados. Para evitar lo que consideraban una "chapuza", presentaron un recurso ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo, que encargó un informe pericial para determinar los daños.
Los técnicos judiciales confirmaron meses después la ruina urbanística, al señalar que costaba prácticamente lo mismo reparar los daños que levantar un edificio de nueva planta. Asimismo, el Juzgado anulaba el decreto municipal que instaba a rehabilitarlo. Merced a este informe, el Ayuntamiento decretó la ruina y dejó en manos de la comunidad si lo derribaba o reparaba los daños.
La comunidad del Escalinata presentó hace cuatro meses la solicitud de licencia de demolición. Sin embargo, según manifestó ayer el edil de Urbanismo, Diego Sánchez Rull, de momento, es "complicado" que reciba el visto bueno, ya que deben solventarse antes una serie de problemas.
Sánchez Rull explicó que se han abierto tres "frentes" a resolver. Uno de ellos es judicial, ya que dos propietarios han presentado recursos contra el acuerdo adoptado por la comunidad para el derribo del inmueble. El acta recoge que la decisión fue unánime entre los presentes, pero estos vecinos alegan que no fueron notificados para la reunión.
El titular de Urbanismo añadió que otro problema es técnico. El proyecto de demolición recoge que se hará hasta la altura del bar Cohiba para no afectar a la servidumbre del aparcamiento del edificio Plaza Alta. Sin embargo, el Ayuntamiento quiere que se aclare si esta vía se verá afectada por el acopio de materiales o por algún tipo de maquinaria.
Por último, hay un frente jurídico ya que, según la LOUA, los vecinos tenían un año para decidir si se rehabilitaba o reconstruía el edificio desde la declaración de la ruina urbanística. Según el titular de Urbanismo, la solicitud de licencia llegó fuera de plazo, ya que habían pasado más de 14 meses desde el decreto firmado por el alcalde. Sánchez Rull afirmó, por ello, que el permiso municipal está condicionado a que se resuelvan estos problemas.
Los propietarios de las viviendas del edificio Escalinata llevan realojados desde hace más de cinco años. Desde entonces, el inmueble está desocupado y ha sufrido numerosos robos y actos vandálicos. La entrada al edificio por la calle Pablo Mayayo tuvo que ser tapiada hace meses, después de que la Policía Local desalojara a unos okupas de su interior. Una circunstancia a la que se suma el deterioro ocasionado por las lluvias. Hace ya unos meses tuvieron que actuar los bomberos, después de que se desplomara un techo de escayola del bar Cohiba por las filtraciones de agua en los pisos superiores. Por ello, miembros de la comunidad de propietarios demandan el permiso municipal para poder demoler el inmueble.
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