El Príncipe y El Saladillo: pulso abierto del narco en Algeciras
Nuevo asesinato
Los vecinos vinculan la escalada de violencia en el barrio con la llegada desde Ceuta de bandas de traficantes
¿Pudo ser el asesinato de José una equivocación?: trabajador en el puerto sin relación conocida con asuntos de droga
Algeciras/La conexión entre la barriada ceutí de El Príncipe y la algecireña de El Saladillo podría estar detrás del asesinato ocurrido en la noche de este jueves, cuando un hombre de 26 años fue tiroteado a sangre fría cuando estaba en su vehículo. Algunos vecinos vinculan ese hecho a que personas procedentes de Ceuta estarían "marcando el territorio" para controlar el tráfico de drogas en el barrio; como antecedente, los tiroteos que tuvieron lugar el pasado 15 de septiembre en La Piñera y El Saladillo.
La víctima de los disparos es José, trabajador en el Puerto de Algeciras, con pareja y dos hijos. Según cuentan en el barrio, nunca estuvo vinculado a asuntos relacionados con el narcotráfico. Por este motivo muchos creen que el asesinato fue una confusión. "Era una persona tranquila, callada... Nunca se le ha visto en peleas ni era conflictivo, nunca se ha buscado problemas", señalan vecinos.
El Saladillo presenta este viernes una aparente tranquilidad tras el suceso que se cobró la vida del joven la noche anterior. Gente desayunando en los bares, caminando con bolsas de la compra o paseando al perro... En la calle Antonio Machado, ni rastro de que pocas horas antes se hubiera cometido un asesinato.
En los corrillos se comenta lo sucedido, hasta que alguien se acerca para hacer algún comentario. "¿Estáis por aquí por lo de anoche? Eso es un día sí y otro no y algún día iba a ocurrir algo", explica un hombre con una barra de pan en una mano y la correa de su perro en la otra.
Algunos apuntan a la presencia de gente conflictiva del barrio ceutí de El Príncipe. "Últimamente está viniendo mucha gente de El Príncipe, se les puede ver en varios bares de por aquí desde pasado el mediodía. Se piden un café y se pegan todo el día en la mesa. Se comenta que el crimen lo ha podido cometer alguien de allí, que ha llegado en barco, ha hecho lo que tenía que hacer y esta mañana ya ha vuelto", comenta gente curtida de El Saladillo que dice no temer represalias y que defiende el barrio de la mala imagen que dan estos sucesos.
"Yo digo que vivo en El Saladillo y que tengo un chaleco antibalas en el coche... Nada, aquí vive mucha gente honrada y trabajadora que no tiene nada que temer. Si no estás en cosas raras no tiene por qué pasarte nada", afirma con rotundidad.
A renglón seguido salen a relucir las carencias del barrio en materia de servicios y seguridad. "Por aquí es raro ver alguna patrulla, solo cuando pasa algo como lo de anoche. Mira para allá -señala hacia la carretera que lleva a la rotonda del Varadero-. Ahí no se limpia ni desbroza desde antes de la pandemia y cualquier día van a salir ardiendo todos los coches que hay aparcados. Y eso se llama calle Paco de Lucía, que creo que debería tener un poco más de cuidado", explica mientras pasa una furgoneta de Algesa. "Dan muchas vueltas, pero no se dignan a limpiar. Y eso que ya he presentado hasta tres escritos en el Ayuntamiento", relata.
Dris Mohamed, presidente de la Asociación Intercultural Saladillo, lamenta que desde hace unos meses la situación es complicada en el barrio debido a los tiroteos que se vienen sucediendo. "Es verdad que hace más falta más presencia policíal, pero también es cierto que hay que atajar el problema de raíz. Agradecemos que haya más seguridad, pero creemos que hace falta otro tipo de trabajo, a fondo y especialmente con las nuevas generaciones", señala.
Mohamed lamenta que el Ayuntamiento no haya dado continuidad a la Mesa técnica de El Saladillo, activada en 2015 a raíz de la detención en París de un presunto yihadista que residió en el barriopresunto yihadista. "La barriada está abandonada por la desidia del Ayuntamiento y aunque parezca que no todo desemboca en esta situación", indica el representante vecinal.
Sucesos encadenados
El de este jueves por la noche fue uno de tantos incidentes que vienen soportando los vecinos de la zona en los últimos meses. Además del tiroteo del 15 de septiembre, el 7 de agosto El Saladillo vivió un intercambio de disparos entre dos clanes familiares que se saldó con tres armas de guerra intervenidas y cuatro detenidos. En esa ocasión, varios vehículos resultados dañados por los disparos.
Las armas intervenidas fueron un fusil Cetme con calibre 7,62 x 51mm, un subfusil automático, una escopeta de caza y gran cantidad de munición.
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