Construcción de la estación marítima del Puerto de Algeciras (1927-1928)
Estampas de la historia del Campo de Gibraltar
La estación marítima o del puerto comenzó a funcionar en otoño de 1928, aunque los locales se fueron ocupando paulatinamente durante los años 1929 y 1930
A finales de 1930, la estación marítima operaba al máximo de sus capacidades
Prolongación del ferrocarril hasta el muelle de la Galera (1922-1925)
En el capítulo anterior de la serie se han descrito las labores y los proyectos acometidos por el ingeniero director de la Junta de Obras del Puerto de Algeciras para construir, entre 1922 y 1925, un tramo de la vía del ferrocarril entre la estación situada en el actual Avenida Agustín Bálsamo y el muelle de la Galera, en sustitución de la obsoleta estación y el muelle de madera, ubicado en la margen derecha del río de la Miel. Esta primera estación término había sido construida por la Compañía del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras entre 1892 y 1894.
Pero aquel nuevo tramo de vía que llegaba al muelle de la Galera, que estuvo operativo y en funcionamiento desde el año 1925, carecía de una estación con dependencias para que los viajeros pudieran adquirir los billetes, esperar a cubierto de las inclemencias del tiempo antes de subir a los trenes y hacer diversas gestiones, entre ellas consignar y facturar los equipajes.
En la memoria del proyecto de “Estación Provisional en el muelle de la Galera”, aprobado por Real Orden de 19 de febrero de 1927, se expresaba la necesidad de construir una estación en la terminal del ramal que, en los años anteriores, se había tendido entre la estación del ferrocarril de la Avenida Agustín Bálsamo y el puerto de Algeciras, siguiendo la orilla izquierda del río de la Miel. Este tramo de la línea, que llegaba hasta la cabecera del primer trozo del muelle de la Galera, se construyó como alternativa a la existente en la margen derecha del río que terminaba en el muelle de Madera y que era propiedad de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces por esos años. Refiere el ingeniero Cástor Rodríguez del Valle, autor del proyecto, que “el puerto de Algeciras tiene un ramal o vía de enlace que lo une al resto de España, pero no tiene edificio donde recibir y despedir a los viajeros que a él acuden por mar y por tierra y hay que hacer al aire libre las operaciones de facturación, peso y registro de equipajes. Los viajeros tienen que soportar durante ellas el sol, la lluvia y las tempestades”.
Estas palabras permiten deducir que los viajeros y las mercancías transitaron por la terminal del puerto durante aproximadamente un año y medio sin que existiera edificio alguno que acogiera los diferentes servicios necesarios e imprescindibles en toda estación de ferrocarril y que ejerciera de sala de espera, oficinas dispensadoras de billetes, espacio de facturación de equipajes, etc. La construcción de una estación del Puerto era, pues, a principios del año 1927, una necesidad sentida tanto por los viajeros que frecuentaban Algeciras y su puerto, como por la propia Junta de Obras que, con la mejora de estos servicios, esperaba facilitar las operaciones de los pasajeros y mercancías e incrementar sus ingresos propios, sobre todo después de que la Compañía de Vapores La Punta de Europa hubiera adquirido los barcos que hacían el trayecto con Gibraltar a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces y trasladado la zona de atraque desde el muelle de Madera hasta el de la Galera en noviembre de 1926.
Sin embargo, el proyecto presentado a la superioridad no pasó de ser una mera declaración de intenciones y una exposición, por escrito, de la urgente necesidad de contar con un edificio que pudiera ejercer las funciones que una estación término del ferrocarril exigían. Hubo que esperar todavía un año para que se acometiera la redacción de un nuevo y definitivo proyecto capaz de ser ejecutado y que posibilitara al puerto de Algeciras disponer de la tan anhelada estación.
En el mes de junio de 1928 el ingeniero director redactó y presentó a la superioridad un proyecto que consistía en el cierre de los tinglados metálicos existentes en la cabecera del muelle de la Galera, que habían sido construidos entre 1917 y 1920, para habilitarlos como estación marítima. A falta de espacio para poder ubicarla, se había decidido aprovechar dichos tinglados metálicos, donde se almacenaban el corcho y otras mercancías antes de ser exportadas y habilitarlos como estación marítima.
En el proyecto se recogían algunas modificaciones ordenadas por el ministro de Fomento en el transcurso de la visita que el director general había hecho al puerto en abril de 1927. Consistían éstas en reformar la ubicación y las dimensiones de varios de los servicios que se proponían establecer en la estación en la propuesta original, así como sacar fuera del edificio los retretes para situarlos en un pabellón anejo.
El proyecto de junio de 1928 preveía habilitar locales para los siguientes servicios: departamento de Aduana con su oficina, archivo y salas de reconocimiento de pasajeros y de equipajes; inspección de policía; despachos de billetes para los vapores de Gibraltar, Ceuta y Tánger; despacho de billetes de trenes; servicio de correos; oficina de la Compañía Nacional de Teléfonos de España y jefatura de estación. La ocupación de los diversos locales por las empresas e instituciones se realizó a lo largo de los años 1929 y 1930. Circundando el edificio de diseñó una marquesina, volada en la parte suroeste y sureste, por donde discurría la vía férrea. Estaría sostenida por sesenta y dos columnas de hierro y cemento armado arriostradas con vigas de doble T y dispondría de consolas voladas, también de hierro.
El 30 de agosto de 1928 la Junta encargó al ingeniero director que elaborase un proyecto para la mejora de la marquesina, pavimentación y cubierta de la estación. El estudio fue presentado a la Junta de Obras en la sesión celebrada el 3 de diciembre de aquel año y, entre otras cosas, proponía que, en las cuatro vertientes del tejado del edificio se colocase una cubierta de cristal para facilitar la iluminación de las diferentes dependencias de la estación.
A mediados del año 1928 se aprobó la construcción de una valla de hierro, que luego fue de madera, para aislar la estación marítima del resto de las instalaciones dedicadas a la pesca y al tráfico de mercancías existentes en el muelle. Con la construcción de esta valla se lograría que los servicios ferroviarios, de tan urgente necesidad para los intereses del comercio local, de la Junta y de la región, se pudieran realizar con total comodidad e independencia de otros tráficos. Sin embargo, como dicha valla impedía el libre tránsito entre las zonas sur y norte del muelle, pronto fue desmontada, como lo demuestra la documentación gráfica conservada y, sobre todo, la orden recogida en la sesión de la Junta del 9 de diciembre de 1931 para que fuera suprimida. Tres años más tarde se procedió a construir una verja en el arranque del muelle de la Galera, entre la desembocadura del río de la Miel y la dársena de Villanueva, con el objeto de que fuera más efectiva la vigilancia del muelle y poder controlar el paso de personas y vehículos.
La estación marítima o del puerto comenzó a funcionar en otoño de 1928, aunque los locales se fueron ocupando paulatinamente durante los años 1929 y 1930, como ya se ha referido. La inauguración oficial de los servicios ferroviarios, con la entrega del ramal, vías y locales a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, se efectuó el 5 de mayo de 1929, levantándose la preceptiva acta.
Cuatro meses antes, el 24 de enero, la Junta había recibido una comunicación del Administrador de Aduana de Algeciras trasladando otra recibida de la Dirección General de Aduanas por la que ésta aceptaba los nuevos locales destinados a los servicios de su competencia, manifestando que deseaba conocer si la cesión era gratuita o no, y, en caso de que no lo fuera, se le hiciera la propuesta de arriendo fijando el precio del alquiler. La Junta le trasladó la Real Orden de la Dirección General de Obras Pública disponiendo que la cesión del local al ramo de Aduanas tuviera un carácter gratuito.
En la sesión de la Junta del 24 de abril de 1929 se leyó un escrito de la Empresa de Automóviles La Valenciana solicitando el arriendo de un local en la estación marítima para ubicar en él una oficina de expedición de billetes. En la misma sesión se acordó ceder en alquiler a dicha empresa el local situado en el ángulo noroeste de la estación marítima. El 3 de mayo fue el arrendatario de la Compañía de Vapores La Punta de Europa el que comunicó que en la noche del 4 de dicho mes haría el traslado de las oficinas y servicios de su empresa, situados aún en la cabecera del muelle de Madera, al local que le había sido señalado en la estación marítima.
Entre los meses de mayo de 1929 y octubre de 1930 se arrendaron y ocuparon los siguientes locales de la estación: a la Compañía Telefónica Nacional, Inspección de Policía, Carabineros, Estafeta de Correos, servicio de telégrafos, consigna de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, Compañía Trasmediterránea y Compañía de Coches-Camas. La Compañía Internacional de Coches-Camas había inaugurado el servicio ferroviario entre Madrid y Algeciras, una vez a la semana, en el verano del año 1911. En aquellos días el tren salía de la capital de España a las 8 de la noche y llegaba a Algeciras a las 2 de la tarde del día siguiente.
Se puede afirmar que a finales de 1930 la estación marítima operaba al máximo de sus capacidades, acogiendo a gran número viajeros en tránsito y sus equipajes que, desde mediados de la década de los veinte, se había ido incrementando de manera constante, tanto con el norte de África, como, sobre todo, con Gibraltar. En esta línea, además de las pasajeros locales que iban y venían cada día a la roca por cuestiones laborales, se unían los turistas que, llegados en paquebotes extranjeros al puerto gibraltareño, cruzaban la bahía hasta Algeciras para proseguir viaje hacia el interior de la Península por vía férrea, como se podrá comprobar en un nuevo capítulo dedicado al tráfico de pasajeros entre 1900 y 1939.
Temas relacionados
No hay comentarios