Algeciras, punto caliente de las plantaciones de marihuana indoor

Endesa sitúa a la ciudad algecireña entre las que más instalaciones ilegales se desmantelan en la provincia

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Plantación indoor de marihuana y sus posibles efectos / Endesa

Algeciras/Algeciras se erige como una de las ciudades con mayor concentración de plantaciones ilegales de marihuana que se enganchan a ilegalmente a la red eléctrica en la provincia de Cádiz, según los datos de Endesa. La compañía, a través de su filial de redes e-distribución, desconectó de la red eléctrica 46 enganches para alimentar plantaciones ilegales de marihuana en el primer semestre del año en la provincia, dos a la semana.

La cifra pone de manifiesto la magnitud de un problema creciente que amenaza la seguridad física de los vecinos y la calidad de suministro en zonas con alta concentración de fraude. En el caso de Cádiz esta problemática se detecta sobre todo en poblaciones como Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda, seguidas de Arcos de la Frontera y Algeciras.

En los últimos años se han registrados numerosos casos de incendios y electrocuciones vinculados a la manipulación de las instalaciones eléctricas. Solo en el último mes, seis centros de transformación han quedado calcinados en Andalucía al no poder resistir la sobrecarga de la red derivada del fraude masivo, especialmente por plantaciones de marihuana. 

La energía consumida por las plantaciones detectadas entre enero y junio de este año ascendió en la provincia de Cádiz a 3,4 millones de KWh, suponiendo el 30% de la energía consumida de forma fraudulenta. No obstante, se calcula que el total de las plantaciones de cannabis existentes en España consumen unos 2,2 TWh de electricidad, equivalente a la demanda de una ciudad del tamaño de Sevilla en un año.

Las instalaciones para cultivar marihuana en el interior de edificios, las conocidas como plantaciones indoor, han crecido de manera muy significativa en los últimos años. Los datos de las fuerzas de seguridad indican que son más difíciles de detectar y tienen mayor rendimiento que las plantaciones a cielo abierto, de cuatro a seis cosechas al año. Estos dos factores son claves para explicar el importante peso de las plantaciones de interior dentro del cultivo de marihuana en España, que según el European Drug Report 2024, acaparó en 2022 el 81% de las plantas de marihuana incautadas en la Unión Europea.

Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan 24 horas al día mediante enganches ilegales que causan estragos en la red eléctrica. La sobrecarga de potencia activa las protecciones de los centros de transformación y provoca interrupciones de suministro que afectan a los vecinos de la zona. 

El consumo de electricidad es tan alto y la manipulación de las instalaciones tan devastadora que llegan a originar incendios en líneas subterráneas y en los centros de transformación, hasta el punto de que se han registrado picos de 15 fusibles fundidos al día por centro de transformación. En el mes de julio tres centros de transformación han quedado calcinados en Sevilla y un cuarto en la madrugada de este martes. Igualmente, por el mismo motivo, han quedado calcinados un centro en el barrio El Puche, de Almería, y otro en Pinos Puente, en Granada.

Estas conexiones ilegales provocan incendios en las instalaciones generales, pero también en los edificios y viviendas en los que se ubican las plantaciones, originando graves riesgos tanto para las personas que manipulan las instalaciones como para los vecinos del entorno, que sufren además problemas en su suministro eléctrico.

En algunos puntos de la red se ha incrementado la potencia para intentar evitar las interrupciones en el suministro a los vecinos, pero, aunque la potencia instalada multiplica hasta por doce la que sería necesaria en función al número de habitantes, las incidencias se suceden, lo que evidencia un alto volumen de enganches a la red.

Violencia creciente

Al margen del riesgo eléctrico, la proliferación de estas instalaciones ilegales controladas por “organizaciones trasnacionales con una potente actividad policriminal” según el Ministerio del Interior, supone además un riesgo físico para la actuación de los inspectores y técnicos. En determinadas zonas deben trabajar con la cara cubierta para evitar su identificación y desarrollan su labor siempre acompañados por fuerzas policiales.

Las coacciones y amenazas a los trabajadores se registran en todo tipo de labores de inspección, no sólo en las vinculadas a plantaciones. En los últimos tres años los empleados de la compañía y de las contratas que trabajan sobre el terreno han sufrido un centenar de casos de violencia física y verbal.

Las conexiones ilegales vinculadas a plantaciones de marihuana acaparan, junto a los grandes consumos vinculados a la actividad industrial y los negocios el 74% de la energía defraudada detectada por la filial de redes de Endesa. En los seis primeros meses de este año, e distribución detectó en Cádiz 1.427 expedientes de fraude, 46 de los cuales vinculados al cultivo de marihuana que han llegado a consumir el 30% del total de la energía defraudada.

Las estimaciones indican que el fraude eléctrico le cuesta al conjunto de los consumidores españoles más de 2.000 millones al año, el equivalente a 69 euros al año por cada punto de suministro.

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