La doctora Rosalva Patillo y su viaje a la fuente de la juventud sin salir de Algeciras

Algeciras/En la búsqueda incansable del elixir de la larga vida o de esa legendaria fuente de la eterna juventud, han desfilado generaciones de exploradores, filósofos y alquimistas. Y la búsqueda, intacta y aún fascinante, sigue atrayendo en pleno siglo XXI. En Algeciras, la doctora Rosalva Patillo Ramos ha abrazado esta misión de siglos, con un toque tan moderno como antiguo. No tiene el agua del mítico manantial, pero en su clínica de la urbanización Sotorrebolo se escuchan susurros de ese sueño eterno de renovación.

Una de las fuentes de la juventud más antiguas se narra en los textos sagrados alrededor del Jardín del Edén. Bueno, no estamos en el Edén, pero en la clínica de Rosalva Patillo muchos pacientes encuentran, al menos, una imagen de sí mismos renovada, restaurada. Aquí, en Algeciras, se cuida y moldea cada rostro y cada cuerpo con un minucioso arte moderno. Rosalva es la guía que acompaña a sus pacientes hacia su versión mejorada: no a través de pociones mágicas, sino de tratamientos de alta precisión y tecnología de vanguardia.

Doctoralia Awards 2024

A través de Doctoralia, Rosalva ha acumulado 219 opiniones de pacientes satisfechos, una cifra que, más allá del número, parece reflejar la cercanía, profesionalidad y cuidado que la caracterizan. Cada comentario es como un eco de admiración: “Desde que entras te hacen sentir cómoda”, escribe una paciente; “La profesionalidad y la humanidad van de la mano con Rosalva”, asegura otra; y así continúan las reseñas, en un crescendo de gratitud y elogio. Pacientes de todo el Campo de Gibraltar destacan su habilidad técnica, pero también el ambiente cálido y cercano que ha sabido construir junto a su equipo.

Hoy, ese reflejo de admiración y gratitud que ha cosechado la doctora Patillo tiene una proyección aún más grande. Su nominación en los Doctoralia Awards 2024 la coloca entre los mejores especialistas del país, un logro que el propio alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha celebrado con orgullo. “Es un honor que Algeciras cuente con profesionales de este calibre”, ha afirmado recientemente. Los premios se fallarán este jueves, 7 de noviembre, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Entre sus tratamientos, Rosalva ofrece todo lo imaginable: desde eliminar arrugas y las temidas líneas de expresión hasta rellenar ojeras, rellenar glúteos o perfilar pómulos y labios. Sus manos “mágicas” —como describe una paciente— crean una armonía particular en cada rostro, con procedimientos que van desde la mesoterapia corporal hasta la rinomodelación sin cirugía. Es su conocimiento, dicen, lo que inspira confianza; una seguridad que no todos los profesionales pueden transmitir y que marca la diferencia.

Así, entre tratamientos y opiniones que la elevan, Rosalva Patillo Ramos se ha convertido en una especie de sacerdotisa de la belleza. No se puede prometer juventud eterna, pero a través de sus conocimientos, cada persona que cruza la puerta de su clínica encuentra, al menos, una chispa de esa vitalidad renovada, como si rozara, apenas por un instante, la ilusión de aquel manantial eterno.

El auge de la medicina estética

El otoño es la época más intensa en la clínica de Rosalva Patillo Ramos. "Estamos al pie del cañón todo el santo día, sin descanso", comenta, con una sonrisa cansada pero entusiasta, mientras relata cómo este último tramo del año trae a decenas de pacientes que buscan ponerse a punto antes de las fiestas navideñas.

“Estamos al pie del cañón todo el santo día, sin descanso”

Este éxito creciente es parte de una tendencia nacional, avalada por datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME): el 50% de los españoles ha recurrido, al menos una vez, a algún tratamiento estético, y en este tipo de procedimientos el perfil predominante sigue siendo el femenino (70%), aunque el número de hombres interesados va en aumento. “Los chicos suelen venir a hacerse la marcación mandibular”, añade la doctora. Los tratamientos estéticos más comunes son los rellenos de ácido hialurónico, el aumento de labios y el bótox.

“Muchos vienen porque necesitan verse mejor, o incluso más jóvenes, para salir a la calle y comerse el mundo”

Pero Rosalva Patillo no trabaja sola: junto a ella, seis mujeres —entre auxiliares y recepcionistas— hacen funcionar el centro, al punto que la clínica de Sotorrebolo se ha quedado pequeña, y el equipo se mudará pronto a un nuevo edificio de dos plantas en la avenida Virgen de La Palma, con más cabinas y el espacio necesario para atender mejor a los pacientes, cuyo perfil está cambiando. "Antiguamente estos tratamientos eran para quien tenía dinero, pero ahora hay opciones asequibles y damos muchas facilidades en el pago, incluso con financiación y comisiones muy bajitas. También sacamos promociones”.

Los pacientes llegan informados y, con frecuencia, tienen muy claro lo que quieren. “Las personas que vienen buscan naturalidad. Aquí no hacemos transformaciones exageradas, a no ser que nos las pidan”, afirma la doctora, recalcando que solo utiliza productos de última generación que se reabsorben de manera natural. Y aunque algunos acuden por vanidad o simple bienestar, otros encuentran en estos procedimientos un refugio de autoafirmación: “Muchos vienen porque necesitan verse mejor, o incluso más jóvenes, para salir a la calle y comerse el mundo. Por supuesto, el factor de la inseguridad tiene un peso importante. Hay pacientes que han pasado por situaciones difíciles y estos tratamientos les aportan beneficios psicológicos”, explica.

“Las personas que vienen buscan naturalidad. Aquí no hacemos transformaciones exageradas, a no ser que nos las pidan”

La trayectoria de la doctora Patillo es peculiar. Nacida en Cuba, se formó en cirugía pediátrica. Sin embargo, fue años más tarde cuando encontró su verdadera vocación en la medicina estética. “Estudio mucho y por eso estoy muy segura de lo que hago”, dice con firmeza. “Mi vida gira alrededor de la medicina estética, de mi clínica y mis pacientes. Ahora a todo el mundo le gusta estar mejor, le gusta verse mejor”.

Este fenómeno contemporáneo, marcado por la obsesión por detener el tiempo, desafía la esencia misma del envejecimiento. En una sociedad que venera la juventud y se aferra a los cánones de belleza impuesta, muchas personas se ven atrapadas en un ciclo interminable de comparaciones y expectativas que hallan consuelo en manos mágicas como las de Rosalva Patillo.