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El hallazgo del cadáver del patrón del ‘Rúa Mar’ tiñe de luto al Estrecho

Pesquero desaparecido en Marruecos

Un barco de recreo halla el cuerpo de Antonio Javier Maza sin chaleco salvavidas y a 30 millas del último rastro del pesquero

El Gobierno insiste en la hipótesis del hundimiento repentino

El furgón con el cadáver, momentos antes de salir desde el Puerto de Tarifa. / Erasmo Fenoy

Algeciras/Los peores presagios sobre el destino de los tripulantes del pesquero Rúa Mar se hicieron ayer patentes tras la aparición, al mediodía, del cadáver del patrón del palangrero en aguas del Estrecho. El cuerpo sin vida de Antonio Javier Maza fue localizado por un barco de recreo y trasladado hasta el Puerto de Tarifa por Salvamento Marítimo.

El cadáver de Maza no llevaba puesto un chaleco salvavidas, lo que el comité de crisis interpreta como un signo que sustenta aún más la hipótesis de que el pesquero naufragó de forma repentina, presumiblemente por uno o varios golpes de mar que lo desestabilizaron sin dar tiempo de reacción a sus seis tripulantes. Algo que ya se barajaba desde el domingo, tras el hallazgo de dos balsas salvavidas sin abrir.

La identidad se confirmó después de un cotejo de información genética (ADN) y el reconocimiento de los restos mortales por parte de familiares. Hasta el Puerto de Tarifa se desplazaron Pedro Maza, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape) y hermano de la víctima, así como su hijo, Pedro Maza Ruiz, armador del pesquero y sobrino del fallecido.

La Salvamar Arcturus de Salvamento Marítimo fue movilizada a mediodía tras recibirse el aviso del hallazgo, que se produjo sobre las 12:00 por parte de una embarcación deportiva a unas 7 millas de Tarifa y a 5 millas al oeste de Barbate.

El cuerpo apareció a unas 30 millas del lugar en el que se activó la radiobaliza del Rúa Mar, una zona muy distante respecto del punto en el que se perdió el rastro del pesquero en la madrugada del pasado jueves, por lo que parte del operativo de rastreo se encargará de peinar esa otra zona con dedicación.

“La aparición de la víctima coincide con una deriva hacia el noreste, tal y como se preveía y como sucedió con las balsas salvavidas. Se va a ampliar la zona de búsqueda todo lo que sea necesario, con especial atención a la zona del afloramiento”, apuntó el subdelegado del Gobierno en Cádiz y máximo responsable del comité de crisis, José Pacheco.

Los restos mortales quedaron a disposición judicial, a la espera de ser sometidos a la autopsia en las próximas horas. Una vez que se completen los trámites, la familia Maza podrá iniciar los preparativos del sepelio.

Los familiares, que se mantienen en la dársena pesquera del Puerto de Algeciras desde el jueves por la mañana, se mostraron abatidos tras constatarse la identidad. En la zona se mantiene la asistencia psicológica.

Un pescador, con gesto abatido, al conocerse el hallazgo del cadáver, ayer. / Erasmo Fenoy

Pacheco insistió en que se trabaja desde el domingo en el rastreo submarino para tratar de localizar el Rúa Mar por parte del buque oceanográfico Tofiño de la Armada, si bien no se descarta ninguna hipótesis, incluso que haya supervivientes.

El subdelegado relató que durante la jornada del lunes, además del hallazgo del tripulante sin vida, se localizaron nuevos restos “no muy significativos” como una garrafa de gasóleo. También una mancha de combustible que se analizará por si pudiera aportar certidumbre sobre la posible ubicación del buque.

El comité de crisis recalcó que todo “coincide con la hipótesis de que ha podido ser un naufragio repentino producido por un golpe de mar y que no les haya dado tiempo ni a ponerse chaleco ni abrir los botes salvavidas”.

Los integrantes del dispositivo han tomado muestras de ADN a varios familiares de los tripulantes para cotejos en el futuro.

Tripulantes

Antonio Javier Maza, de 52 años, viajaba como patrón de la embarcación sustituyendo al patrón habitual del Rúa Mar, que el pasado miércoles estaba enfermo y no salió a faenar. En la embarcación también viajaba su hermano, Ángel, de 59 años, como mecánico.

Antonio Javier Maza (izquierda) junto a su hermano Ángel, desaparecido.

Ambos son hermanos de Pedro Maza, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras, y, a su vez, tíos del armador y estaban a escasos meses de obtener la jubilación.

Ángel, como los otros cuatro tripulantes (Iván, Daniel, Antonio y Óscar), permanecen en paradero desconocido, al igual que el pesquero.

Sigue la búsqueda

El operativo de búsqueda del Rúa Mar y sus tripulantes se reanudó a primera hora de la mañana del lunes tanto en la superficie como en el fondo marítimo con Tofiño.

La búsqueda en superficie la desarrollaron pesqueros de Barbate y Algeciras, que se unieron al SAR Mastelero, de Salvamento Marítimo, y al Buque de Acción Marítima Relámpago, de la Armada española.

Comité de crisis

Además de Pacheco, como máximo responsable del comité de crisis, comparecieron en Algeciras el director de Salvamento Marítimo, José Luis García Lana; el general de la Guardia Civil Alfonso Rodríguez; el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, y la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Ana Mestre.

Todos insistieron en la colaboración institucional a la hora de afrontar el dispositivo de búsqueda y de atención a los familiares. Para este último, hay más de 40 personas movilizadas en el Puerto de Algeciras.

Sin tiempo para activar las balsas salvavidas

Durante el domingo se localizaron dos balsas salvavidas sin activar y dos bidones de aceite. El capitán marítimo de Algeciras, Julio Berzosa, explicó ayer que las balsas salvavidas emergen empaquetadas automáticamente en caso de hundimiento, pero deben ser activadas manualmente por los náufragos.

“Cuando un buque se hunde, sobre los cuatro metros de profundidad la balsa que va unida al buque se desprende y emerge a la superficie. Pero solo se abre si alguien la acciona. Que hayan aparecido es indicativo de que estaban correctamente instaladas”, puntualizó Berzosa.

Esta explicación afianza la hipótesis de que la tripulación del Rúa Marno tuvo tiempo de reacción antes de que el pesquero se fuera a pique.

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