El parqué
Jaime Sicilia
Quinta sesión en verde
El pasado octubre apareció en un muro de un solar del Paseo de la Conferencia un llamativo grafiti. En la obra, realizada con rapidez y eficacia por dos jóvenes, aparece el rostro de un hombre sobre un paisaje de la Bahía de Algeciras con Gibraltar al fondo y algunos barcos. A la derecha se lee: "Ya han pasado diez años pero no te olvidamos". Era (y es) imposible pasar por el lugar y no fijarse en el dibujo por su tamaño y su colorido y porque inmediatamente asaltan al que se topa con él varias preguntas: ¿a quién homenajea? ¿quién es el enigmático M. R. P.? ¿qué le ocurrió hace diez años? La respuesta está en un acontecimiento que sacudió Algeciras en 2003. A las 4:00 horas del 21 de enero, la barcaza Spabúnker IV se hundió en la Bahía de Algeciras con 1.000 toneladas de fuel ligero y 300 de gasoil en sus bodegas. El accidente se cobró la vida de uno de los tres miembros de la tripulación, el capitán de la embarcación, Miguel Roiz Pérez. M. R. P., el hombre del grafiti.
Roiz, después de cargar de combustible en la refinería de Cepsa, enfiló la proa hacia el dique norte del puerto algecireño para buscar refugio porque había un agresivo viento de Poniente. En un punto situado a aproximadamente una milla del dique norte, la Spabúnker IV comenzó a hundirse por la popa. El capitán intentó salvar la nave hasta el último momento y al final dio orden de abandonarla sin tiempo para fletar la balsa salvavidas. Roiz, el jefe de máquinas, Mohamed Otmani, y el tercer miembro de la tripulación, José Pérez Casado, se lanzaron al agua. Los remolcadores de Salvamento Marítimo acudieron al lugar con el tiempo justo para rescatar a dos de los tripulantes. El cuerpo sin vida del capitán era hallado en un punto localizado a 1,3 millas de Gibraltar. Habían pasado ocho horas. El buque reposó a 50 metros de profundidad. En los meses que siguieron, un operativo extrajo el combustible y trasladó el pecio en siete fases de trabajo para su demolición. El importe total de la operación fue de 5.377.971 euros.
El cuerpo de Roiz fue incinerado en Botafuegos y sus cenizas se trasladaron a la localidad cántabra de San Vicente de la Barquera, en el que había nacido hacia 52 años. Todos los que le conocían y habían navegado con él destacaron la pericia profesional de un marinero, una persona, inolvidable. Un dibujo testimonia su figura. Un grafiti contra el olvido.
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