El Festival Paco de Lucía reúne a artistas consagrados y a quienes presentan nuevos trabajos

Paco de Lucía da nombre y sentido a un festival internacional de guitarra que se celebra en su ciudad natal y que ya llega a su novena edición gracias al Ayuntamiento de Algeciras y con la gestión desde sus inicios hasta ahora del empresario José Luis Lara.

"Tenia algo, un aúrea que todavía estamos buscando”, le dijo su sobrino Antonio Sánchez al también guitarrista Pituquete en una entrevista muy recomendable que ambos sostuvieron el pasado mes de febrero para el canal Buscadores flamencos que se puede ver en Youtube. Antonio recordaba así a su tío, una figura que preside un encuentro musical que tiene este año una de sus programaciones más completas y atractivas sobre el escenario del parque María Cristina.

Mañana lunes, para empezar, Chico Valdivia, Faiçal Kourrich y Antonio Campos dan un paso adelante y presentan “Los tonos del alma”, primer espectáculo de lo que han dado en llamar The Aralorak Project. Ellos, que han tocado para muchos y muchas artistas, se han decidido a mostrar su sintonía y compartir sus conocimientos y expresión musicales.

En palabras de la escritora algecireña Emy Luna, que fue quien impulsó la reunión de los tres músicos, “Aralorak es un proyecto multicultural donde se dan la mano las músicas marroqui y española en un viaje tribal, fusionando lo clásico y lo contemporáneo”. Valdivia, Kourrich y Campos, o lo que es lo mismo, piano, violin, cante, guitarra y percusión, estarán acompañados en el escenario por el clarinete de Mario Valdivia, por el bajista Jorge Blanco y el bateria Juan Bandera, y Javi García cuidará que todo el sonido salga limpio.

El público que ha podido conseguir una de las invitaciones podrá compartir un viaje personal porque el espectáculo “Los tonos del alma” es “la búsqueda al interior del ser, a través de un mar sonoro en el que se funden el arte de uno y otro continente. Las raíces hispanoárabes de Granada y las esencias marroquíes de Tánger. En el centro, Algeciras, que sirve de puente y conexión en ese continuo ir y venir de sensaciones a través del saber, la experiencia y la sensibilidad”, concluye Emy Luna en la presentación del espectáculo que suscribe.

Las guitarras

Antonio Sánchez da también otro paso adelante. En ese camino está desde que presentó el pasado mes de abril, en la sala Recoletos Jazz Madrid, su primer disco, que ha titulado Kavara y que presenta en el festival dedicado a su tío. En este trabajo, que Antonio califica como un sueño hecho realidad, reúne a sus amigos de toda la vida. En Algeciras le acompañarán Isidro Suárez y Cepillo, en la percusión; Kiki Cortiñas y May Fernández, al cante; José María Cortina, al piano; y Manuel Cazas, a la guitarra.

Sánchez demuestra en su primera producción discográfica tener mucha personalidad y una herencia inigualable que está en su pulsación, en la rabia con la que toca y que combina con una tremenda sensibilidad compositora. Kavara tiene toques tradicionales como alegrías, bulerías dedicadas a su tío, tarantas y mineras, igual que se deslizan falsetas a modo de guiños intencionados a Paco de Lucía, coros flamencos y notas jazzísticas. Su noche promete muchas y buenas sensaciones, y va a reunir a familiares, a buenos aficionados y a quienes mantienen con fervor el valor de la música presidida por la guitarra flamenca.

La querencia en el rasgueo a compás en la guitarra como mayor y mejor condimento del encuentro con el público a través de la música une a Antonio Sánchez con Diego del Morao, tercera generación de una dinastía artística que nos traerá a la escuela tocaora que se hace y crece en Jerez. Hijo de Moraito Chico, nieto de Juan, y sobrino de Manuel Morao, Diego tiene y desarrolla una herencia con solera en compás, soniquete y mucha flamencura.

Se anuncia en Algeciras en noche de miércoles, día cinco de julio, en la que le acompañarán al cante la algecireña Toñi Nogaredo y las hermanas Fania y Sandra Zarzana; Ané Carrasco en la percusión; Fernando Carrasco como segunda guitarra; y Juan Grande y Juan Diego Valencia a las palmas. La cantaora gaditana La Fabi, de Arcos de la Frontera por más señas, actuará como artista invitada.

Diego del Morao, unido artísticamente en los últimos tiempos a la figura emergente del cantaor Israel Fernández, tiene Orate como único disco propio. Editado en 2010, contiene pruebas evidentes de una herencia jonda llena de compás.

El cante

El festival entrará el jueves en los terrenos de artistas consagrados con Diego El Cigala, un cantaor de muchos quilates que produjeron indistintamente en sus inicios Diego Amaya y Javier Limón. Familia de Rafael Farina, nace artísticamente en los tablaos de Madrid como cantaor, primero de tendencia camaronera, con mucha sensibilidad, que salta a la fama de la mano del pianista cubano Bebo Valdés, y ambos unidos por el director de cine Fernando Trueba.

El comienzo está en el disco Corren tiempos de alegría, una producción en la que Valdés le acompaña de forma magistral en una bulería y en un bolero, principio de lo que culminó para el gran público en Lágrimas negras.

Cigala, del que nunca hay que dejar de esperar un quejío inequivocamente hondo, se anuncia en Algeciras acompañado de piano y percusión, instrumentos con los que sigue discurriendo por los terrenos de la música hispano americana aflamencada.

El baile

Eva La Yerbabuena representa la escuela granadina del baile flamenco, que junto a la sevillana son dos de las más destacadas del mundo flamenco. Trasciende al baile clásico en una trayectoria que impresiona. Medalla de Andalucía en 2007, medalla de oro al mérito en las Bellas Artes en 2017, y coronada como académica de honor de la Academia de las Artes Escénicas de España en 2022.

Paco Jarana, su marido, le acompañará a la guitarra junto a dos cantaoras. Su baile es completo a juicio de quienes saben, estilizada, con mucho sentimiento. Domina el movimiento de cintura para arriba y de cintura para abajo.

La bailaora cerrará una edición del festival que se vislumbra como un nuevo encuentro con instantes llenos de sabor, y con nuevas reverencias de respeto a quien le da nombre, Paco de Lucía, quien abrió caminos insospechados para el flamenco y lo fusionó con músicas tan propias como la copla y tan en apariencia lejanas como la oriental o la americana. Algeciras, de su mano, volverá a señalarse en el mapa del verano musical.