Algeciras celebra a lo grande su superdomingo de Feria
Feria Real de Algeciras 2024
Las casetas se ambientan en un día atípico por la coincidencia con la Noche de San Juan
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Algeciras/Empieza el baile. La Feria Real de Algeciras está ya a pleno rendimiento. Algo más tarde que otros años, quizás porque el día se prevé largo por la coincidencia con la Noche de San Juan, pero las casetas empiezan a llenarse de trajes de flamenca al son de la música, en directo o enlatada, como banda sonora de una de las tardes más importante de las que se festejan a los pies de Palomas.
El recinto ferial recibe ya a aquellos que han celebrado sus comidas familiares en los bares y restaurantes del centro y las barriadas. No son pocos, porque hace ya días que reservar mesa en las casetas era una tarea complicada. Todo el mundo quiere reunirse con familiares y amigos y hay ganas de Feria. Además empieza el éxodo de los jóvenes que pasan las primeras horas de la tarde en el macrobotellón -el único autorizado- que los concentra en la explanada junto al antiguo cine Magallanes, entre el centro cívico La Reconquista y el colegio Los Alcornocales. Está prohibido en la escalinata de acceso a la plaza de toros, en el vial que comunica la zona de casetas con la de restauración y en las barriadas y urbanizaciones aledañas al recinto ferial. También llegan vecinos de otras poblaciones del Campo de Gibraltar que han pasado el día en la playa y buscan el ambiente de las casetas.
En el Callejón, en el Tetrápodo, en los Portuarios, en la Solera, en muchas casetas se anima la fiesta tras las comidas, de la mesa a la pista de baile sin solución de continuidad.
En la Feria hay sitio para el reguetón y para las sevillanas. Y gente para todos los gustos. Casetas atestadas, jarras de rebujito llenándose sin parar y grupos de familiares y amigos disfrutando. Muchos reencuentros. Es costumbre que los algecireños en el exilio cuadren sus vacaciones para que coincidan con la Feria. No han podido tener más suerte. Hasta el tiempo esta vez acompaña. No hace mucha calor ni la tormenta obligó a sacar el paraguas como el año pasado.
La jornada se estirarará hasta que el cuerpo aguante. Hay gente que opta por irse a cenar y una vez lleno el estómago regresa o se bate en retirada. Otros apurarán hasta bien entrada la madrugada y otros que se lanzarán a las playas para celebrar la llegada del verano en torno a las hogueras. Los hay también que ni siquiera quiere parar para comer con tal de no perder tiempo disfrutando en la caseta. Esos sson los jartibles. El alma de una fiesta que ya no hay quien la pare. Empieza el baile.
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