El barrio de la autogestión

Liang Shan Po, situado sobre la plaza de toros, es el origen de San Bernabé

Residen 540 personas en un núcleo marcado por la iniciativa y el esfuerzo de sus propios vecinos

El barrio de la autogestión
El barrio de la autogestión

07 de mayo 2017 - 02:07

Hay que levantar la vista para apreciar el barrio conocido como Liang Shan Po. Así se escribe aunque no muchos lo sepan, pero fonéticamente prácticamente todos los algecireños aciertan al nombrarlo. Este pequeño núcleo vecinal con 27 bloques y 540 residentes es el origen de San Bernabé, aunque hoy día se conozca como un barrio independiente y ningún taxista haga el trayecto hacia él si se le indica que vaya a San Bernabé.

Los vecinos tienen unas vistas privilegiadas de la ciudad. Viven en uno de los balcones naturales de Algeciras, con la plaza de toros Las Palomas a sus pies como palco preferente. El barrio tiene una frontera natural que es la autovía A-7, aunque perfectamente salvada con dos puentes -uno para el tráfico vial y otro peatonal-, que marca los límites por la calle Francisco Riera, seguida por Luis Cernuda y Blas Otero en forma circular.

Los primeros pisos son de 1978, siendo la zona el inicio del crecimiento de la ciudad al norte

Liang Shan Po podría decirse que a simple vista está en la periferia pero también se sitúa a dos pasos del recinto ferial -a quince minutos a pie del centro urbano-, teniendo dos grandes superficies en los márgenes que limitan con el barrio como son los centros comerciales Puerta Europa y Las Palomas.

Los más mayores y curiosos lo conocen pero hay que remontarse a 1978 para entender el nombre de la zona. Televisión Española estrenó la serie La frontera azul con gran éxito y los vecinos vieron en el cerro donde empezaban a emerger los bloques de pisos la misma montaña que tomaron en la famosa serie el ejército de hombres proscritos obligados a vivir en la frontera azul, en el llamado Liang Shang Po.

La asociación de vecinos El Mirador de San Bernabé la dirige José Bellido, que lleva cerca de tres décadas ligado al movimiento vecinal. Sus habitantes han sabido crecerse ante los problemas de una barriada que aún no está recepcionada y que vive como un hito que el Ayuntamiento de Algeciras se haya confirmado como propietario oficial del edificio conocido como la Guardería, usado desde su creación como un centro cívico con cientos de carencias.

La autogestión ha marcado sin duda el devenir de la historia de Liang Shan Po, un barrio con tres quioscos, pequeñas tiendas, alguna furgoneta con frutas que vende a pie de portal y la necesidad de coger el coche para casi todo, como para ir al médico al estar adscritos al ambulatorio del centro de la ciudad.

Viviendas

La barriada consta de 27 bloques con pisos de cuatro clases según el tamaño. Hace 37 años se entregaron los primeros y la rehabilitación ha dependido siempre de los vecinos, tanto a nivel de pintura como en labores de impermeabilización. Cada bloque tiene su propio presidente y tesorero.

Durante los primeros quince años quebró la empresa constructora y los propietarios de las viviendas no pagaron absolutamente nada. El Banco Hipotecario de Madrid vendió las propiedades a otra empresa y ésta negoció la fórmula de pago con los vecinos. Hoy día el presidente de la asociación El Mirador reconoce que el barrio aún no está recepcionado por el Ayuntamiento. La promotora construyó dos aljibes y los vecinos compraron 13 motores para bombear el agua a los pisos de cinco plantas.

Autogestión

Los vecinos de Liang Shan Po se han acostumbrado a solucionarse sus problemas. El "limbo" en el que han vivido tantos años entre la promotora y el déficit de servicios municipales les ha hecho tomar las riendas instalando con sus propios fondos desde barandillas a rampas para minusválidos e incluso asfaltando aceras. La figura de la asociación de vecinos es quizás en este barrio más importante que en ningún otro porque con la cuota de 5,40 euros al mes por socio se costea desde estos mantenimientos básicos hasta cualquier avería en el abastecimiento de agua.

Servicios

A nivel de comunicación no tienen quejas. La barriada tiene cuatro paradas de autobús. El operario de limpieza acude todos los días y salvo excepciones Liang Shan Po no ofrece una mala imagen. Los contenedores están bien distribuidos aunque sí echan en falta papeleras. Destaca además por ser un barrio muy tranquilo, aunque sus vistas privilegiadas hagan que alguna que otra vez se concentren grupos de jóvenes en zonas aisladas para hacer botellones, pero como reconoce Bellido: "Va por épocas".

Demandas

Uno de los grandes problemas que ha perseguido al barrio ha sido la falta de puntos de alumbrado público. Después de mucha insistencia al Ayuntamiento la asociación vecinal logró que se colocaran más farolas en la barriada, pero el problema es que las nuevas se alimentan de la electricidad de las primeras y la muestra visual son los cables elevados sobre los árboles de una farola a otra en calles como Luis Cernuda o Vicente Aleixandre. Los vecinos piden que se soterren por pura seguridad.

Otros problemas a la vista son los baches del asfalto, muchos "parcheados" con cemento y arena. El año pasado los vecinos tuvieron la iniciativa de rehabilitar un tramo de acera de la calle Francisco Riera, con materiales y mano de obra de los propios fondos del colectivos para dar facilidad en el desplazamiento a un vecino en silla de ruedas.

La guardería

El edificio conocido como la Guardería, situado entre las calles Rafael Alberti y Blas Otero, merece un capítulo especial. Hasta hace unos meses ha estado cedido en precario al Ayuntamiento. En el último pleno se ratificó que ya es propiedad municipal por lo que se abre un nuevo camino para el vecindario.

El edificio nació a la par que los bloques y los vecinos siempre han estado al cuidado de él. En su origen iba a ser un colegio pero la cercanía del Baelo Claudia hizo que los planes de la administración decayeran. El colegio Puerta del Mar llegó a usar dos aulas durante unos años. Que oficialmente sea propiedad del Ayuntamiento les obliga a un mantenimiento. Hasta ahora sólo se había pintado la fachada por parte de otros equipos de gobierno, pero son muchos los problemas internos, empezando por las filtraciones provocadas por la lluvia en el techo que están haciendo grietas.

En cuanto a su utilidad, sin lugar a dudas este edificio es un símbolo más de Liang Shan Po. Empezó con dos puericultoras con más de 30 niños a su cargo, pero ya ha dejado de funcionar como guardería. Su espacio en la planta baja será ocupado por la asociación Victoria Kent, a petición del Ayuntamiento. Pero no sólo ha destacado por su función como guardería, en el edificio de dos plantas con cuartos de baño, varias aulas y patio externo, se dan desde clases de aerobic a baile de salón. La nueva asociación a Amigos del Teatro Pepe y Maru también tendrá su sede en este edificio y un profesor de Taekwondo imparte clases a más de 80 alumnos.

En la planta baja tiene su espacio la asociación de mujeres Isabel la Católica, además de haber un aula para costura y manualidades, para clases de refuerzo escolar, una sala de reuniones y una oficina para la asociación vecinal. A todos los monitores se les pide únicamente que su alumnado colabore económicamente para la limpieza del edificio.

Centro cívico

Una de las joyas de la corona de Liang Shan Po está en el local de la asociación vecinal -haciendo esquina entre las calles Luis Cernuda y Blas Otero-, que dispone de una planta superior de 500 metros cuadrados que han arreglado los vecinos con sus propios fondos y hoy da espacio a otras actividades como la asociación de belenistas, a la comparsa de Juanan y al equipo de fútbol El Mirador, que tienen sus cuartos independientes. Además hay un gran salón donde se realizan todo tipo de eventos. Este espacio también está marcado por la autogestión porque prácticamente ha sido arreglado por los vecinos y el consumo de electricidad y agua lo paga el colectivo.

A pie de calle

Liang Shan Po es una barriada tranquila y sus vistas a la Bahía favorecen este ambiente, prueba de ello los dos búnkeres del barrio pese a su lejanía del mar. Las zonas comunes sí que requieren de mayor cuidado en cuanto a jardines y maleza. Hay un pequeño parque infantil, algo insuficiente, y los vecinos piden otro para mayores. Las pistas de baloncesto y fútbol sala -con sólo una portería- han sido rehabilitadas por este equipo de gobierno, aunque hay partes del vallado rotas. Los huertos urbanos también proliferan y como nota a destacar están las barandillas y rampas que hacen la vida más fácil a los vecinos, gracias a la autogestión.

Historia

Liang Shan Po es el origen de San Bernabé, dentro del cortijo que lleva su nombre, y fue la proyección de la ciudad hacia el norte a partir de la construcción de la plaza de toros Las Palomas en 1969. El monte fue un altozano en época árabe. Los vecinos lo recuerdan como un monte con buenos espárragos y tagarninas. Vivir en ese punto tan alto no fue fácil en sus comienzos. Ni los taxistas querían subir por el mal estado del vial que conectaba con la ciudad, que también costearon los vecinos por 2 millones de las antiguas pesetas.

stats