Varios autobuses son apedreados de nuevo a su paso por El Saladillo
Las empresas CTM-Grupo Ruiz, Serescol y Mansal sufren desperfectos en las últimas horas en alguno de sus vehículos · Los vándalos esperan a que se acerquen y lanzan piedras contra las lunas

Los conductores de autobuses reconocen que temen pasar o adentrarse por determinados puntos de la barriada del Saladillo debido a que jóvenes siguen apedreando las lunas cuando los vehículos están en marcha y con viajeros en su interior. En las últimas horas autocares de las empresas CTM-Grupo Ruiz, Serescol y Mansal han sufrido desperfectos en sus estructuras. Significa que los vándalos ya no tienen únicamente en su punto de mira la flota de la concesionaria del servicio público.
El gerente de Autocares Serescol, Francisco López, explicó ayer que a las 18:00 horas del pasado miércoles, en la N-351, a la altura del cruce con la barriada del Saladillo, un grupo de personas lanzó una piedra de considerables dimensiones a una de las lunas cuando estaba en marcha y con 40 personas a bordo. "Gracias a la pericia del conductor el incidente quedó solo en eso, ya que podría haber ocurrido una tragedia".
El vehículo transportaba clientes desde el puerto de Algeciras a Tarifa. Habla de que se vivieron momentos de pánico debido a que el sonido del impacto fue muy llamativo. "Parecía de una gravedad mayor".
El chófer pudo ver que eran jóvenes de menos de 20 años que estaban escondidos en un descampado y que salieron corriendo tras el golpe. La pedrada dejó su huella en el margen superior del cristal que no se partió, pero López advirtió ayer que el polvo que se desprende molesta al conductor.
La empresa CTM-Grupo Ruiz ya está acostumbrada a estos sustos. También el miércoles por la noche un autobús de la línea 1, que conecta las barriadas de San García y La Bajadilla, recibió dos pedradas: una dañó el capó y la otra destrozó uno de los cristales.
El vehículo iba en dirección a San García y circulaba entre las barriadas del Saladillo y La Juliana, por la zona del colector. "No sé a dónde vamos a llegar", indicó el presidente del comité de empresa de CTM, Ángel Santiago. El modus operandi fue el mismo. Los jóvenes se escondieron y huyeron tras dar con el objetivo.
También está cansado de la situación Alfonso Mansal, dueño de Autocares Mansal, que dice que ya ha tenido que arreglar más de 5 lunas por pedradas. Un estropicio, un riesgo y un desembolso económico que supone una media de 2.000-3.000 euros. Ya el seguro ni se extraña cuando le informa de nuevos destrozos.
El último ocurrió también en las últimas horas. Ha advertido que los gamberros se sitúan tanto dentro del Saladillo como a lo largo de la N-351, como en la rotonda que conecta con Los Pastores y Sotorrebolo o por La Juliana.
Hasta tal punto llega su preocupación que está viendo alterar sus rutas habituales para evitar más daños. Ya lo hizo tras uno de los incidentes, aunque luego se volvió a la normalidad.
El comité de empresa de la CTM ya trasladó al Consistorio en la última reunión que mantuvo con el alcale Diego Sánchez Rull y con el concejal de Movilidad Urbana, Javier Soto, los problemas que padecían las líneas que transitaban por esta zona. Los representantes de los trabajadores conocieron que patrullas policiales iban a frecuentar las calles más conflictivas.
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