Volver a empezar
Manifiesto de la Plataforma Por tu seguridad, por la de todos, leído por José Chamizo de la Rubia en la Plaza Alta de Algeciras el 16 de mayo de 2018
FUE en el verano del año 89. Un grupo de mujeres, niños y pensionistas organizaron en muy poco tiempo una manifestación en la Plaza de las Flores de Taraguilla. Fue el principio de una lucha contra el narcotráfico en toda la comarca del Campo de Gibraltar. Estación de San Roque y Miraflores fueron otros lugares destacados en esta ardua tarea. Vino a continuación el nacimiento mayoritario de Coordinadoras y un corte de carreteras que sirvió para movilizar y concienciar a todos los habitantes de nuestra comarca. Aquella acción fue comprendida por las personas perjudicadas que nos dieron las gracias por la iniciativa que habíamos tenido.Detrás de esas primeras acciones había mucho dolor, contenido o explícito, de madres que había visto morir a sus hijos y conocían a quienes les habían vendido la droga adulterada. Nuestro Campo de Gibraltar ha pagado con demasiadas vidas jóvenes este drama social que finamente llamamos toxicomanías y menos finamente llamamos negocio criminal en el que los seres humanos importan un bledo a quienes hacen sus negocios.
Después de aquel verano, el despliegue de asociaciones y coordinadoras por toda la comarca, la provincia y la comunidad, dejaron ver cómo la sociedad civil se había organizado para ayudar a las víctimas y denunciar a los traficantes. Bien es verdad que los traficantes tenían hijos e hijas adictos a la heroína. En aquellos momentos las reticencias de algunos partidos políticos desaparecieron y fuimos todos a una. El éxito fue grande en cuanto a recursos terapéuticos y movilización de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Parecía quedar atrás aquella escena en la que la barriada de Taraguilla debía empujar al Land Rover de la Guardia civil porque, en ocasiones, no tenían ni gasoil. Ser narcotraficante estaba mal visto. Aunque es cierto que nunca desaparecieron, sí que andaban con mucho cuidado y disimulo.
El tiempo pasó, las Coordinadoras siguieron denunciando, pero cundió la sensación en la sociedad y sobre todo en la clase política de que el problema de la droga era un tema resuelto. En la segunda mitad de la década de los noventa, pese al esfuerzo del movimiento asociativo, fuimos viendo cómo estaba naciendo un nuevo perfil de narco mucho más peligroso que los anteriores. La cocaína había cambiado absolutamente todo el panorama tanto de negocio como en los centros terapéuticos. La "nueva droga", por decir algo, ya no tenía ni los aspectos sociales ni el malditismo de la heroína. Los consumidores eran personas de clase media, trabajadores y profesionales liberales en muchos casos. Los partidos políticos rebajaron sus alarmas y ya entrando en la década de los años dos mil, la droga no era una prioridad para nadie, salvo para Coordinadoras y asociaciones específicas. El declive ante las administraciones era evidente: supresión del Comisionado Andaluz para las drogas, recortes en prevención y tratamientos, recortes en los Cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, etc...
Así, lentamente, como si no fuera con nosotros hemos permitido que la realidad sea la que es. Nosotros hemos perdido el tiempo y ellos lo han sabido aprovechar… ¡Y hasta qué punto! Es cierto que unos tenemos menos responsabilidades que otros, para qué engañarnos. Pero no es momento para echarnos nada en cara; es momento de ir nuevamente unidos desde la verdad y la razón. La mentira no es posible sostenerla en situaciones tan tremendas como las que estamos viviendo. Unidad desde la verdad sin querer por ningún lado buscar un rendimiento político. La política partidaria que venga cuando tengamos estos problemas resueltos, antes lo único que puede es entorpecer el trabajo y la acción conjunta de la sociedad civil con sus representantes.
El Campo de Gibraltar es nuestra tierra, la que nos da identidad estemos donde estemos, en cualquier momento y en cualquier lugar del amplio mundo. Tenemos muchos problemas y los conocemos: falta de trabajo, falta de viviendas, personas necesitadas de lo imprescindible para vivir, pero sabemos que somos capaces de buscar soluciones a cualquier dificultad que se nos ponga por delante. Somos gente seria y honrada. La mayoría se busca la vida honestamente y para quienes nos necesitan tenemos un demostrado espíritu solidario. Somos la comarca más definida de Andalucía y el lugar donde han nacido intelectuales, pintores, músicos, poetas, dramaturgos, cantantes, actores, personas relacionadas con el mundo de las artes.
Hoy nos concentramos para decir: ¡Que ya está bien! ¡Que cese esta violencia social que se está generando! ¡Que la muerte de un niño nos ha llenado de espanto y al mismo tiempo nos da fuerzas! ¡Que las administraciones no nos defrauden y desde la unidad pongan los medios para erradicar estos males que si no son detenidos ahora, pagaremos un precio muy alto: perder libertad, seguridad, por el miedo absurdo a gente que vive de prácticas ilegales! Estamos en Algeciras rodeados de algecireños/ñas, pero también de otros pueblos de la comarca donde hay problemas parecidos aunque estén momentáneamente soterrados. La lucha contra el tráfico de drogas es una necesidad para nosotros y especialmente para quienes vienen detrás deseando encontrar un futuro más luminoso, más armonioso, fraternal y sobre todo justo.
Por tu seguridad, por la de todos, grita: ¡Drogas NO!
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