Construcción del Paseo Marítimo de Algeciras y relleno de la dársena de Villanueva (1942-1957)

Algeciras/El Muro de Ribera-Paseo Marítimo

Mediante oficio de la Dirección General de Puertos, leído en la sesión ordinaria de la Junta de Obras del Puerto celebrada el día 31 de mayo de 1940, se tuvo conocimiento de la instancia que el Excelentísimo Ayuntamiento de Algeciras había remitido al Ministro de Obras Públicas solicitando la construcción de un acceso al puerto por la costa (conocido como Muro de Ribera) y la reforma del puente que unía la playa del Chorruelo con la Isla Verde, construido entre 1925 y 1926 para que las vagonetas de obras pudieran acceder a la citada isla y a las obras del Rompeolas “con el fin de que se permita la circulación de vehículos desde el Paseo de la Conferencia hasta la isla”; pues se tenía prevista la instalación en terrenos de la isla de depósitos de CAMPSA.

En la sesión celebrada en el mes siguiente, el 26 de junio, la Junta se mostró de acuerdo con el informe emitido por el Ingeniero Director que señalaba “la conveniencia de realizarlas citadas obras, que a más de hermosear y urbanizar la población, proporcionaría beneficios y facilidades para el tráfico y desarrollo del Puerto”. Por tal motivo se acordó solicitar a la Superioridad la oportuna autorización para la realización del proyecto que incluyera la cantidad con la que la Corporación Municipal debía participar en los gastos que iban a generar las obras del Muro de Ribera, pues se iba a construir en terrenos pertenecientes a la ciudad. El proyecto en cuestión consistía en el relleno de la línea de costa que iba desde el muelle de la Galera y la Marina hasta la playa de los Ladrillos, finalizando junto al actual edificio de El Corte Inglés y que, en la década siguiente, una vez asfaltado el camino, dotado de alcantarillado e iluminado, se convertiría en el conocido como Paseo Marítimo.

El principal objetivo de este proyecto era habilitar un acceso directo al puerto desde la Carretera de Málaga (conectando con esta vía a la altura de la barriada de la Granja), evitando que los vehículos con carga de pescado y otras mercancías tuvieran que atravesar la población por la calle Segismundo Moret, único acceso, hasta esa fecha, al puerto.

El 3 de abril de 1941 fue aprobado por la Junta el proyecto del Muro de Ribera elaborado por el Ingeniero Director José Estévez Tolezano, “que comprende la construcción de unos rellenos queformarán la plataforma por la cual irá un camino con una longitud de1.070 metros con una anchura de 19 metros, y el saneamiento necesario de dicha zona por medio de un sistema de alcantarillado, permitiendo, amás de higienizar este lugar de la población, introducir las consiguientes mejoras en su parte urbana que la hermoseen, derivando el importantísimo y cada día más creciente tráfico del Puerto sin necesidad de atravesarla población”.

Aunque fue devuelto por la Superioridad para que se hicieran algunas modificaciones, se aprobó finalmente por Orden Ministerial del 27 de noviembre con un presupuesto de administración de 1.614.894 pesetas. Al ser una obra que también afectaba al ámbito urbano, el Ayuntamiento de la ciudad debía aportar el 25 % de esta cantidad. Al haber cesado en su cargo el señor Estévez Tolezano, el proyecto definitivo sería redactado por el nuevo Ingeniero Director del Puerto, Francisco Martínez Tourné, el 16 de julio de 1941.

Las obras se iniciaron, por el sistema de administración y a destajo, en el mes de agosto de 1942, corriendo las primeras adjudicaciones a cargo de la empresa del señor Carlos Loring Martínez, aunque posteriores destajos fueron adjudicados a otras compañías constructoras que en varias ocasiones no pudieron hacer frente a los plazos de ejecución por problemas en el abastecimiento de materiales (provocados por la Segunda Guerra Mundial y la posguerra española, como se mencionó en un capítulo anterior de esta serie) lo que alargó unos trabajos que pudieron haber finalizado en dos años, como se preveía en el proyecto inicial, hasta principios de 1950.

Según consta en las actas de la Junta, en las obras del Muro de Ribera se utilizó piedra traída de la Cantera de los Guijos mediante un tren tirado por una locomotora marca Biesboc y varias vagonetas-volquetes metálicas y zorrillas de chasis metálico que eran alquiladas a las empresas constructoras por la propia Junta. Para que pudiera llegar la locomotora con las vagonetas hasta las obras del Muro de Ribera se instaló una línea de ferrocarril de vía estrecha que cruzaba el Marina y llegaba hasta las proximidades de lo que, años más tarde, sería la Escalinata. Por Orden de la Dirección General de Puertos, el acta de recepción definitiva de las obras del Muro de Ribera se aprobó en el mes de mayo de 1951.

El segundo proyecto reformado del Muro de Ribera, para convertirlo en lo que fue el Paseo Marítimo, se autorizó por Orden Ministerial de 5 de julio de 1946, y el tercer reformado fue aprobado por la Junta el 5 de mayo de 1950, dándose por acabadas las obras en el mes de noviembre de ese año. Una vez finalizados los trabajos de relleno y alcantarillado del Muro de Ribera se acometieron las obras de pavimentación y urbanización del mismo con un presupuesto de 951.117 pesetas, de las que el Ayuntamiento aportaría el 25 por ciento, como en los casos anteriores, y que se prolongarían hasta el tercer trimestre del año 1952, cuando se acabaron las obras del nuevo proyecto de “Acceso de la carretera de Cádiz y Gibraltar a Barcelona al puerto de Algeciras”, que discurriría por el Muro de Ribera, proporcionando un enlace directo de la zona portuaria con la carretera de Málaga y que de tanta utilidad sería para la entrada y salidade mercancías del puerto.

Dicho proyecto fue aprobado el 29 de noviembre de 1949 y tenía por objeto enlazar, mediante una calzada de doble vía el puerto con la citada carretera de Málaga a la altura de la zona conocida como barriada de La Granja. Consta que los últimos destajos se realizaron en el mes de agosto de 1952.

Relleno parcial de la dársena de Villanueva

La construcción entre los años 1913 y 1916 del muelle de Villanueva (en el lado norte del muelle de la Galera en construcción), era muy necesaria, porque las chalanas para el transporte de piedras, las barcas aljibes y de asistencia a los buzos que trabajaban en las obras del muelle estaban siendo azotadas por los temporales del sudeste que cada invierno arrojaban a algunas de ellas contra la costa por carecer de un muelle de abrigo. El muelle llamado de Villanueva (el Ministro del Gobierno que apoyó el proyecto de construcción del muelle de la Galera) habilitó una superficie de aguas abrigadas junto a la Marina, conocida como dársena de Villanueva, donde se resguardaron, a partir de 1916, los faluchos, las chalanas, los botes auxiliares con máquinas de buzo y el resto del material flotante que la Junta de Obras utilizaba en las obras del muelle y, a partir del año 1920, en la construcción del Rompeolas de la Isla Verde. También hallaban refugio en la citada dársena las embarcaciones de la Comandancia de Marina, de Sanidad Exterior y de los Prácticos del puerto.

El incremento de las barcas y botes propiedad de particulares dedicados a la actividad pesquera y de los barcos contrabandistas requisados que recalaban en la dársena de Villanueva, reclamaba, después de la Guerra Civil, la habilitación de una dársena más amplia para cobijar a estas embarcaciones, motivo por el cual la Junta decidió construir otra con mayor capacidad de atraques en la ribera sur de la desembocadura del río de la Miel, por delante de las sedes de la Junta de Obras del Puerto y de la Comandancia de Marina.

Como recoge el proyecto de “Relleno de la dársena de Villanueva”, elaborado por el Ingeniero Director, Pedro Gaytán de Ayala e Ibero, “la reciente terminación del acceso al puerto desdela carretera de Málaga (Paseo Marítimo) adolece del grave defecto de que se estrangula, precisamentea la entrada del puerto, en la Marina, por culpa de la dársena de Villanueva”. La existencia de esta dársena ocasionaba la aglomeración y el atasco de personas, autobuses, taxis y vehículos particulares en esa parte de la ciudad, que se solventaría ampliando la acera de la Marina -alegaba el Ingeniero Director-, obra que exigía el relleno parcial o total de la dársena de Villanueva. Por tanto, se proponía su colmatación y relleno.

La propuesta del Ingeniero Director fue aprobada por la Junta el 14 de noviembre de 1952, elevándose a la Superioridad y proponiéndose su ejecución con un presupuesto de 869.444 pesetas. El proyecto fue confirmado técnicamente por Orden Ministerial de fecha 26 de febrero de 1953, autorizándose la subasta de las obras por otra Orden Ministerial del 9 de septiembre del mismo año. Los trabajos se adjudicaron a la empresa “Obras y Servicios, S.A.” el 24 de marzo de 1954.

La liquidación de las obras aparece recogida en la sesión ordinaria celebrada el 27 de agosto de 1958, aunque los trabajos del relleno de la parte más cercana a la Marina de la dársena debieron estar finalizados a finales del año anterior. Esta importante obra portuaria, acometida por la Junta, se unía a las de urbanización de la zona ya emprendidas por el Ayuntamiento, como eran la demolición de la antigua Pescadería, situada en el extremo norte de la Marina, y el acceso desde la Plaza Alta hasta el Paseo Marítimo, consistente en la construcción de la emblemática Escalinata, hoy desaparecida, sustituida por un aparcamiento, actualmente en proceso de derribo. Es posible que a no mucho tardar podamos contar con una nueva Escalinata en ese mismo lugar. En la zona rellenada de la dársena se situaron, a partir del año 1957, los autobuses que unían Algeciras con Cádiz y Sevilla.