Las culebras de herradura que despejan de roedores los huertos de La Reconquista, en Algeciras

Son serpientes inofensivas para el hombre pero grandes cazadoras de reptiles, aves y pequeños roedores

La Policía Local de La Línea captura una serpiente en la barriada de Santiago

Una culebra de herradura, en la calle Gil de Albornoz de Algeciras.
Una culebra de herradura, en la calle Gil de Albornoz de Algeciras. / Claudio Palma

Algeciras/Los residentes de la calle Gil de Albornoz, en La Reconquista (Algeciras) cuentan con varias culebras de herradura como vecinos. Son serpientes inofensivas para las personas y no atacan a menos que se les provoque o se sientan amenazadas, y ayudan a mantener la barriada libre de roedores. De hecho, suelen verse con más frecuencia cerca de los huertos de esta calle, donde buscan ratones y lagartijas, aunque también se alimentan de serpientes más pequeñas. Esta especie de reptil también es frecuente en zonas como el Paseo de la Cornisa, donde abunda la vegetación y son propensas a la presencia de otros pequeños animales de los que se alimentan.

La culebra de herradura puede estar activa tanto de día como de noche. Aprovecha los medios modificados por el hombre para refugiarse, solearse, anidar o buscar presas. Es una especie con gran capacidad de trepar, por lo que accede fácilmente a árboles, tejados o cortados rocosos donde caza aves o pequeños reptiles. Se alimenta principalmente anfibios, reptiles, aves y pequeños roedores o musarañas. Es agresiva al manipularla, llegando a morder con insistencia, aunque sin peligro para el hombre, ya que carece de veneno en sus dientes.

La culebra de herradura está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Es una especie que no parece sufrir grandes amenazas y que, de hecho, se ve favorecida por la presencia humana en el medio rural, siempre que el grado de alteración no sea excesivo. Requiere que su hábitat disponga de refugios y presas. Precisamente por ser una gran cazadora de pequeños roedores se establece esa relación con el hombre, ya que la alteración del medio rural y urbano favorece la presencia de roedores. 

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