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La cantaora Alicia Carrasco enseña nociones básicas del flamenco en AlCultura

La primera de las tres sesiones previstas llena el contenedor de Poniente en la dársena del Saladillo

Búscate en la reunión a compás en AlCultura

Alicia Carrasco imparte su enseñanza rodeada de aficionados y aficionadas / Andrés Carrasco

Algeciras/La cantaora Alicía Carrasco abrió en AlCultura, en los contenedores rojos de la dársena del Saladillo, una serie de tres sesiones, denominada "Reunión a Compás", en las que impartirá nociones básicas sobre el flamenco. El primero de los encuentros, en la noche del pasado miércoles, congregó a aficionados y curiosos, que llenaron el contenedor de Poniente de las instalaciones de la entidad cultural.

"Se trabaja a partir de una estructura, pero luego te desborda el sentimiento", explicó Carrasco al atento y dispuesto público. Esa estructura básica, en el caso de las colombianas, los tangos y las rumbas es dar un golpe de tacón sobre el suelo y tres de palmas sordas, y completar con otra serie igual hasta sumar ocho. Y ese ritmo, en el que el compás se iba y volvía, siempre en función de la velocidad o de la diversidad de los participantes, lo desgranaba la cantaora en su enseñanza, cantando la letra de la Pastora Pavón, Niña de los Peines, que dice "Triana, Triana, que bonita está Triana cuando le ponen al puente las banderitas republicanas.".

Para que sonara bien, las guitarras tenían que estar presentes por lo bajo, y entonces se arrancaba otra cantaora, sin que el resto del público dejara de batir palmas y patear el suelo. Todas las personas que quisieron tuvieron la oportunidad de mostrar pelliscos de su conocimiento y habilidades, a partir de una expresión genuina y contagiosa. La ocasión era propicia para ilustrar sobre algunos cánones flamencos, ya sean de grandes artistas, de letras, de anécdotas.

"Como decía Machado, en el flamenco uno canta, otro baila y otro toca la guitarra, y el que no sepa que diga ole", recordaba Alicía Carrasco para animar a los y a las presentes en la sala.  "Hay que venir con la vergüenza perdida, contigo mismo, sin compararte con nadie. Cada uno puede aportar con lo que sabe. Cada uno tiene algo que se le da mejor", reflexionó.

Las reuniones a compás tendrán dos sesiones más en miércoles que están pendientes de señalar. Se han organizado a partir del éxito de la noches flamencas que se han celebrado en AlCultura durante el pasado verano, y en la que se han reunido, con acceso gratuito, artistas y aficionados. Sirimusa, una iniciativa impulsada por Carrasco y el guitarrista José Manuel León, aporta a sus alumnos y seguidores, y espera que se vayan sumando, como ya ocurrió el pasado miércoles, aficionados de la Sociedad del Cante Grande y de otras peñas para convertir la asociación cultural ubicada en la dársena del Saladillo en punto de encuentro y reunión flamenca todo el año.

"La afición requiere un espacio", confiesa la cantaora. "La idea es también que no sea algo tan pasivo, que la gente pierda ese miedo y que participe", añade. "Ya has amortizado los zapatos", dice María desde el fondo del contenedor para elogiar el taconeo de una amiga que se arrancó por bulerías. Ella, María, había dejado antes una pizca de su baile con mucho sabor flamenco.

El soniquete de los jaleos y el zapateado se extendió a lo largo de la dársena, por un lado, y se adentró en el mar, por otro, como sonidos que conectan con el alma de las personas y penetra la tierra. Fue la primera vez de otras que, a quien participa, no deja indiferente.

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