Un cascote de 50 kilos se desprende de la Escuela de Arte de Algeciras
La degradación del edificio, catalogado como BIC, se acelera con los últimos temporales
Algeciras/Un trozo de la cubierta de la Escuela de Artes y Oficios de Algeciras -un pedrusco de unos 50 kilos- se ha desprendido en los últimos días del techo del edificio para estamparse contra el suelo junto a la sala de exposiciones, que alumnos y profesores llaman la sala oblicua. Se trata del último episodio de la degradación constante de un construcción que data de 1971 y que está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC).
La degeneración del edificio, imparable desde hace años, se ha visto acelerada con los últimos temporales. Tanto es así que el pasado jueves, cuando arreció la lluvia y el viento en la comarca, estallaron varios ventanales de la planta de arriba. Los cristales quedaron colgando y la dirección del centro decidió evacuarlo completamente para preservar la seguridad de alumnos y profesores.
El director, Diego Martín, comunicó a la delegada territorial de Educación y, después, a la Agencia Andaluza de Educación, la evacuación del jueves y, después, la caída del enorme trozo de la cubierta. La respuesta de la Junta es que no pueden hacer nada porque está previsto que en tres o cuatro semanas comience la primera fase de la reforma urgente. Lo único que los responsables de la Escuela de Arte han podido hacer es vallar la zona en la que se ha desprendido éste y otros cascotes. La Agencia Andaluza se ha comprometido a enviar técnicos para evaluar los últimos daños si encuentran hueco para hacerlo.
La actuación que va a comenzar, previsiblemente, a finales de este mes tiene un presupuesto de 455.107,24 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses y medio. El problema es que esta primera parte de la reforma integral a que se someterá el edificio sólo afecta a la cubierta de tres clases. De la mitad de la construcción hacia abajo quedará pendiente para una segunda fase que no se espera antes de marzo de 2019. Es decir, queda otro invierno con sus temporales para que los techos sigan degradándose y cayéndose donde nadie los espera.
La Escuela de Arte reorganizó sus clases, trasladando algunas por la tarde, para dejar libre la planta de arriba, que es la que más degradación presenta.
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