Restos de detergente, toallitas y otros residuos tras el temporal de levante componen las bolas blancas aparecidas en las playas de Algeciras

Aunque inicialmente despertaron temor por un posible vertido de parafina tras el accidente del buque 'Southern Puma', el Consistorio confirma que son restos de saneamiento solidificados y están siendo retirados de las zonas afectadas, como Getares

El buque causante del vertido de parafina en el Estrecho atraca en el Puerto de Algeciras a la espera de su reparación

El Ayuntamiento de Algeciras, en alerta por una pequeña fuga en el buque que causó un vertido de parafina en el Estrecho

Personal de Urbaser recoge las bolas blancas y grasientas junto a otros residuos aparecidos en Getares.
Personal de Urbaser recoge las bolas blancas y grasientas junto a otros residuos aparecidos en Getares. / Erasmo Fenoy

Algeciras/El Ayuntamiento de Algeciras ha aclarado la procedencia de las misteriosas bolas blancas y grasientas, de tamaño similar al de un zapato, que aparecieron este domingo en las playas de Getares y El Chinarral, impulsadas por el fuerte temporal de levante. Tras una consulta de Europa Sur, según el Consistorio, estos residuos no son parafina, sino una mezcla de detergente solidificado, toallitas húmedas y otros restos de saneamiento que se han adherido a cañas, troncos y desechos arrastrados por el oleaje.

Desde la mañana del lunes, trabajadores de Urbaser, la empresa encargada de los servicios medioambientales en las playas algecireñas, han intensificado las labores de limpieza en Getares, recogiendo kilos de basura desde el tramo de Los Delfines hasta el río Pícaro, y retirando las bolas que despertaron preocupación entre los bañistas y vecinos. Junto a ellos han estado técnicos de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras (APBA) y personal del Ayuntamiento, para asegurar que no haya llegado a la costa ningún vertido derivado de los recientes incidentes marítimos en el Estrecho.

“Desde la delegación de Playas estamos en alerta desde el accidente de los buques en el Estrecho”, ha explicado a este periódico el concejal delegado de Playas, Ángel Martínez. “Ayer, personalmente, estuve en El Rinconcillo y Getares, y no hemos detectado parafina en ninguna de las playas. Hoy hemos reforzado la limpieza en Getares tras el temporal, y podemos decir categóricamente que no hay vertidos de parafina en nuestras costas”.

Una paseante observa las bolas blancas y grasientas junto a otros residuos aparecidos en la playa de Getares.
Una paseante observa las bolas blancas y grasientas junto a otros residuos aparecidos en la playa de Getares. / Erasmo Fenoy

El temor a un vertido de parafina surgió a raíz del accidente el pasado viernes del buque cisterna Southern Puma, dañado en aguas del Estrecho de Gibraltar y actualmente atracado en Isla Verde a la espera de reparación. El alcalde, José Ignacio Landaluce, informó que el Ayuntamiento intensificó este pasado domingo las inspecciones preventivas en las playas para detectar cualquier posible afectación. Se espera que el Southern Puma trasvase su carga a otro buque bajo estrictos controles de seguridad, una vez que Capitanía Marítima y la APBA determinen el lugar y condiciones del proceso.

Por su parte, Verdemar Ecologistas en Acción ha presentado una denuncia ante la Dirección General de la Marina Mercante y solicita una vigilancia exhaustiva de la situación para evitar posibles daños ambientales en el Estrecho y el mar de Alborán. Además, los ecologistas sospechan que el Southern Puma podría haber navegado con el sistema de identificación automática (AIS) desconectado, lo que habría incrementado el riesgo de colisión en esta zona de intenso tráfico marítimo.

Aunque la parafina es biodegradable y no tóxica, su presencia en el mar puede afectar temporalmente a la flora y fauna marina. Las autoridades seguirán monitoreando la situación en las playas algecireñas para garantizar que la costa permanezca libre de este tipo de vertidos.

La fauna marina es especialmente vulnerable a los vertidos de parafina en el mar. Estudios han señalado que, aunque esta sustancia tiene baja toxicidad, al adherirse a las plumas de aves y al pelaje de mamíferos marinos, puede afectar su capacidad de aislamiento térmico y flotabilidad, lo que compromete su supervivencia en el aguas. Además, su persistencia en el ecosistema puede ocasionar efectos subletales en organismos marinos, como problemas de reproducción y crecimiento, aumentando el riesgo para las especies en el largo plazo. 

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