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Darío Lupiáñez, científico algecireño: "El genoma es el gran libro de instrucciones que nos hace ser como somos"

Su don con la biología y su pasión por descubrir han convertido en una referencia a nivel europeo dentro de su campo

"Es un orgullo que tus colegas de profesión te reconozcan", dice tras ser galardonado por la Sociedad Española de Biología del Desarrollo

El algecireño Darío Lupiáñez, premio a la excelencia científica en Biología del Desarrollo

Darío Lupiáñez, en su hábitat natural, un laboratorio. / Ana Bastos Neto (CABD-CSIC)

Algeciras/Darío Lupiáñez García ha elevado el nombre de Algeciras a las más altas esferas gracias a su don con el microscopio y a una pasión por descubrir que contagia en apenas unos minutos de conversación. El algecireño es uno de los científicos más relevantes de España y de Europa, un referente en su campo, que va a ser reconocido con el Premio José Luis Gómez Skarmeta a la excelencia científica en Biología del Desarrollo 2024. Lupiáñez recogerá el galardón que concede la Sociedad Española de Biología del Desarrollo (SEBD) en la ceremonia que tendrá lugar el 18 de octubre en el congreso de Sant Felíu de Guixols (Girona).

A sus 42 años y avalado por más de dos décadas de estudios e investigaciones, Darío Lupiáñez vive un momento dulce. El algecireño se ha afincado ahora en Sevilla desde que hace un año se trasladó desde Alemania para trabajar en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, que es parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El biólgo conduce unos trabajos innovadores enfocados en la base de la formación de los organismos vivos a través del estudio de la estructura tridemensional del genoma y el empaquetamiento de los genes, dos conceptos solo aptos pero expertos en la materia, aunque Lupiáñez sabe trasladarlos a un plano terrenal.

El algecireño aguarda "lleno de orgullo" la ceremonia del próximo día 18 en Girona. "Que te premien es una sensación agradable aunque los que nos dedicamos a la ciencia no estamos para recibir premios. A nosotros lo que nos motiva es el día a día, el venir al laboratorio, el investigar ciertos aspectos de la ciencia que nadie ha investigado o que se sabe poco", confiesa. "También nos llena satisfacer nuestras propias inquietudes porque muchas cosas de las que estudio son preguntas que me hago a mí mismo. Esa es realmente nuestra motivación, pero este premio es un plus, no cabe duda, y me llena de orgullo por el hecho de que te lo reconocen tus propios colegas de profesión", agrega Lupiáñez en referencia a la Sociedad Española de Biología del Desarrollo. "Es uno de los organismos con más solera, más tradición y más peso, con un tribunal de expertos y personas de renombre".

Darío Lupiáñez lleva la bandera de Algeciras allá adonde va. Lo hacía a casi 3.000 kilómetros y lo hace ahora que está mucho más cerca de casa. "Me fui muy joven con 17 años a Granada. Son muchos años fuera, pero tengo mi familia y mis amigos de toda la vida allí, siempre he estado yendo y viniendo, llevando Algeciras en mi corazón", sostiene.

El científico invita a todo su círculo de propios y extraños "a disfrutar de todo lo bueno que tenemos en Algeciras y en la comarca" y reconoce que el emigrar le enseñó a valorar más su tierra. "Una de las cosas que más me ha hecho valorar todo lo bueno que tiene Algeciras y su gente es el irme fuera. Cuando vivía en Algeciras no era consciente de todo lo bueno. Es un sitio maravilloso para vivir, maravilloso por su gente y me encanta volver y pasar tiempo. Ahora con niños pequeños se hace más agradable el ir incluso", admite.

Darío mantiene lazos con Algeciras a través de la biología, de hecho ha estado un par de veces en Diverciencia y ha participado en ponencias. "Es una iniciativa para visibilizar toda la ciencia que se hace en coles algecireños", dice con elogios sobre Diverciencia. "Algeciras tiene mucho potencial y hay mucha gente que está teniendo mucho éxito fuera", ensalza Lupiáñez.

Biología del Desarrollo

¿Qué es la Biología del Desarrollo? Es una pregunta habitual a la que se suele enfrentar Darío Lupiáñez con quienes viven ajenos a su profesión. "Se centra en entender cómo se forman los organismos vivos", resume llanamente antes de explicar. "Es una rama científica que abarca muchos campos. Nosotros nos dedicamos a entender el desarrollo embrionario, cómo se forma un organismo vivo, específicamente en mamíferos. Trabajamos con el ratón como animal preferente porque aunque sea muy diferente al humano, los procesos del desarrollo son muy parecidos y nos ayudan a comprender ese conocimiento básico. Nos interesa también saber qué pasa cuando esos procesos del desarrollo se alteran y eso puede dar lugar a enfermedades", aclara.

"De alguna manera nosotros ponemos el conocimiento básico y ayudamos a entender las cosas para que después podamos desarrollar herramientas que repercutan en el bienestar humano", abunda sin disimular que le apasiona. "Es una profesión muy bonita porque cada vez que intentamos responder a una pregunta, obtenemos respuestas pero también más preguntas. Y lo acogemos con los brazos abiertos, nos motiva y sientes que estás explorando territorio inexplorado".

El algecireño Darío Lupiáñez, ante un frasco. / Ana Bastos Neto (CABD-CSIC)

Los topos y el inicio de una carrera meteórica

Darío Lupiáñez obtuvo en 2022 una beca de dos millones de euros del Consejo Europeo de Investigación, un respaldo clave para afrontar sus actuales investigaciones. "Tuvimos la suerte de obtener financiacón europea. Estos son proyectos masivos, te permiten la capacidad y el sustento para perseguir grandes retos", afirma. Pero para llegar hasta el punto de partida de ese gran salto hay un origen que se remonta a comienzos del nuevo siglo.

El algecireño se encontra inmerso en Granada en los diferentes procesos de Biología del Desarrollo y centraron el tiro en los topos. ¿Por qué? "Las hembras de los topos no se desarrollan de la manera que uno esperaría. Son intersexuales, eso quiere decir que tienen unas gónadas que son mitad ovarios y mitad testículos, algo intermedo entre macho y hembra. Es muy interesante porque tienen reproducción sexual con cualquier otro macho pero esta parte masculinizada les hace ser más fuertes, más agresivas y les confiere una ventaja evolutiva para su luchar por su hábitat", detalla.

Algeciras tiene mucho potencial, llevo la ciudad en el corazón, es un sitio maravilloso

Alemania y el genoma

Tras muchos años fijando la lupa en eso y con "la gran revolución" en la ciencia "con técnicas que permitían reproducir los genomas" se abrieron otras puertas para Darío. "Cuando me fui a Alemania (trabajó en el Instituto Max Planck de Genética Molecular y en el Centro Max Delbrück de Medicina Molecular) me interesé por ese tipo de tecnología, por cómo analizar y entender el genoma, ese gran libro de instrucciones que nos hace ser como somos", relata.

"Orienté mi investigación a la estructura tridimensional del genoma, algo ya más novedoso. El genoma contiene nuestras instrucciones, cómo tienes los ojos, la predisposición a ciertas enfermedades, todo... Entender la secuencia de letras del genoma, cómo se traduce en el desarrollo del organismo", prosigue. "La unidad básica del genoma son los genes, casi todo el mundo lo sabe. Los genes son las herramientas y resulta que tenemos más de 20.000 genes repartidos en el genoma. Durante el desarrollo, los genes se tienen que utilizar en momentos concretos o en tejidos, eso lo llamamos elementos reguladores, que son como unos interruptores que dan instrucciones específicas a cada uno de los genes", explica con precisión.

Los genes en 3D

"Se calcula que el genoma contiene millones de estos elementos. El genoma estirado -explica de la forma más sencilla posible- ocuparía más de dos metros, pero ese genoma va metido en una célula cuyo núcleo es cien veces menor que la cabeza de un alfiler. Tienes que meter toda esa información genética en un espacio diminuto y eso lo realizamos mediante la estructura tridimensional. Sabemos que ese empaquetado no se produce al azar sino que sigue algunas reglas y son importantes porque esa estructura ayuda a guiar a esos genes para activarse y previenen que algunos elementos se asocien con otros genes", avanza.

El equipo de investigación de Lupiáñez descubrió que "si la estructura tridimensional del genoma se altera, puede dar lugar a enfermedades humanas", lo cual estudiaron "en el contexto de malformaciones congénitas". Lo que sucede es que ahora tratan de darle la vuelta: "Nos interesa el empaquetado tridimensional y cómo esas alteraciones pueden dar lugar a enfermedad y, en un contexto evolutivo, cómo pueden alterar el funcionamiento de los genes y cómo puede tener un efecto positivo durante la evolución de la especie. Que de alguna manera las especies ganen superpoder para adaptarse", acaba Lupiáñez, iluminando sin duda un camino llamado a favorecer el bienestar de los seres humanos.

Darío Lupiáñez. / Ana Bastos Neto (CABD-CSIC)

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