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Antonio Torremocha rescata del olvido al militar Pedro Navarro en su última novela

Pastor de ovejas, corsario, inventor, fue capitán general y almirante de españoles y franceses

Navarro se convirtió en el primer militar en usar con éxito grandes cargas de pólvora para derruir fortificaciones

Sirvió al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, en la primera campaña en Italia contra los franceses

Antonio Torremocha, con un ejemplar de su novela, delante del puente del siglo XIII de las ruinas medievales / Erasmo Fenoy

Algeciras/A Pedro Bereterra le fueron cambiados los apellidos conforme iba progresando en oficios y mudándose de ciudad, hasta que con el respeto que infundió se ganó el derecho propio a ser conocido por su nombre y apellido deseado. Fue hombre nacido en Navarra que abandonó por ambición el cuidado de ovejas en el valle del Roncal, en el Pirineo, que fue corsario, inventor de productivos usos de la pólvora para la artillería e ingeniería militares, que logró ser capitán general de los españoles y que ocupó la misma responsabilidad, además de la de almirante, para los franceses. Es el protagonista de El héroe traidor, la última novela del historiador algecireño Antonio Torremocha, que cabalga entre los siglos XV y XVI, un tiempo duro, de grandes batallas y de lealtades mudables.

Pedro Navarro, que así transcendió para la Historia, terminó sus días condenado a muerte por Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, y también sentenciado al olvido para la historia española, en lo que en la antigua Roma se conocía como damnatio memoriae , por ser traidor por dos veces a la corona española. Hasta su fin en Nápoles, asfixiado por un admirador que no le quiso ver ahorcado, protagonizó señalados momentos y dejó legado por su tenacidad, sí, pero sobre todo por sus aportaciones en el uso de la pólvora, acumulada en gran cantidad y sabiamente mezclada y situada para producir una gran explosión, en una época de obligatorias conquistas de castillos que parecían inexpugnables por sus murallas.

Torremocha se siente satisfecho en esta faceta de novelar personas y acontecimientos históricos, que está encontrando eco entre el público. De su Bibliotecario de Medina Azahara se han vendido hasta 7000 ejemplares. El héroe traidor se presentará este martes, 8 de octubre, en la sede de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar en Algeciras.

Pregunta.Su novela es una reivindicación de Pedro Navarro

Respuesta.En la historia de España y de Europa ha habido numerosos personajes que se les ha aplicado el daño a la memoria, por algunas circunstancias históricas, por lo que sea, y han desaparecido de la faz de la historia. Es más, a ningún autor de libro se le permitía mencionar a estos personajes. Pedro Navarro es uno de estos grandes personajes. He pensado que con esta novela, que ha estado muy trabajada, novelándola, aunque todo lo que escribo es cierto, reivindico a un gran militar, como el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, porque hizo las mismas cosas que él. Esta novela debe servir para que los lectores, la gente aficionada a la novela, o historiadores incluso, conozcan las hazañas de un personaje que los libros de historia han mantenido ocultos.

P.¿Lo que pide es que se mida al militar olvidado con la misma vara que se aplicó al Cid Campeador o a Guzmán el Bueno?

R.Son distintas épocas. Tenga en cuenta que una cosa fueron los siglos XIII y XIV, cuando vivieron esos personajes, y XII como el Cid Campeador, en el que los conceptos de nobleza, de hidalguía no existían, o de lealtad a un señor. Se podían perfectamente cambiar de señor en aquel tiempo. Era algo que estaba bien visto en la Edad Media. Pero ya en el siglo XVI, después del Imperio Español, ya habían cambiado muchos conceptos de lealtad.

P.¿El espíritu del corsario impregnaba (siglos XV y XVI) el concepto de lealtad?

R.No, más que corsario, era la costumbre de los nobles militares, que no se adscribían a ninguna nación y a ningún poder.

P.¿Cómo llegó a ser tan importante Pedro Navarro?

R.Decide con dieciséis años que quiere progresar económica y socialmente. Deja de cuidar ovejas, se une a unos mercaderes genoveses, después se enrola como corsario, conoce el uso de la pólvora, vuelve a ver a los genoveses y viaja a Italia, y allí empieza también a escalar posiciones poco a poco hasta que participa como militar en señaladas batallas en el ejército del Gran Capitán. Inventa las minas explosivas con treinta barriles de pólvora. Fue el primero en inventar ese sistema de destrucción de murallas. Participó en señaladas conquistas en Italia, en Vélez de la Gomera, Orán, Trípoli. Fue preso de los franceses durante tres años sin que Fernando el Católico, que llegó a nombrarle Conde de Oliveto, pagara su rescate, y terminó aceptando el ofrecimiento de liderar las tropas francesas, luego regresó a la disciplina española y terminó otra vez a las órdenes francesas.

Gráfico de la costa africana con algunos de los presidios conquistados por Pedro Navarro / E.S.

P.¿Su caso fue la habitual confrontación entre el mérito y la envidia?

R.Ahí influyen dos temas. En primer lugar, su escasa nobleza. No tiene ninguna. Un pastor no tiene hidalguía. Y, por otra parte, la envidia y los celos de gran parte de la nobleza española, generales y demás, que veían que un don nadie era considerado por el Rey como capitán general del ejército y, además, condotiero. El no queria dinero. Por ejemplo, cuando entra en Orán, él no se queda con ningún dinero de los capturados. Se los deja a sus tropas porque era un hombre muy desprendido.

P.¿Cómo ha disfrutado más, cómo historiador o cómo novelista?

R.Yo he disfrutado mucho durante cuarenta años de vida como historiador. He publicado veinticinco libros sobre el Campo de Gibraltar, he hecho congresos, más de cien artículos. Pero llegado el momento, cuando me jubilé, ser historiador era complicado. La Historia tiene campo, pero, por ejemplo, mi libro sobre 3.000 años de historia del puerto de Algeciras, que tiene 2.000 notas a pie de página, supuso cinco años de trabajo. Cuando me jubilé dije, mira, todo eso está en mi mente; entonces se acabó ya el de empezar a buscar.

P.¿A quién recomendaría más o quién piensa que disfrutaría más su novela, un militar o un lector de novela histórica?

R.Aparte de que a la gente común le va a interesar por las aventuras que cuento, a quien debe interesar más son a los militares. Es la vida de uno de los grandes militares, muy desconocidos, y también a los ingenieros, porque su invención de las minas, y no digamos también a la marinería, porque se describe muy bien la vida en un barco corsario. Mi objetivo es que la gente, divirtiéndose, estén aprendiendo Historia.

P.¿Qué hubiese sido de Algeciras si en vez de imponerse los intereses militares aragoneses, en el reinado de los Reyes Católicos, se hubiesen impuesto los objetivos militares castellanos?

R.Si se hubieran impuesto las tendencias, las teorías o la hipótesis que Isabel, la Reina Católica, expresa en su testamento, pues España hubiera tomado lo que después hizo, Marruecos, que en el fondo en el siglo XX hizo el protectorado. Pues todo eso lo habría conseguido España, ampliando su territorio en lo que es Argelia y Marruecos, sin duda alguna.

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