La Perlita: El barrio que une caminos
territorio especial
La Perlita se sitúa al margen de la vía del tren, separada de La Piñera por un paso a nivel
El núcleo, con 1.000 vecinos, está marcado por la autoconstrucción y falta de parques
Es probablemente una de las puertas de entrada más visibles de la ciudad. La Perlita se ubica casi escondida entre los barrios de La Piñera y La Bajadilla pero hay un matiz que lo distingue a la par que marca su existencia: la vía del tren. El barrio, compuesto por unos 1.000 vecinos, asienta sus límites en torno a la vía férrea que conecta Algeciras con Madrid, por lo que toda persona que llegue a la ciudad a bordo del tren se topa con este vecindario, desordenado y con viviendas de autoconstrucción, antes de encarar los metros finales hacia la estación de Renfe.
En el otro extremo está la avenida Aguamarina y los pisos, de reciente construcción, de Huerta Siles. Los nombres de todas las calles tienen referencias a piedras preciosas como Zafiro o Diamante, usado para denominar a la única plazoleta del barrio. No obstante, la asociación vecinal La Perla, que dirige Juan Téllez, también asume las calles Cid Campeador y Santa María Micaela en su competencia.
El barrio está formado por gente de clase trabajadora, aunque también se perciben casos puntuales de riesgo de exclusión social por desempleo. En los bloques de Huerta Siles, de régimen de alquiler, hay una población más diversa con residentes de múltiples nacionalidades.
El centro de salud más cercano está en la avenida La Cañá, de La Bajadilla, a unos minutos andando. Hubo un proyecto de un ambulatorio en una parcela de Huerta Siles, que aún sigue vacía, pero se quedó en el olvido. La educación también se sirve en otros barrios: en los colegios Campo de Gibraltar o Salesianos y María Auxiliadora. Y el instituto público más cercano es el Isla Verde.
La Perlita no deja de ser un barrio referente también por la avenida Aguamarina por la que calculan que pasan unos 1.000 vehículos a la hora, además de ser popularmente conocida por la amplia variedad de talleres mecánicos, así como los restaurantes destacados como La Cabaña y Los Arcos, pequeñas empresas pero pocas tiendas de comestibles. Las sucursales bancarias también están en la avenida La Cañá.
Viviendas
Las primeras casas de La Perlita datan de finales de los años 50. Había dos grandes huertas en la zona que se vendieron dejando pequeños espacios para calles y los ciudadanos fueron ocupando los terrenos con obras de autoconstrucción. El 99% de las casas básicamente se levantaron sin permisos de obra construyéndose a mano los fines de semana, cuando las familias trabajadoras tenían tiempo libre.
Servicios
Uno de los servicios más básicos es precisamente una de las mayores reivindicaciones de los vecinos de La Perlita: el autobús. La parada más cercana está en la rotonda de Aguamarina, a unos metros de la entrada al barrio, sin marquesina que refugie del frío y la lluvia, siendo una queja expuesta por los vecinos ya que muchos usuarios de Apadis que residen en Huerta Siles toman el autobús en este punto.
En cuanto a parques la necesidad es total, porque no cuentan con ninguno en todo el vecindario. Lo único verde es la mediana de Aguamarina. Han pedido un parque infantil al final de la calle La Perlita pero no ha habido éxito, y mucho menos aparatos para mayores, también solicitados.
En cuanto a limpieza, Téllez califica el servicio de "regular tirando a mal", especialmente los fines de semana cuando no hay operarios. De desbroce mejor ni hablar porque aún no se ha hecho y lamentan que se acuda cuando es vísperas de la velada del barrio, ya que consideran los vecinos que el mantenimiento debe ser continuo. Hay algunos solares cercanos a las viviendas, incluso con vehículos aparcados , que despiertan inquietud en los vecinos, ya que temen que pueda iniciarse un incendio que afecte a las viviendas; el presidente de La Perlita insiste en que él "ha avisado" al respecto. Los contenedores están en su mayoría viejos y rotos y faltan papeleras.
La presencia policial es visible pero también sostienen los vecinos que hay épocas más tranquilas, como la que están viviendo. Es un barrio familiar, casi todo el mundo se conoce, y quizás sí ha entrado nueva población en la calle La Perlita o Huerta Siles que no conocen demasiado y se sabe que hay menudeo puntual, pero es la carga que pesa sobre algunos barrios de la zona sur. Téllez señala que hace dos semanas robaron unas sillas de plástico que dejaron amarradas junto a la sede vecinal.
Pasos a Nivel
Una batalla se ha ganado, ahora queda la segunda. La asociación de vecinos de La Perlita ha liderado las reclamaciones históricamente para que se eliminen los pasos a nivel que tanta peligrosidad generan cuando sale o entra un tren de la ciudad al estar la vía a pie de casas y pisos. El de Pajarete, que conecta con la Cañada de los Tomates, se logró eliminar con una vía soterrada para el tráfico hace un año, el problema está en un paso de peatones que les permita cruzar de un lado a otro de la calle.
Ahora queda el segundo, que conecta La Perlita con La Piñera y que soporta una gran densidad de tráfico y de viandantes. Hace unas semanas Adif acometió unos arreglos en el firme ya que se había hundido tanto que para las motos era muy difícil sortear las propias vías. La propia compañía anunció que prevé realizar un proyecto para la futura supresión de este paso a nivel, pero hasta el momento no deja de ser un riesgo, tal y como se observa al final de la calle La Perlita -sin salida- en la que la vía del tren está muy cerca de las casas y sin ningún vallado que impida su acceso, lo que supone un riesgo especialmente para los niños o adolescentes que transitan por el lugar, que está junto a un pequeño solar abandonado donde la asociación ha pedido un parque.
Accesos
Para ir al corazón del barrio hay que saber llegar ya que, entre otras cosas, no tiene el cartel anunciador que tienen otros barrios. Todo el mundo conoce la avenida Aguamarina, pero la verdad del vecindario está por detrás. Al estar cercano a la vía del tren en la zona sur tiene la suerte de disponer de una salida y entrada próxima de la autovía A-7, pero ambas tienen curvas muy pronunciadas considerando la velocidad a la que van los coches antes de entrar en el carril de desaceleración.
A todo ello se suma la avenida citada, ya que en las rotondas en las que desemboca la entrada y la salida a la autovía hay prácticamente dos niveles de altura en los viales de cada sentido, haciendo más difícil las maniobras. Y los vecinos recuerdan que el último tramo de la vía que conecta con el paso a nivel de Pajarete, que está sin terminar, es un pequeño carril en el que apenas caben dos vehículos y requieren de un acerado para aquellos ciudadanos que caminan hacia el barrio vecino.
Demandas
Entre las peticiones enquistadas para la asociación vecinal está la de mejorar las vías públicas. La calle Esmeralda está muy erosionada y la mitad de General Narváez adecentada con losa, no asfalto. En cuanto a las aceras o están muy deterioradas y llenas de obstáculos o son tan pequeñas que apenas cabe una persona andando. Por otro lado y no menos importante solicitan que se cambie la localización de la parada para minusválidos que se ha posicionado junto a la Plaza Diamante en Aguamarina y que impide la colocación del escenario de la velada del barrio.
Las letras anunciadoras para La Perlita también se han reclamado en la rotonda junto a Huerta Siles y la reubicación de la única parada de autobús, que consideran que sería más segura si se situara en la acera donde están los bloques de Huerta Siles.
Un barrio de copla
La asociación de vecinos tiene unos 500 socios y mucha vida. La copla ha ido ligada a La Perlita desde hace años, en concreto desde que Juan Téllez decidió empezó a ayudar a los artistas emergentes. La primera actuación fue en 1995. Con 15 años empezó cantando Maite Moreno en el barrio, destaca con orgullo el presidente vecinal. La asociación tiene una cita ineludible cada mes de agosto con la velada, por la que cortan al tráfico la calle Zafiro. Será del 4 al 6 y en ella ofrecen múltiples actividades, comidas y, por supuesto, copla. La sede además es un punto de encuentro de vecinos para jugar y a charlar.
Historia
La Perlita es un barrio de gran interés desde el punto de vista histórico y urbano. Es el lazo de unión de vías pecuarias. Con el paso del tiempo se fue construyendo en los márgenes, por ello detrás de las casas hay solares. Uno de los caminos conectaba con el centro bajo a través del camino real, hoy llamada avenida Agustín Bálsamo. Los primeros asentamientos datan de principios del siglo XX, eran gente de fuera de pocos recursos, algunos con ganado, que fueron desarrollando la zona con la autoconstrucción. Se convirtió además en la primera zona industrializada de la ciudad, por la presencia del ferrocarril y de depósitos de corcho.
Sobre el nombre del barrio hay alguna teoría. Una de ellas es que adoptó el nombre de una yegua, muy bonita, que fue vendida por su dueño para agrandar la choza en la que vivía e inspiró la historia un poema de Lola Peche.
No hay comentarios