El comedor del Padre Cruceyra sirvió 27.946 comidas en 2016
El número de comensales baja un 2%
Aumentan un 17% las bolsas de alimentos repartidas
Algeciras/Un año más el centro social Padre Cruceyra de Cáritas ha vuelto a ser el referente vital para las personas que viven sin hogar o sobreviven al borde de la exclusión social. El comedor sirvió en 2016 un total de 27.946 comidas, una cifra que ha bajado apenas un 2% con respecto a las estadísticas publicadas por el centro los dos años anteriores: 28.544 (2015) y 28.581 (2014).
El centro social, situado en la avenida Agustín Bálsamo y más conocido como comedor del Carmen, no sólo sirve platos de comida caliente a los transeúntes que lo necesiten. Su equipo de trabajo y los voluntarios reparten bolsas de alimentos. Fueron 13.960 el año pasado, dato que sí sube con respecto a 2015 un 17,7%, ya que entonces fueron 11.500 las bolsas que entregaron a las familias en riesgo de exclusión social. El recurso de Cáritas además permitió dar cobertura de limpieza con 1.875 servicios de duchas, 224 de peluquería y 1.540 atenciones sociales.
El centro social Padre Cruceyra está abierto a la sociedad, prueba de ello es la pequeña ventana que cada día abren a través de su perfil en la red social Facebook. Cualquier persona puede conocer al detalle el menú diario. Como ejemplo ayer se sirvió entre los usuarios un potaje de judías blancas con chorizo y morcilla, de segundo plato flamenquines con ensalada de judías verdes con patatas y huevo duro, y de postre yogurth.
Llegan a cuentagotas los gestos solidarios, tanto de entidades sociales como de particulares, publicando de forma religiosa cada kilo de alimento que entra en el almacén del centro de Agustín Bálsamo.
La labor que realizan los voluntarios del centro social es fundamental para que el barco siga día a día a flote. Es un trabajo callado impulsado por unas 40 personas, que ayudan de diferentes formas y las horas que puedan.
En fechas puntuales, especialmente estivales, aunque los voluntarios tienen que atender también muchas obligaciones son muchas las personas que se vuelcan para que los comensales no dejen de tener la comida en la mesa, y lo que es más importante, que disfruten de un menú especial en sintonía con las fiestas, como el caso de la Navidad, donde el comedor ha ofrecido con humildad platos acordes a la festividad. En la cocina diariamente está al timón una cocinera, que sí está contratada, y junto con ella suele haber cuatro o cinco voluntarios.
El perfil de usuarios que acude al comedor del Padre Cruceyra se ha visto modificado por necesidad en los últimos tiempos. A los sin hogar habituales que copan el comedor, que representan un 50% de los comensales, se suman actualmente familias, matrimonios tanto jóvenes como de mediana edad que, ante la crisis económica, se han quedado sin recursos y acuden al centro social a disfrutar, al menos, de la primera comida.
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