La Algeciras de mi adolescencia y juventud (I)

Observatorio de La Trocha - Nuestros recuerdos personales

Algeciras se despierta en la primera mitad de los años setenta sin su río sin su playa del Chorruelo, sin su plaza de toros de la Perseverancia, sin el Convento de la Merced, sin el Casino Cinema, etc.

La Algeciras de mi infancia (III)

La Plaza de la Constitución en 1992, tomada desde la Parroquia de San Antonio. A la izquierda los cines Magallanes, y a la derecha el monumento a Andalucía, donado por Acerinox, que se inspira en el vuelo de un traje de volantes, pero que el buen humor popular bautizó como “el mojón del Mazinger Z”
La Plaza de la Constitución en 1992, tomada desde la Parroquia de San Antonio. A la izquierda los cines Magallanes, y a la derecha el monumento a Andalucía, donado por Acerinox, que se inspira en el vuelo de un traje de volantes, pero que el buen humor popular bautizó como “el mojón del Mazinger Z” / E. S.
Juan Carlos Martín Matilla - Licenciado en Filología

19 de julio 2024 - 00:13

Algeciras/En este artículo daré continuidad al anterior sobre los recuerdos de la Algeciras de mi infancia. Al igual que una persona evoluciona a lo largo de su existencia, también las ciudades hacen lo propio. Las décadas de los setenta y ochenta fueron claves para el devenir de Algeciras. Nuestra población pierde la “inocencia” de pueblo y se embarca en una nueva aventura como ciudad de tipo medio. Este proceso supuso un tremendo desgarro en su urbanismo y en la conservación de su patrimonio histórico. Plasmaré en el presente escrito lo que viví en los años en que dejé de ser un niño para convertirme en un joven adulto. Esta evolución personal fue pareja a la experimentada por la ciudad.

Algeciras se despierta en la primera mitad de los años setenta sin su río, ya canalizado, desviado y soterrado; sin su playa del Chorruelo, rellenada de tierra en la mitad de la pasada década; sin su plaza de toros de la Perseverancia, derribada en 1975; sin el Convento de la Merced, demolido entre 1970 y 1971; sin el Casino Cinema, derribado en 1970, etc. A estas desapariciones de históricos edificios habría que sumar el inicio de la febril destrucción de las casas antiguas, de tal manera que el casco antiguo de nuestra ciudad se despersonaliza y afea considerablemente. Los intereses inmobiliarios primaron sobre los históricos.

Como contrapartida a tanta destrucción, Algeciras vio las edificaciones de la nueva plaza de toros Las Palomas y de la nueva Escuela de Arte a finales de los años sesenta y principios de los setenta. También recuerdo, por esta época, la construcción de la actual parroquia del Espíritu Santo, en la barriada de la Piñera, que vino a sustituir al barracón inicial. Ya en los años ochenta vi la edificación de otras parroquias como las de la Santísima Trinidad, San García Abad y la de San Antonio de Padua. La primitiva iglesia del colegio de los Salesianos, de los años sesenta, fue sustituida por la actual, construida en 1973. Recuerdo que yo estudiaba quinto curso del antiguo bachillerato y se estuvo oficiando la misa en la sala de audiovisuales del colegio en tanto se terminaban las obras del nuevo templo.

Derribo de la plaza de toros “La Perseverancia” en 1975.
Derribo de la plaza de toros “La Perseverancia” en 1975. / E. S.

Otro de los grandes avances fue la construcción de la presa del río Guadarranque, motivada por la implantación de los polos industriales en San Roque y Los Barrios a finales de los años sesenta. Este pantano solucionó los problemas del suministro de agua a la población. Ya en la década de los ochenta se construyó el pantano de Charco Redondo, que vino a asegurar más aún este suministro del vital líquido.

Me acuerdo de que al final de los años sesenta ya habían sido suprimidos los serenos, aquellas personas que por la noche se dedicaban a bajar las persianas metálicas de los comercios y a apagar sus luces. Lejos quedaban aquellos años de mi niñez en que fui con mi padre al centro de Salud situado en la esquina de las calles Ancha y San Antonio, en un bonito edificio de estilo colonial inglés, para vacunarme, supongo que contra la terrible poliomielitis, con un terrón de azúcar donde se había disuelto la vacuna.

La Plaza de Toros “Las Palomas” recién terminada
La Plaza de Toros “Las Palomas” recién terminada / E. S.

El cine Florida, en 1971, se había convertido también en teatro, al haberse derribado el Casino Cinema y compaginaba ambas funciones: la de cine y la de teatro. La iglesia de Ntra. Sra. de la Palma ya mostraba, desde hacía casi una década, un aspecto “modernizado”, pues se eliminaron gran parte de los elementos decorativos antiguos. Según el Concilio Vaticano II, había que modernizar la Iglesia (institución religiosa), y el párroco de este templo interpretó que había que “modernizar” la iglesia (el edificio del siglo XVIII).

En la fuente de la plaza Alta, en 1969 o 1970, se instaló una cascada con altos surtidores de agua de gran potencia con la alternancia de varios colores ( azul, rojo, verde, etc.). Duró muy poco, puesto que sufría muchos fallos, ya que la antigua estructura de la fuente no estaba preparada para esa cascada de agua.

La feria, ya instalada en el nuevo solar, avanzaba hacia las cuestas del lado oeste , ya a los pies de la recién inaugurada plaza de toros de Las Palomas. En esta zona llana se instalaban las atracciones, entre ellas destacaba la monumental noria; las casetas se situaban hacia la barriada de Las Colinas y ascendían por la ladera próxima a la plaza de toros. Por cierto, se construían de mampostería, que luego, una vez concluida la feria, había que demoler. Se había decuplicado su número. Recuerdo que el primer año de su nueva ubicación cayó una torrencial lluvia primaveral (antes la feria se celebraba a principios de junio)y todo el recinto ferial se enfangó. La cabalgata anunciadora dejó de transcurrir por el centro de la ciudad y recorría ya toda la avenida de la Virgen del Carmen.

Derribo del Casino Cinema en 1975.
Derribo del Casino Cinema en 1975. / E. S.

No puedo olvidarme de mencionar que durante unos años de la década de los ochenta y principio de los 90 la avenida de las Fuerzas Armadas recuperó el alumbrado de feria como antaño. Esta avenida se prolongó hasta la actual plaza de la Constitución a partir del cruce de las calles Rafael Argeles y Fernando IV, y se construyeron nuevos bloques de pisos, unos más altos (los llamados popularmente “pisos azules” en la acera de la izquierda según se va hacia la citada plaza) y otros más bajos, en la acera opuesta.

La avenida de la Virgen del Carmen perdió su carácter de verdadero paseo marítimo tras los rellenos efectuados por la Junta de Obras del Puerto en 1970 o 1971 y, posteriormente, en una segunda fase, en los años 1986 y 1987, si no recuerdo mal. Por los años setenta se había duplicado su anchura, pasando a tener cuatro carriles, dos en cada sentido, de tal modo que la acera que bordeaba el litoral se convirtió en la mediana entre los citados carriles. Recuerdo que en la mitad de los años ochenta ya se habían terminado de construir todos los altos bloques de pisos que configuran su imagen actual.

El teatro-cine Florida en 1987. A la izquierda se vé un popular quiosko-freiduria que vendía patatas fritas. A la derecha, la fachada de un cine de verano, el Delicias.
El teatro-cine Florida en 1987. A la izquierda se vé un popular quiosko-freiduria que vendía patatas fritas. A la derecha, la fachada de un cine de verano, el Delicias. / E. S.

Toda la acera de la Marina experimentó un drástico cambio, pues se rellenó todo el antiguo muelle pesquero. Se construyeron viales y jardines y se cambiaron de lugar los estacionamientos de los autobuses urbanos. Se instaló una gran fuente de base rectangular, con tres gruesos surtidores, a la entrada de las instalaciones portuarias, que a su vez fueron totalmente remodeladas. Todo esto desapareció en el presente siglo. Actualmente se extiende una desolada explanada donde se erigió el monumento a Paco de Lucía, que antes se hallaba en una isleta, más o menos, frente al hotel Marina Victoria.

Dentro del puerto se construyó la nueva estación marítima, que sustituía a la de 1928, integrada ahora en la nueva de finales del siglo XX, y se modificó el sistema de embarque de los vehículos y de los pasajeros (estos a través de unas pasarelas superiores) en los transbordadores. También dejó de llegar el tren de viajeros a la estación marítima; si no recuerdo mal, solo llegaban los trenes de mercancías. Las antiguas naves de almacenes de los años cuarenta que se levantaban en el muelle de la Galera se fueron demoliendo. Se continuó rellenando todo el mar del puerto pesquero a lo largo de los años ochenta, así que el mar se fue alejando cada vez más.

Construcción de la nueva Estación marítima. 1970-71
Construcción de la nueva Estación marítima. 1970-71 / E. S.

Como se pensó en un proyecto de crear un superpuerto en toda la bahía de Algeciras, desaparecerían la playa de El Rinconcillo y las otras playas de la comarca. Por tal motivo, esta se fue abandonando y fue ganando protagonismo la playa de Getares, que no era muy frecuentada, debido a una cierta peligrosidad, por la existencia de pozas; así que comenzó a recibir gran afluencia de bañistas a partir del comienzo de la década de los ochenta y esto hizo que se desarrollaran las barriadas de San García y de Getares. Algeciras crecía urbanísticamente por la zona sur, ya que también surgió la populosa barriada de El Saladillo. Aquel proyecto del superpuerto, afortunadamente, no se llevó a cabo por la carencia de infraestructuras y se salvó la playa de El Rinconcillo.

Recuerdo ver construir las barriadas de La Reconquista, Las Colinas y San José Artesano a lo largo de los años setenta. Por desgracia, la construcción de chalets en la zona de Los Pinos provocó una masiva tala de estas coníferas, que se agravó con el trazado de la nueva autovía. Algeciras perdió la oportunidad de contar con un amplio parque periurbano.

Iluminación en la Avenida de las Fuerzas armadas en 1990
Iluminación en la Avenida de las Fuerzas armadas en 1990 / E. S.

A comienzos de los años setenta el Ayuntamiento llevó a cabo una intensiva campaña de asfaltado de todas las calles del casco antiguo, ya que había un afán de modernizar la ciudad, y el adoquinado era considerado como antiguo. La capa de asfalto se extendía sobre los antiguos adoquines. Las aceras se enlosaron con baldosas de terrazo, que estaba muy en boga en aquellos años, alternando las de color blanco con las azules , grises o rojas. Restos de este enlosado aún se mantiene en la calle Felipe Antonio Badillo y plazuela de Martí Barroso.

Como el colegio de los Salesianos no impartía clases de COU por aquel tiempo, los estudiantes tuvimos que estudiarlo en el instituto Isla Verde, que se había terminado de construir hacía pocos años, y era el instituto masculino. Muchos estudiantes se fueron a estudiarlo a las capitales en las que luego cursarían las carreras universitarias. Era la moda de aquella época. Durante mi estancia en este instituto, se dio una charla sobre el futuro de la comarca y se expuso que lo primordial era el desarrollo industrial porque generaba riqueza y empleo los doce meses del año, en perjuicio del desarrollo turístico, que solo ofrecía empleo y desarrollo económico durante unos meses. Primó, por lo tanto, lo primero sobre lo segundo y Algeciras perdió la oportunidad de haber sido una ciudad turística.

Ya comenzaron a proliferar las discotecas por diversas zonas de nuestra ciudad. Eran famosas El Cigarrón, Tamarindo, El Pentágono, Petrarca, Mailo, Galaxia, entre otras. La creación de estos lugares de diversión, junto a la generalización de los aparatos de televisión causó el comienzo del declive de las salas de cine. Recuerdo que en mi adolescencia, con la Transición llegaron las películas que habían sido censuradas en la década anterior. Después vendrían las películas clasificadas S, por su contenido erótico, las llamadas popularmente de estriptis o “de destape”. En los años ochenta el cine Terraza de invierno se convirtió en una sala de proyección de películas pornográficas, clasificadas como X; se llamó entonces Cine Astoria. Pero el vídeo acabó con las proyecciones públicas de este tipo de filmes.

La Calle Ancha con su fisonomía tradicional. A la derecha, se vela esquina del antiguo Centro de Salud
La Calle Ancha con su fisonomía tradicional. A la derecha, se vela esquina del antiguo Centro de Salud / E. S.

Se inauguraron en los años ochenta el cine Lis y las dos salas de proyecciones del complejo Magallanes. El cine-teatro Florida cerraría sus puertas y posteriormente sería adquirido por el Ayuntamiento para convertirse en teatro municipal. Años más tarde se construyeron las salas de multicines de Las Palomas y las dos salas del cine Baluarte que duraron muy poco tiempo abiertas. Varios años después Algeciras se quedó sin cines al inaugurarse unos modernos multicines en Los Barrios. Como es natural en nuestra ciudad, los algecireños acudían a estas salas de cine, de tal manera que aquellas salas cerraron. Yo recuerdo que cuando era niño, muchos algecireños se iban a los cines de la Línea, donde se proyectaban primeramente las películas.

Los cines de verano fueron cerrando uno tras otro; uno de los últimos en cerrar sus puertas fue el cine Delicias. La última vez que acudí a ver una película lo encontré prácticamente vacío. Me causó una gran melancolía al recordar aquellos años en que rebosaba de público. Ya no solo se olía la fragancia de los jazmines o damas de noche, sino también el de otras “hierbas” que fumaban los “porretas” que acudían a él y se situaban junto a la tapia que separaba el cine de las instalaciones de Renfe.

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