El consumo de alcohol entre los jóvenes, algo "socialmente" normal

Algeciras/El rastro del consumo de alcohol no está oculto ni mucho menos en Algeciras. El Llano amarillo es el punto de encuentro de cientos de jóvenes cada fin de semana para beber sin control. Hace un mes una niña de 12 años falleció en Madrid tras sufrir un coma etílico. La noticia irrumpió con sorpresa entre los adultos y, sin embargo, desde el programa Forma Joven de la Junta de Andalucía vienen detectando una tendencia a la baja en la edad de iniciación en el consumo en Algeciras, entre los 12 y 13 años suele ser lo habitual en niños, mientras que las niñas dependen de las influencias, pero suelen empezar más tarde.

El principal problema radica en la falta de concienciación sobre los efectos negativos del consumo de alcohol. "Como sustancia no les hablan, ese es el problema, la sociedad lo ve como algo normal", explica una de las trabajadoras sociales del programa Forma Joven de Algeciras. Cuanto más jóvenes se inician en el consumo mayor es la dependencia y consecuencias.

En paralelo a esta realidad, marcada por los botellones multitudinarios que cada fin de semana dejan su rastro en el Llano, está la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, que hace unos días anunció la intención del Gobierno central de impulsar la Ley de Prevención del Consumo de Alcohol por Menores de Edad.

Además de las charlas de promoción de la salud entre los adolescentes del programa Forma Joven, en Algeciras hay un Centro de Tratamiento de Adicciones (CTA) en El Saladillo, dependiente de la Diputación Provincial. Estos centros han permitido una mejora significativa en la accesibilidad al tratamiento.

El número de pacientes atendidos en 2015 por adicción al alcohol fue de 181 personas, representando al 24,69% de los pacientes registrados en el CTA; seguido del consumo de opiáceos con 172 asistidos; la cocaína y otros estimulantes, 135; cannabis, 116; la mezcla de cocaína y heroina por 68 personas; y 26 por tabaco.

A nivel provincial está en 47 años la media de edad de los pacientes con adicción al alcohol en tratamiento en los Centros de la Red Pública de Cádiz en 2015. La edad mínima se sitúa en 16,48 años y la máxima en 86,33 años. Si bien, el consumo de cannabis es también muy preocupante, situando la edad media mínima de consumo en 13,96 años, estando la media general en unos 28 años.

El programa Forma Joven de la Junta de Andalucía realiza una importante labor de prevención con charlas informativas que abordan la dependencia a nivel general. Adaptan las charlas a la edad, empezando por informar de hábitos de vida saludables. Además abordan áreas como el mal uso de la informática o el acoso cibernético en las redes.

El equipo de Forma Joven explica que son los colegios los que detectan los hábitos inusuales y solicitan la intervención del programa, aunque ya de por sí marquen pautas de charlas de concienciación. La realidad de cada instituto es diferente. Por ejemplo cuando empiezan a percibirse embarazos no deseados en edades más tempranas, entre 13 o 14 años, adelantan las charlas sobre sexualidad.

En los centros ambulatorios de la zona sur y norte atienden casos de adicción en menores a petición de padres, pero luego son derivados al CTA si revisten gravedad. El equipo de Forma Joven apunta que aunquer el botellón exista lo importante es que los menores vayan informados de la repercusión del consumo, además de que les vuelve muy vulnerables a conductas de riesgo. "Un niño no puede llegar a una casa y encontrarse a unos padres acostados, deben ver cómo llega el niño", explica la trabajadora social.

Un menor que toma ingestas cantidades de alcohol en poco tiempo sufre graves daños en el organismo y a la larga afloran efectos negativos. Los problemas neurológicos son los principales, el cerebro se daña, así como los problemas de hígado. "Las listas de espera para trasplantes serán tremendas y la gente no ve las repercusiones de salud", atisba la profesional de Forma Joven, que alerta que "al botellón va todo el mundo y luego hablas con los padres y parece que no saben dónde van sus hijos, la sociedad lo ve normal y ese es el problema". Y el problema es qué se le dice a un niño que está viendo a los padres beber cada fin de semana.

Para ello desde Forma Joven solicitan escuelas de padres. Además hay que destacar el papel de los mediadores juveniles, jóvenes a los que forman para detectar las situaciones de riesgo entre los grupos de iguales. La orientadora toma como referencia para estos cargos a aquellos que son más maduros. Los mediadores en cuanto ven que hay un menor que tiene algún tipo de trastorno, por ejemplo de alimentación o de consumo de alcohol, se lo dicen a la orientadora. Es una figura que funciona desde que se creó Forma Joven. Así, entre todos se debe concienciar de que el consumo no es lo normal.