"Estoy en deuda con Algeciras y me sentiré deudor hasta que me muera"

Sergio González Otal es director de Relaciones Corporativas de la SER y este lunes, 31 de marzo, se jubila tras 58 años, 4 meses y 15 días. Durante 18 años fue director de Radio Algeciras lo que le hace estar estrechamente unido a esta ciudad, en la que además se celebra hoy la Asamblea Anual Regional de Directores en el marco de la conmemoración de los 80 años de la emisora local. González tiene 75 años, un caso especial para la compañía, ya que nadie ha trabajado hasta esta edad.

-¿Cuál es su primer recuerdo laboral?

-Entré a trabajar con 17 años en Gran Vía. En el año 66 la dirección compró Radio Algeciras a la familia Pedro Liñana. A los cuatro años de llegar me quedé de director hasta 1983, cuando la empresa me reclamó a Madrid.

-¿Cómo se encontró Radio Algeciras en 1966?

-Me encontré una radio técnicamente abandonada. Estaba bien en el equipo humano. No teníamos información porque vivíamos en la época de Franco. Hasta 1975 conectábamos con el parte nacional. Hacíamos lo que podía hacer la radio privada en España, una radio de entretenimiento, con grandes programas para ayudar como Navidad con amor, que lo creamos en mi época. Era espectacular la solidaridad de Algeciras. Cuando muere Franco ya empiezan a hacerse los informativos en tal proceso de libertad hasta hoy.

-¿Qué preocupaba entonces a la ciudadanía?

-Antes del cierre de la Verja con Gibraltar hay un antes y un despues. Había un modus vivendi de un nivel bajo. Lo primero que me llamó la atención de la calle Ancha eran las hierbas que crecían entre los adoquines porque tener coche era un lujo. El pueblo tenía 50.000 habitantes. Cuando se cierra la frontera todo cambia, la gente tiene que buscar trabajo, no puede ir a Gibraltar. Se produjo un aluvión de gente, pasó a 100.000 habitantes en 15 años. Así a partir del 68 las preocupaciones son otras y también las ilusiones, hay una vida nueva. La historia de Gibraltar tiene varias lecturas, si se cuenta desde La Línea tiene más de negativo que positivo. El cierre total a las personas nunca se debió hacer, pero sí el cierre económico, porque gracias a él ocurrió en Algeciras y en otros sitios un desarrollo que hasta entonces no había. El 80% de la ciudad de Algeciras está construida a partir de 1968.

-¿Con qué profesionales se encontró?

-El líder era Agustín Moriche. Estaban María Dolores García, Pepe Caceronal, las hermanas Bedriomo, Pepe Ojeda... era un equipo muy bueno y ya traían un bagaje, no empecé de cero en el aspecto de programación porque mentiría, el producto estaba ya muy implantado gracias al trabajo de ellos. Luego fui incorporando a gente joven como Antonio Maldonado, Juan Carlos Narváez -actual director-, y se hizo un equipo muy ilusionante.

-¿Cuáles han sido las grandes voces de esta emisora?

-Además de los citados desde José María Nieto, Goyo González, Yolanda García, Yolandita Valencia o María Quirós. Aquí descubrí, y ella no se descubrió hasta más tarde, a Almudena Ariza -corresponsal de TVE-. Y a Juan Carlos Chaves -director del área musical de la Cadena Ser-. Esta emisora ha sido un vivero de magníficos profesionales y eso es un orgullo para Radio Algeciras. El propio Juan Manuel Dicenta es un caso de una voz extraordinaria y de una perdurabilidad grande.

-¿Y hasta dónde se extiende su relación con la ciudad?

-Pasados seis años de mi estancia me nombraron Hijo Adoptivo, cosa que para mi fue sorprendente e inolvidable. Eso te ata para siempre porque si te nombran hijo de una casa ¿como no vas a ir a la casa? Aparte de que ya estaba y la tenía. Eso nunca lo he olvidado, por eso estoy en deuda con Algeciras, me siento deudor y me sentiré hasta que me muera. Para pagar esa deuda vendré todo lo que pueda. Y luego, por si fuera poco, el Ministerio de Trabajo me concedió la Medalla al Mérito del Trabajo y me la entregaron en Algeciras. Está mi vida aquí más que en Madrid.

-¿Qué cambios percibe cuando regresa a este tierra?

-Ahora la veo más cuidada, pero bueno, no hay grandes cambios arquitectónicos, creo que tampoco todo va a ser ideal. En el tema urbanístico no lo hemos hecho bien, pero al final lo que importa son las personas.

-¿Y en el caso de la radio?

-Primero tecnológicamente. Está en la era digital y no tiene nada que ver con la radio que dejé, analógica, prácticamente con vinilos. Teníamos una discoteca que era una maravilla y hoy toda la discografía de la SER está en un archivo digital en un ordenador.